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Remesas a A. Latina y el Caribe crecieron a US$61.000M en 2011
Martes, Marzo 13, 2012 - 22:10

Las remesas siguen siendo una fuente de ingresos clave para muchos países de la región. En algunos países más pequeños y pobres, superan con creces a la ayuda externa y la inversión extranjera directa neta.

Emigrados de América Latina y el Caribe enviaron unos US$61.000 millones a sus países de origen el año pasado, 6% más que los US$57.600 millones remitidos en el 2010, según un informe divulgado por el Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin) del Banco Interamericano de Desarrollo.

El aumento del año pasado confirmó la tendencia ascendente de estas transferencias iniciada a mediados del 2010, luego de la fuerte caída registrada en el 2009 a consecuencia de la crisis económica global. En el 2011, casi todos los países de esta región recibieron un mayor volumen de remesas medidas en dólares que el año previo.

“Para el mercado de remesas de América Latina y el Caribe, el 2011 fue un año de renovado crecimiento luego del período 2008-2010, a pesar de la persistente incertidumbre económica en Europa”, señaló el informe. Para el 2012, el FOMIN anticipa que las remesas a esta región crecerán a una tasa similar a la del año pasado.

La mayoría del dinero provino de tradicionales destinos de migrantes latinoamericanos y caribeños como Estados Unidos y España. En Estados Unidos, fuente de casi tres cuartas partes de las remesas recibidas en esta región, los trabajadores extranjeros hallaron mejores niveles de empleo y remuneración durante el 2011. Como consecuencia, realizaron más transferencias por mayores montos.

Las perspectivas inciertas en Europa resultaron en una reducción en las remesas a América Latina desde ese continente durante el último trimestre del 2011. En España la población de migrantes se redujo en casi 2% por la partida de trabajadores extranjeros, en particular obreros de la construcción.

Brasil fue el único país latinoamericano en registrar una caída en las remesas en 2011. Medidas en términos nominales, se redujeron 5% a unos US$2.000 millones.

En contraste, Brasil tuvo un fuerte crecimiento de las transferencias de migrantes, los envíos que suelen realizar los trabajadores extranjeros cuando deciden retornar a sus países de origen. El año pasado aumentaron 51% a casi US$2.100 millones.

Esta tendencia llevó al FOMIN a adoptar una definición más limitada de remesas para el caso de Brasil, considerando sólo el dinero enviado por emigrados que se afincan en el extranjero, a diferencia de las transferencias de migrantes o los envíos de trabajadores temporarios.

Las fluctuaciones cambiarias y la inflación también afectaron el valor del dinero enviado por los emigrados. El año pasado México recibió unos US$22.700 millones, que ajustados por inflación y tipo de cambio valieron 17,5% más en moneda local. A diferencia, las remesas a Brasil, expresadas en reales, valieron 15% menos.

Las remesas siguen siendo una fuente de ingresos clave para muchos países de la región. En algunos países más pequeños y pobres, superan con creces a la ayuda externa y la inversión extranjera directa neta.

“La importancia de estos flujos reside en el papel vital que juegan para millones de familias receptoras que dependen de las remesas para sus necesidades básicas, incluso en países con mayores niveles de ingresos”, señaló el informe. “Sin esta fuente de ingresos que reciben periódicamente estas familias de parientes en el exterior, muchos hogares caerían bajo la línea de pobreza”.

En años recientes, a medida que algunas economías han mejorado, las remesas se han convertido en una porción más reducida del producto interno bruto. Sin embargo, en varios países de la región representan más de 10% del PIB. En el caso de Haití, que el año pasado recibió casi US$2.100 millones, representaron más de una cuarta parte del ingreso nacional.

Autores

AméricaEconomía.com