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Pensiones con bolsillos rotos
Lunes, Febrero 3, 2014 - 14:14

La cobertura se incrementa en América Latina, pero los montos jubilatorios son demasiado bajos.

Con una pensión jubilatoria promedio de algo más de US$300 para los hombres y algo menos de US$250 para las mujeres, Latinoamérica sigue siendo un lugar en que tener más de 65 años es poco auspicioso cuando se deja de trabajar. La nación donde las pensiones son más altas es Colombia, país en el cual los hombres obtienen una media de US$450. No obstante, allí la cobertura es baja: sólo el 24% de quienes tienen más de seis décadas y media de vida poseen una jubilación (contributiva o no contributiva). 

La situación es mucho peor en Honduras y Paraguay, donde la cobertura es del 6% y 16%, respectivamente. En el otro extremo están Argentina y Uruguay: 91 y 86% en cada uno de ellos. También con un nivel alto se encuentran Brasil (85%) y Chile (84%). El caso de este último país es curioso. En el grupo de naciones de alta cobertura poseen las pensiones más bajas: menos de US$300 (hombres) y cerca de US$200 (mujeres). Resultan, incluso, inferiores a las de naciones con cobertura mucho menor (como Costa Rica, Panamá, Ecuador y México). 

Según el informe Panorama Social de América Latina de la Cepal, en el país de los terremotos, además, las pensiones han tendido a bajar en los últimos años. En el quintil más rico “llaman la atención las disminuciones que tienen lugar en Chile (…) posiblemente por la exposición al riesgo financiero de los sistemas de capitalización individual”, pero no sólo los miembros de ese quintil: “en Chile también se ven afectados en forma negativa los montos de las pensiones del segundo, tercer y cuarto quintil, tendencia sistemática que no se observa en ningún otro país”.

El trabajo muestra que hay mucho camino que recorrer para mejorar la cobertura en Latinoamérica. Y que parte de él podría mejorarse a través de políticas enfocadas en sectores económicos específicos. “Los trabajadores de la construcción, el comercio y la agricultura exhiben, en la mayoría de los países, una probabilidad de afiliación significativamente menor que los trabajadores industriales”, en tanto que, “en varios países centroamericanos se identifica también un efecto negativo del sector de los servicios”.

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Autores

Redacción AméricaEconomía