Pasar al contenido principal

ES / EN

Las pymes: esas protagonistas que América Latina ha dejado rezagadas
Viernes, Noviembre 16, 2012 - 17:59

Las pequeñas firmas representan alrededor de 99% del total de empresas en la región y dan empleo a cerca de 67% de los trabajadores. A pesar de que son fundamentales para el entramado productivo, necesitan mayor apoyo.

Si bien América Latina a corto plazo crecerá a tasas relativamente altas, hay en el horizonte nubes que prevén un futuro más complejo, impulsado principalmente por una menor demanda externa de materias primas. En este contexto, las pymes podrían jugar un rol protagónico para introducir cambios en el modelo productivo que ha llevado adelante Latinoamérica, pero estas firmas aún enfrentan grandes problemas para desarrollarse.

El informe “Perspectivas económicas de América Latina 2013: Políticas de pymes para el Cambio Estructural”, producido conjuntamente por el Centro de Desarrollo de la OCDE y la CEPAL, plantea los desafío que enfrentan las pequeñas empresas regionales como el difícil acceso a financiamiento y las dificultades para innovar, y describe algunas herramientas para apoyarlas.

En la presentación del estudio, el secretario General de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Ángel Gurría, señaló que “ahora es el momento para que América Latina abrace el cambio estructural, aproveche las reformas ya realizadas y siga avanzando en la reducción de la desigualdad y el fortalecimiento del crecimiento económico. El contexto global demanda un cambio estructural para aumentar la productividad en la región”

Enfatizó que “las pequeñas y medianas empresas (pymes) en América Latina pueden transformarse en agentes importantes del cambio estructural y del aumento de la productividad”. Pero, advirtió, “se requiere una mayor coordinación para ayudar a las pymes a superar sus obstáculos”.

Por su parte, la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, explicó que “la heterogeneidad estructural y las persistentes diferencias en materia de productividad (entre y dentro de sectores y empresas) forman un núcleo duro desde el cual la desigualdad se extiende hacia toda la sociedad, agravando las brechas de capacidades y oportunidades”.

Por ello, indicó que “las políticas públicas y los gobiernos, en particular, tienen un papel crucial que jugar en la definición e implementación de nuevos enfoques integrales para el desarrollo, donde la política industrial y las pequeñas y medianas empresas estén ubicadas en el centro de la agenda”.

Las perspectivas globales. El informe indica que la región “crecerá a tasas relativamente altas y tiene margen para actuar contracíclicamente en caso que fuese necesario. Sin embargo, enfrenta un escenario de mediano plazo complejo”. Alerta que “la menor demanda externa pondrá al descubierto las limitaciones del actual patrón de crecimiento basado en la escasa incorporación de valor agregado y la exportación de recursos naturales en muchos países de la región”.

Justamente esto abre las puertas para que Latinoamérica le de una mayor relevancia a sus pequeñas empresas, como ocurre en países desarrollados. “Las pymes latinoamericanas pueden transformarse en agentes importantes del cambio estructural y del aumento de la productividad. Un esfuerzo de esta naturaleza requiere de un cambio de enfoque en las políticas públicas” hacia estas firmas, señala el estudio.

Globalmente, las perspectivas económicas de la región permanecen relativamente positivas, pero el contexto externo, con Europa en crisis, dudas sobre la situación estadounidense y China desacelerándose, plantea incertidumbre. 

El informe prevé que “después de casi una década de expansión continuada, únicamente interrumpida durante 2009, las proyecciones más recientes indican que el PIB regional crecerá 3,2% en 2012 y del 4,0% en 2013, lo que significa una desaceleración, al tiempo que se proyecta una caída de la inflación”.

En el corto plazo, se advierte que los riesgos se manifestarían principalmente por la vía comercial, pero con espacio para aplicar políticas fiscales y monetarias que permitan amortiguarlos. “Este impacto es diferente entre los países según la diversificación de sus exportaciones, tanto en términos de productos como de destinos, y el tamaño y dinamismo del mercado interno. La potencial disminución en el corto plazo de los precios internacionales de algunas materias primas afectaría a muchos países que las exportan”, dice el análisis.

Otro punto que causa inquietud, son los altos grados de desigualdad que mantiene Latinoamérica. “La región sigue siendo de las más desiguales del mundo y 31% de la población continúa siendo pobre”, se indica.

2031

Las pymes en cifras. Las pymes son fundamentales para el entramado productivo de la región. De hecho, representan cerca de 99% del total de empresas. Su incidencia en los índices de empleo es alto, pues dan trabajo a cerca de 67% del total de trabajadores.

A pesar de estos números, su contribución al PIB es relativamente baja, lo que -dice el informe - “revela deficiencias en los niveles de productividad de las mismas”.

Las grandes empresa en América Latina tienen hasta 33 veces la productividad de las microempresas y hasta seis para las pequeñas. Muy diferente a lo que pasa en los países de la OCDE, donde estas cifras oscilan entre 1,3 y 2,4 veces.

En los volúmenes de exportaciones la presencia de las pymes latinoamericanas también es pequeña. Sólo cerca de 10% de éstas exportan parte de su producción. En el caso de Europa la fracción de pymes exportadoras asciende al menos a 40% del total.

El acceso a financiamiento es un talón de Aquiles para las pequeñas empresas de la región y las cifras así lo confirman: “sólo cerca de 12% del crédito total en la región se destina a las pymes, en contraste con los países de la OCDE, donde reciben 25%”. Esto explica por qué una de cada tres pequeñas empresas en América Latina identifican el acceso al financiamiento como una restricción para su desarrollo.

