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Las diferencias y similitudes de la clase media en América Latina
Domingo, Noviembre 18, 2012 - 17:22

De acuerdo a un informe del Banco Mundial, en seis años este segmento de la población ha aumentado 50% en la región. Es un sector que no sólo posee características similares, sino que también tiene ciertos rasgos distintivos.

Una radiografía a la clase media emergente en la región. Eso fue lo que en cierta forma realizó el estudio del Banco Mundial titulado “La movilidad económica y el crecimiento de la clase media en América Latina”, el cual evidenció que en seis años este segmento aumento en 50%, al pasar de 103 millones de personas en 2003 a 152 millones en 2009.

Dentro del perfil de la clase media en Latinoamérica, la dinámica familiar y demográfica proporcionarían los rasgos más interesantes, según menciona el texto, dado que los hogares de este segmento normalmente tienen menos hijos y las mujeres participan más frecuentemente en el mercado del trabajo.

“El 73% de las mujeres de este estrato entre los 25 y 65 años están empleadas o buscando empleo, en comparación con el promedio de 62% para el conjunto de la población en la región”, especificó el documento.

Dentro de este punto, está el que los hijos de las mujeres de clase media en la región normalmente van a la escuela, debido a que casi todos los niños entre seis y doce años van a una institución educacional, en comparación con las tres cuartas partes de los que tienen entre 13 y 18 años.

Además de estos detalles, el informe pudo evidenciar tanto las diferencias como las similitudes que presenta la clase media emergente en América Latina.

En los parámetros comunes está la escolarización, los lugares de residencia entre zonas urbanas y rurales, el empleo formal y la actividad económica.

En lo que respecta al primer punto, el estudio determinó que en todos los países de América Latina los cabezas de la familia de clase media tienen más años de escolarización que los de las clases pobres o vulnerables, pero menos años que los ricos.

En tanto, evidenció que los hogares de clase media prefieren las zonas urbanas para vivir en comparación con los grupos más pobres.

En cuanto al empleo, el contar con uno formal pareciera ser un signo distintivo en la clase media. En América Latina es más probable que una persona de este estrato sea empleado formal que autoempleado, desempleado o empleador, mientras que entre los pobres y vulnerales es más frecuente que sea autoempleados o desempleados.

Al momento de analizar las actividades económicas en las que frecuentemente se desempeña la clase media en la región, el estudio determinó que se encuentra en el sector de los servicios, entre ellos, la salud, la educación y los servicios públicos, siendo los relacionados con la producción manufacturera más frecuente entre la clase media y las personas vulnerables que entre los pobres o ricos.

“Pareciera que la imagen popular de una clase media constituida por empresarios intrépidos (que crean sus propias pequeñas empresas y ascienden por sus propios y escasos medios) o por burócratas perezosos (que viven cómodamente de un salario del gobierno) es inexacta”, detalló el texto.

Por lo anterior, el estudio define al trabajador de clase media de la región como un empleado de los servicios razonablemente educado, que se desempeña en una empresa privada con un contrato formal, lo que le da derecho a prestaciones sociales, en una zona urbana.

Sin embargo, cuando se debió apreciar contrastes entre países, estos radicaron en los valores y creencias, dado que más que estar ligado a pertenecer a la clase media tendrían más relación con la idiosincrasia.

“Las características de cada país explican mucho más la diversidad de los valores de las personas que su pretenencia a una clase. En particular, no hay evidencias sólidas que permitan hablar de una “excepcionalidad de la clase media” en términos de valores y creencias”, expresó el informe.