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Perspectiva 2016 para México: es el momento de tocar retirada
Jueves, Enero 7, 2016 - 09:00

El principal riesgo para 2016 es el de la inestabilidad financiera. Esto es muy importante, dado que todas las recesiones de este siglo han tenido su origen en los mercados financieros.

Intuimos que 2016 será un año complicado. No queremos pecar de agoreros, pero esa impresión la traemos desde tiempo atrás. Nuestra percepción siempre ha sido que los mercados podrían librar 2015, y a duras penas lo lograron. Pero asimismo insistíamos que 2016 puede terminar en una hecatombe. Por eso nuestra recomendación es clara: toma el dinero y corre, es decir, convierte en efectivo las ganancias acumuladas a lo largo de estos casi siete años de mercado “bull” o alcista en Wall Street, y guárdalas debajo del colchón o, directamente, vete “corto”, es decir, apuesta por un mercado “bear” o bajista. Con esto queremos decir que las potenciales ganancias de seguir apostando por este mercado “bull” posiblemente sean marginales, pero el riesgo de sufrir escalofriantes pérdidas en caso de que estalle alguna burbuja creemos que es bastante alto, afirma el analista José Miguel Moreno, director de Llamadinero.com

Lo que nos hace sospechar que 2016 será complicado son los excesos que se han cometido y los desequilibrios que han surgido luego de siete años de deslumbrante expansión monetaria por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), comportamiento que han reproducido el resto de banqueros centrales del mundo, afirma.

Esa situación ha dado lugar a la etapa más larga y extraordinaria de dinero fácil y barato de la historia moderna de la economía mundial. Ahora bien, si de la anterior crisis, ésa de la Gran Recesión de 2008 y 2009, se responsabilizó en buena medida al anterior jefe de la Fed, Alan Greenspan, por mantener las tasas de interés demasiado bajas por demasiado tiempo, ocasionando excesos y burbujas muy difíciles de gestionar, ¿qué se puede esperar tras siete años con las tasas de interés en cero por ciento y tres versiones distintas de programa de compra de activos o QEs?

DESEQUILIBRIO

Por tanto, el principal riesgo que observamos para 2016 es el de la inestabilidad financiera. Esto es muy importante, dado que todas las recesiones de este siglo han tenido su origen en los mercados financieros: lo fue la recesión de 2001, con el estallido de la burbuja del Nasdaq; lo fue la de 2008-2009, con el colapso financiero de Lehman Brothers y la parálisis de todo el sistema; y nos tememos que la siguiente crisis también está gestada en los mercados financieros. Lo que falta por responder es cuándo explotará.

Pues bien, 2016 puede ser un claro candidato porque tras esos largos años de expansión monetaria los excesos se acumulan en muchos rincones de los mercados, su mantenimiento puede resultar insoportable en un entorno económico más adverso, y los ciclos están ya bastante maduros, con el riesgo de que pronto se puedan caer al suelo.

En efecto, los excesos, las burbujas, existen por doquier. Están en Wall Street, donde las valuaciones son muy caras. Sus principales índices tocaron máximos históricos el año pasado, pero ya no parecen que les resten más fuerzas para seguir trepando y lo más que logran es a duras penas resistir; están en el mercado corporativo de “bonos basura”, donde los capitales afluyeron de forma desproporcionada atraídos por sus atractivos rendimientos en un entorno de tasas cero y cuyas dificultades evidenció, al final del año pasado, el descalabro de Third Avenue Management; también reverberan en los mercados de deuda soberana, un segmento que en los países desarrollados está distorsionado por las intervenciones de los bancos centrales y que en los países emergentes se benefició del entorno de tasa cero; y finalmente, también afloraron burbujas en el mercado de materias primas, si bien aquí ya han estallado, algo que no es casualidad: fue el mercado de petróleo, oro, cobre y demás donde se gestaron las primeras burbujas al ser los primeros que se beneficiaron de las masivas inyecciones de liquidez de los bancos centrales.

Por tanto, borbotean muchas burbujas porque los mercados han asumido muchos riesgos; y los mercados han asumido muchos riesgos porque tal comportamiento tenía sentido cuando la Fed tenía las tasas en cero y prácticamente regalaba el dinero.

Entonces resultaba una ganga tomar prestado dinero a un costo muy barato e invertirlo en activos de riesgo que ofrecen buenos rendimientos. Pero la pregunta es si todavía tienen razón de ser en un contexto en el que la Fed pretende empezar a encarecer el precio del dinero, algo que ya hizo con la subida de tasas de finales del año pasado. Entonces, lo que antaño era una ganga empieza a resultar menos jugoso, y lo que es menos jugoso puede terminar siendo una operación ruinosa en caso de que los activos pierdan valor rápidamente.

POLÍTICA MONETARIA

Es verdad que en el anterior ciclo de restricción monetaria, desde que la Fed empezó a subir tasas a mediados de 2004 hasta que estalló la burbuja en 2008 transcurrió mucho tiempo. Eso juega en contra de la perspectiva de que en el 2016 pueda producirse un “crash”. Si la historia se repite todavía podría haber, al menos, dos o tres años más de mercado “bull”. Sin embargo, todo depende del tamaño de la burbuja. En junio de 2004, cuando la Fed empezó a elevar las tasas, Wall Street aún estaba recuperándose de la crisis del Nasdaq y estaba muy lejos de los récords del anterior mercado “bull”; en esta ocasión, antes de que la Fed empezara a apretar las condiciones monetarias, Wall Street ya cotizaba en nuevos máximos históricos.

Pero no sólo es el hecho de que la Fed vaya a empezar a encarecer el precio del dinero. El contexto es complejo: China se desacelera y crece a su ritmo más bajo desde 1990 en medio de una gigantesca deuda corporativa, de en torno a 160% del PIB, quiebras de empresas, descontento social y el riesgo de estallido de burbujas, también allí, en la Bolsa del Shanghái (altamente manipulada) y el mercado inmobiliario.

Las materias primas se siguen derrumbando y el precio del Brent cerró ayer en un nuevo mínimo de once años en un mundo anegado de petróleo; los países emergentes, sobre todo los exportadores de materias primas, empiezan a encontrarse asfixiados por el deterioro de las cuentas fiscales y corrientes y, por consiguiente, la rápida depreciación de sus divisas; Europa y Japón permanecen estancadas y tratan de espolear el crecimiento con políticas de estímulo monetario; el dólar se fortalece y genera problemas de crecimiento en EU; y finalmente, el bajo costo del dinero ha provocado una gigantesca bola de deuda global, por lo que los desequilibrios del anterior ciclo, más que corregirse se han exacerbado.

De modo que hay burbujas de riesgo a diestra y siniestra, y hay un entorno más complicado para lograr sostenerlas sin que revienten. Pero además, los ciclos, bien sean financieros como el mercado “bull” de Wall Street, o reales, como la etapa de expansión de la economía de Estados Unidos, empiezan a ser muy largos para los estándares históricos, lo que nos hace sospechar que están bastante maduros y pronto nos pueden dar un susto. El actual mercado “bull” es el tercero más largo de la historia. Por otro lado, la economía ha prolongado su fase de expansión durante seis años y medio, cuando el promedio de los ciclos de crecimiento estadunidenses desde la Segunda Guerra Mundial ronda los cinco años. Así que, para 2016, tengan mucho cuidado.

Autores

Excelsior.com.mx