En materia tecnológica no hay un mejor escenario. El informe dice que “mientras que el acceso de las pymes en América Latina a las TIC básicas como telefonía móvil y fija es similar al de las empresas grandes, persisten brechas importantes en las tecnologías más avanzadas como poseer una página web o intranet. Por ejemplo, 49% de las empresas pequeñas tienen página web en Argentina, en comparación con 83% de las empresas grandes. La brecha es más amplia en Brasil, Chile y Colombia”.

Tampoco les es fácil encontrar mano de obra calificada y 37% de las empresas de menor tamaño en la región ven como uno de sus principales obstáculos el encontrar trabajadores bien formados.

El rol de las pymes. Las empresas de menor tamaño en América Latina son actores claves para incrementar el crecimiento potencial de la región.

El estudio puntualiza que se debe tener en cuenta que las pymes constituyen un conjunto muy heterogéneo. “Con la aplicación de políticas coherentes y coordinadas, las pymes podrían ser agentes del cambio estructural a través de su contribución al aumento de la productividad”, señala.

Enfatiza que “las políticas públicas deben facilitar el desarrollo de las pymes y eliminar las barreras a las que se enfrentan, lo que permitiría cerrar las brechas con otras empresas, con el objetivo de que actúen como agentes del cambio estructural”.

Las estrategias deberían tener en cuenta que un problema frecuente de estas firmas pequeñas es su aislamiento, por lo que a menudo las políticas son más efectivas si se enfocan sobre la cadena productiva en su conjunto, de la cual forman parte las pymes. Estas intervenciones deben tener en cuenta las particularidades y heterogeneidad de éstas. Además las políticas deben ser específicas y tener objetivos claros y sostenidos en el tiempo.

El estudio añade que “se requiere de una coordinación significativa entre políticas sectoriales, así como políticas de infraestructura y provisión de servicios para poder resolver los cuellos de botella relevantes para el desarrollo productivo de las pymes y su entorno” y señala que “es necesaria una mayor coordinación vertical, por el papel que juegan los actores locales y regionales en las políticas de apoyo a aglomerados y cadenas productivas a nivel subnacional”.

Según el análisis, los tres puntos que son especialmente relevantes para desarrollar las pymes en la región son: el acceso a financiamiento, las políticas de innovación y tecnología (en especial el acceso a las TIC) y el desarrollo de competencia y capital humano.

2030

El financiamiento: ese eterno dolor de cabeza. Según el informe, las pymes están en desventaja frente a las grandes empresas respecto al costo de financiamiento bancario a largo plazo, pues acceden a tasas de interés mucho más altas, “que en ocasiones duplican el costo de capital de las empresas de mayor tamaño en varios países”, explica.

Frente a ello, se requeriría diseñar instrumentos que entreguen soluciones innovadoras a las necesidades de las empresas según su sector productivo, su etapa de desarrollo y su potencial estratégico.

En el problema del acceso a financiamiento, las instituciones públicas tienen la palabra. “Para suplir el escaso crédito de largo plazo de los bancos comerciales, las instituciones financieras públicas están incrementando su apoyo a través de varios instrumentos tales como la provisión de garantías, líneas de crédito a largo plazo y otros adaptados a las necesidades de las pymes. Estas instituciones financieras tienen una amplia participación en los sistemas bancarios de América Latina, que abarca 23% (US$ 600.000 millones) de los saldos totales de la cartera de créditos, gracias a un crecimiento sostenido del 15% anual entre 2000 y 2009. Esto les ha permitido incrementar también considerablemente la cobertura de los sistemas nacionales de garantía”, afirma el estudio.

Otro tema en el que se debe respaldar a las pymes es en materia de innovación, en lo que tienen un pobre desempeño, lo que puede entenderse por su tamaño pequeño, su acceso a la tecnología, al alto riesgo que implica innovar. Para enfrentar este tema es recomendable que las pymes se vinculen con otras empresas y con los agentes nacionales dedicados a esta materia.

Además, el análisis dice que “se requiere mejorar el diseño de políticas públicas que favorecen la innovación, así como la introducción y utilización de tecnología en las empresas en la región, en especial en infraestructura, inversión en laboratorios básicos, formación de recursos humanos para aprovechar y el establecimiento de programas específicos de fomento a la innovación empresarial enfocados en las pymes”.

Otros puntos altamente relevantes para impulsar a las pymes es incluirlas en las agendas digitales de los países y establecer incentivos institucionales para que las pequeñas empresas capaciten de manera continua a sus trabajadores, de tal manera que puedan tener mano de obra calificada.

El informe puntualiza que “las políticas en los ámbitos de financiamiento, competencias y formación, sistemas de innovación y difusión tecnológica, y las políticas de articulación productiva pueden ayudar a las pymes a superar sus barreras. Es necesario considerar las especificidades sectoriales, institucionales y territoriales. A su vez, su diseño debe de tomar en cuenta la heterogeneidad del conjunto de pymes en la región, ya que sus necesidades y potencial de desarrollo son muy diferentes. Para estas tareas hay que contar con instituciones capaces de liderar procesos complejos y con la flexibilidad para adaptarse a los cambiantes requerimientos del sector productivo”.

Para un país contar con pymes fuertes, innovadoras, que cuenten con los respaldos adaptados a sus necesidades, puede ser la clave para enfrentar adecuadamente el futuro que se dibuja en el horizonte.

Autores

Alejandra Araya B.