Antonio Nava de Sofome, y también socio de la organización ProDesarrollo explicó que con la entrada en vigor de la reforma financiera se amplía el margen para la regulación de las sofomes.

El Economista.com.mx. La posibilidad que otorga la reforma financiera a las sociedades financieras de objeto múltiple (sofomes) de poder regularizarse de forma voluntaria es un gran avance para darle certidumbre al sector, así como para que este tipo de entidades comience a recibir mayor fondeo tanto de la banca comercial como de desarrollo; así lo explicó Antonio Nava, socio del despacho Nava Monterrubio y Asociados, especializado en temas de regularización financiera.

En entrevista, el también socio de la organización ProDesarrollo explicó que con la entrada en vigor de la reforma financiera se amplía el margen para la regulación de las sofomes. Por ejemplo, ahora podrán hacerlo las entidades que estén vinculadas patrimonialmente con otra entidad financiera (banco, sociedad financiera popular, comunitarias, cooperativa de ahorro y uniones de crédito); así como aquellas que emitan deuda a través del mercado de valores y, recordó, las que quieran regularizarse de forma voluntaria.

“Este marco que establece la ley va a permitir que en un futuro se pueda reestructurar el sector de sofomes y entonces se incremente el número de estas entidades reguladas. Esto va dar más solidez al sector, porque van a ser entidades reguladas y supervisadas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores”, explicó Nava.

Pese a este panorama, el directivo manifestó que para que una sofom se regularice de forma voluntaria debe tener activos por arriba de de 2,5 millones de Udis y por lo menos tres años continuos de operación, por lo que estima que en una primera etapa 10% de las cerca de 4.000 sofomes no reguladas que tiene registrada la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios Financieros logre regularizarse.

Asimismo, Nava expresó que habrá algunas sofomes que no quieran regularizarse debido a que en la actualidad son autosuficientes; es decir, que no tienen la necesidad de fondearse por entidades externas ya que operan con recursos propios. “Habrá algunas sofomes que —al no tener contactos con externos— no se ven obligadas a una regularización formal porque su propio capital está en riesgo. Por ello, tal vez en un tiempo inmediato no se regularicen, pero en un futuro lo harán porque los recursos propios nunca son suficientes para otorgar crédito”.

El directivo reconoció que si bien todavía falta que se aprueben las leyes secundarias de la reforma financiera —que definirán los temas de calificación de carteras de crédito, estimaciones preventivas y una contabilidad basada en el sector financiero— algunas sofomes ya están trabajando en ello debido a que son tópicos ya conocidos en el sector.

Las sofomes que deberían regularizarse en una primera instancia —agregó— son las que tienen fondeo del gobierno, ya sea de Nacional Financiera, de Fideicomisos Instituidos con Relación a la Agricultura, Financiera Rural o del Programa Nacional de Financiamiento al Microempresario, con el objetivo de no perderlo o, en su caso, incrementarlo.

Ante este escenario, el directivo consideró que esto ayudará a romper algunas trabas que se le presentaban a las sofomes, específicamente la falta de fondeo por parte de la banca comercial.

Otro de los puntos favorables que llega con la reforma financiera es que con su entrada en vigor las sofomes no reguladas podrán reportar a alguna Sociedad de Información Crediticia (Buró de Crédito y Círculo de Crédito), lo que evitará que exista sobreendeudamiento en estas entidades.