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Mujica pide al Frente Amplio que lo habilite a incumplir promesa de bajar el IVA
Sábado, Noviembre 26, 2011 - 18:51

El articulado, elaborado en el Ministerio de Economía y Finanzas, descansa en las oficina de la presidencia de la República, y no tiene chance de llegar al Parlamento, al menos por ahora.

El presidente de Uruguay, José Mujica, decidió frenar el anteproyecto de ley para la rebaja de la tasa básica del IVA y va a solicitar al Frente Amplio que se expida, mediante un debate interno, sobre la conveniencia política de no cumplir esta promesa de campaña electoral, para efectuar otra reforma impositiva, que favorezca especialmente a los hogares más pobres.

El articulado, elaborado en el Ministerio de Economía y Finanzas, descansa en las oficina de la presidencia de la República, y no tiene chance de llegar al Parlamento, al menos por ahora. Así los transmite el propio Mujica que se encarga de advertir que la medida no es una “idea” de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), sino de él mismo. “Soy yo, no son ellos, soy yo que quiero ver cómo podemos hacer para que esa plata que no va a entrar al Estado (por recaudación de impuestos) vaya solo para los más pobres y el resto siga pagando la misma tasa de 22%” de IVA, dijo  el jefe de Estado a El Observador.

Es un nuevo asunto político que está a punto de entrar en la compleja interna de la coalición de izquierda. Será una discusión acerca de la conveniencia política de incumplir una promesa electoral y asumir el costo ante la opinión pública, pero para priorizar a familias de menor poder adquisitivo. Pero el debate es más que eso y Mujica lo sabe, aunque está dispuesto a recorrer ese camino.

La decisión presidencial se vincula a la sensación de un tironeo interno en el gobierno sobre el manejo de la política económica.

El proyecto de impuesto a la concentración de la tierra había sido una señal y las interrogantes eran sobre las perspectivas que eso abría. ¿Excepción o comienzo de nueva línea?

Un eje político de presidencia de la República y la Oficina de Planeamiento y Presupuesto imponía su voluntad ante “el equipo económico”, entendido este como el Ministerio de Economía y Finanzas junto al Banco Central, con un referente político que es el vicepresidente Danilo Astori.

La curiosa demora en el envío al Parlamento del proyecto sobre rebaja de IVA abrió otra interrogante. ¿La demora era por trámite? ¿Por revisación de aspectos técnicos? ¿Por consideraciones sobre evolución de finanzas públicas y oportunidad de aplicar una promesa electoral hecha en tiempos económicos distintos a los actuales?

En los últimos días se le trasladó esa inquietud al vicepresidente Astori y al presidente Mujica.

Astori dice que ese proyecto “es una prioridad de la agenda legislativa para 2012”. Días atrás, luego de grabar una extensa entrevista para Claves políticas de Nuevo Siglo TV, el vicepresidente se lamentó de no haberlo dicho en la grabación. Y sostuvo que ese plan, que no solo incluye rebaja de IVA, sino devolución total de impuesto al consumo a los que compren con planes sociales, y que apunta a la “bancarización”, es una prioridad política de primer orden.

La misma pregunta trasladada a Mujica tuvo otra respuesta. Mucho respeto y consideración hacia Astori, aclaración que no se trata de una competencia y de que la OPP no es responsable de la decisión, pero … el presidente aseguró que no le gusta la reforma y que quiere “hacer otra cosa”.

Jueves de nochecita, bastante cansado por una jornada que había comenzado a las seis de la mañana, se tomó su tiempo para explicar su idea. Dijo que prefiere mantener la tasa básica de IVA en 22% y destinar los recursos a “repartir entre los más pobres”, lo que puede ser “bajarle mucho más a ellos y el resto que siga pagando como ahora”.

Unos primeros números indican que “según por dónde se corte”, la baja puede ser de unos cinco puntos porcentuales. No está claro aún.

Mujica aclara que tanto el polémico impuesto a la tierra (resistido por Astori, los ministros del sector Frente Líber Seregni y el de Ganadería, que es independiente), como estos cambios impositivos, son ideas propias de él, y no “manija” de técnicos.

Pero las divergencias en el seno del Poder Ejecutivo son vistas por los empresarios e inversores, como una puja interna que genera incertidumbre.

La presentación del equipo económico en el foro anual de ACDE, dejó gusto a poco a los empresarios que participaron del desayuno.

Una medialuna de jamón y queso, un sándwich de jamón, otro de queso, dos ricos alfajores, café y jugo de naranja. Y exposiciones sobre temas trascendentes, como la mejora de la productividad, pero sin anuncios.

Muchos se quejaban en el intervalo o a la salida, y decían que en varios tramos parecía una clase universitaria sobre relaciones macroeconómicas, o un acto académico, pero no un foro en el que el equipo económico expone ante empresarios.

Empresarios y consultores económicos hacían la lectura de que “el equipo” no hacía anuncios concretos, porque no se podía comprometer a cuestiones que no sabía si podía cumplir. Que no tenía agenda que fuera concreta y posible de cumplir.

El presidente niega que todo esto debilite a su equipo. Pero sea o no así, muchos operadores políticos y económicos consideran que la toma de decisiones económicas se traslada del Ministerio hacia la Presidencia. Eso inquieta.

Durante la conversación de la noche de jueves, Mujica confió que quiere someter su consideración sobre el IVA a los órganos políticos del Frente Amplio, ya sea el Secretariado Ejecutivo o la Mesa Política. Como es una promesa electoral, el presidente considera “que es la fuerza política la que debe expedirse” respecto a la posibilidad de cambiar lo anunciado por otra fórmula.

No quiere que pase mucho tiempo, pero es posible que esta discusión lleve un proceso de maduración para que no termine en una victoria de unos sobre otros.

La composición actual de los órganos políticos del oficialismo tiene una inclinación clara a propuestas como la de Mujica. Las ideas que favorecen distribución del ingreso más equitativa, son siempre preferidas a otras en la interna frentista.

La oposición no estará ajena al debate. Y el episodio, nada menor, ilustra sobre un tiempo nuevo en materia de decisiones de política económica.

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