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Los efectos de la Reserva Federal en Colombia
Lunes, Diciembre 21, 2015 - 08:34

El histórico incremento de la tasa de interés Fed llega cuando el país se ha vuelto el doble de riesgoso y cuando podrían llegar al territorio más de US$190.000 millones en flujos de capital.

El pasado miércoles 16 de diciembre de 2015 quedará en la memoria del mundo como el día en el que se produjo uno de los cambios de política monetaria más importantes de la historia. Por un lado representa el primer incremento de la tasa de interés del Emisor estadounidense desde 2006. Además, “esta acción marca el final de un período extraordinario de siete años de tipos cerca de cero para apoyar la recuperación de la economía tras la peor crisis financiera y de recesión desde la Gran Depresión en 1929. La medida refleja nuestra confianza en nuestra economía”, señaló Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal (Fed), tras conocerse el cambio.

Se trata de un evento que no sólo incide en Estados Unidos, sino que marca un cambio en todo el mundo, sobre todo en las economías emergentes como Colombia. El fin del dólar barato y del encarecimiento de los créditos estadounidenses representa el comienzo de una nueva era, que empieza en medio de la desaceleración económica colombiana y justo cuando el petróleo está por debajo de los US$40.

Además, el mismo día en el que la Fed subió su tasa de interés el Senado colombiano aprobó el proyecto de ley para ampliar el cupo de endeudamiento de la Nación, permitiéndole al Gobierno realizar operaciones de crédito público interno y externo por US$13.000 millones, así como podrá otorgar garantías por US$4.500 millones. ¿Es el mejor momento para endeudarse en dólares?

“La decisión que la Reserva Federal tomó el pasado miércoles por el momento no representa un impacto significativo en el costo de los préstamos estadounidenses. La entidad tan sólo incrementó en 0,25% el intervalo de tasas de interés. Pero a pesar de esto, tal vez no sea el mejor momento para que el Gobierno aumente su exposición a la deuda internacional, porque los créditos para la Nación se están encareciendo por otros motivos. El efecto de la devaluación ha provocado que invertir en Colombia sea casi dos veces más riesgoso que antes de que el declive petrolero comenzara”, comentó Juan David Ballén, analista de Casa de Bolsa.

En efecto, el riesgo país ha aumentado para Colombia. Este indicador, que se puede medir con el Credit Default Swap (CDS) a 10 años, se situó en promedio durante 2014 alrededor de los 150 puntos, y para enero de este año ya se encontraba en 195 puntos. Y como si no fuera suficiente en octubre pasado, y esta semana, el indicativo llegó a su máximo histórico de 320 puntos. Además, el crecimiento de más del 60% que el CDS ha sufrido en 2015 coincide con la devaluación del 40% que ha tenido el peso colombiano y con el 20% que ha perdido la Bolsa de Valores de Colombia en el mismo período.

Todavía no está claro que el comportamiento que ha tenido el CDS sea un indicio que uno de los principales temores que han surgido en torno al alza de la tasa de interés se esté cumpliendo: la desinversión en América Latina por la salida de los capitales estadounidenses de las economías emergentes.

Para Marc Hofstetter, macroeconomista y profesor de la Universidad de los Andes, señaló que “por el momento las alzas de la tasa de interés de la Reserva Federal que se vienen no representan un riesgo de que los capitales de los países de América Latina van a migrar masivamente a Estados Unidos. Para empezar, la Fed anunció que sólo incrementará un 1% más su tasa de referencia en 2016, una postura muy conservadora considerando que históricamente cuando comienzan los incrementos sube por lo general 2% en tan sólo un año”.

El otro evento que coincidió con el alza de la tasa de interés de la Reserva Federal fue la baja de calificación por debajo del grado de inversión que Fitch le hizo a Brasil. Lo relevante con esta noticia es que JP Morgan advirtió en octubre que la nación carioca corría el serio riesgo de salir de su portafolio de recomendaciones de deuda pública en caso de perder el grado de inversión por parte de las dos principales agencias calificadoras.

Se trata del índice GBI-EM, uno de los portafolios más seguidos por los inversionistas internacionales, por lo cual la expulsión de Brasil significaría que los más de US$1,5 billones que le llegan a esta nación por causa de este referente se redistribuirían en los demás países que lo conforman, entre ellos Colombia, que es el que más participación tiene en este indicador después del país de la samba.

Ómar Suárez, analista de Alianza Valores, explicó que “aunque se estima que tras la salida de Brasil del índice de Jp Morgan a Colombia podrían llegar a US$190.000 millones en flujos de capital, esto también le da un mal mensaje al mundo sobre el entorno económico de América Latina. No es bueno para las calificaciones de los demás países que la economía más grande de la región haya perdido su grado de inversión. Y aunque la entrada de estos flujos pueda ayudar a que la tasa de cambio baje, esto sólo sería un efecto temporal”.

A pesar del ruido que pueda generar la mala situación de la economía brasileña, el grado de inversión depende de factores estructurales como el déficit fiscal, crecimiento económico, cuenta corriente, etc., los cuales la mayoría están ligados al precio del petróleo, que aunque cerró 2,28% a la baja, mostró un comportamiento relativamente estable durante la mayor parte de la jornada del jueves pasado.

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ELESPECTADOR.COM