"El equipo económico intentó luchar contra la desaceleración", aseguró Nelson Barbosa en una comparecencia en el Senado, en la que admitió que el Ejecutivo usó "todas sus herramientas fiscales" para evitgar la recesión.

Río de Janeiro. El ministro de Planificación de Brasil, Nelson Barbosa, reconoció este martes que el Gobierno del país se vio sorprendido por la mala situación económica del país, que podría terminar el año en recesión, y que obligó a impulsar duras medidas de ajuste económico.

"El equipo económico intentó luchar contra la desaceleración", aseguró Barbosa en una comparecencia en el Senado, en la que admitió que el Ejecutivo usó "todas sus herramientas fiscales" para evitgar la recesión.

Para ello, el equipo económico de la presidenta Dilma Rousseff impulsó medidas de ajuste fiscal para ahorrar en gastos públicos, algo que la presidenta, que inició el 1 de enero su segundo mandato, negó durante la campaña electoral. Barbosa lo justificó porque "las condiciones de la economía cambian" ya que el Gobierno no prevía esta situación actual.

Cuestionado sobre el fin de las ventajas fiscales en varios sectores industriales, Barbosa dijo que "ya no hay espacio fiscal" para mantenerlos, porque "la financiación pública llegó a un límite" y ahora la prioridad es garantizar que no habrá un nuevo déficit en las cuentas oficiales este año.

El ministro de Planeamiento brasileño dijo que los ajustes fiscales no afectarán los programas sociales del Gobierno, una de las bazas del Partido de los Trabajadores (PT), al poder desde 2002 y que ayudaron a millones de personas a salir de la pobreza.

"Todos los programas sociales se mantienen", reiteró, si bien admitió que las medidas adoptadas serán un factor de presión sobre los precios.

Pese a asegurar que la inflación se mantendrá cercana al 4,5% proyectada por el Gobierno este año (muy por debajo del 7,7% que marcó el indicador en febrero), Barbosa reconoció que las medidas de ajuste se notarán y tendrán un "efecto restrictivo" en la actividad económica, que según el Banco Central se contrajo un 0,11% en enero tras encogerse el 0,15% en 2014, aunque lo definió como "transitorio" y en un "corto plazo" se volverá al crecimiento.