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Se mantiene incertidumbre sobre ayuda a Grecia
Sábado, Octubre 1, 2011 - 12:11

Sin un acuerdo para liberar una suma de 8.000 millones de euros (US$10.700 millones) como parte de un rescate de la UE, Grecia podría quedar sin fondos para pagar los sueldos de los empleados públicos en semanas.


Atenas. Funcionarios griegos se reunieron el sábado con enviados de la Unión Europea y el FMI para liberar el siguiente tramo de ayuda a Atenas, pero un medio reportó que el gobierno y sus prestamistas discrepan sobre cómo implementar el compromiso de despedir a empleados públicos.

Sin un acuerdo para liberar una suma de 8.000 millones de euros (US$10.700 millones) como parte de un rescate de la UE, Grecia podría quedar sin fondos para pagar los sueldos de los empleados públicos en semanas.

Para asegurar el siguiente tramo de créditos de rescate, el gobierno griego ha prometido aplicar alzas de impuestos, reducir los sueldos del sector público en un promedio de un 20% y recortar el número de empleados estatales en un quinto para el 2015.

Los funcionarios europeos están luchando para evitar una moratoria en la deuda griega, que podría destrozar las hojas de balance de los bancos europeos, dañar los prospectos del bloque de la moneda única y posiblemente llevar al mundo a una nueva crisis financiera.

Negociadores del Fondo Monetario Internacional, de la Unión Europea y del Banco Central Europeo -grupo conocido como la troika- concluyeron una visita a Grecia el mes pasado diciendo que no estaban convencidos de que el país pueda realizar los recortes necesarios en el gasto y las alzas de impuestos.

Los negociadores regresaron esta semana tras recibir garantías del Gobierno de que se implementarían las medidas de austeridad prometidas. Se reunieron el sábado con funcionarios griegos, incluyendo al ministro de Finanzas Evangelos Venizelos, en el tercer día consecutivo de negociaciones.

El ministro de Finanzas de Eslovaquia -que afirmó en público lo que algunos funcionarios de la UE han estado diciendo en privado- comentó que el reporte de los inspectores de la troika determinará de una vez y para siempre si Europa necesita prepararse para una bancarrota coordinada de Grecia.

La Constitución griega garantiza empleos de por vida a todos los empleados estatales, lo que convierte la medida de despidos en un campo minado legal y político.

Grecia prometió iniciar los despidos dejando a 30.000 empleados en una "reserva" para final de año. Esos trabajadores recibirían un 60 por ciento de su sueldo por un año y luego serían despedidos si no se les encuentran nuevos puestos.

El diario Ta Nea reportó el sábado que a los funcionarios de la troika les preocupaba que los empleados despedidos pudieran querellarse y recuperar sus puestos.

El gobierno aún debe detallar cómo decidiría qué trabajadores serán puestos en reserva. Se espera que tome una decisión sobre el plan en una reunión de Gabinete el domingo, cuando también tratará el presupuesto para el año próximo.

Un funcionario de Gobierno dijo a Reuters -bajo condición de anonimato, dado que las negociaciones están en desarrollo- que los trabajadores cerca de jubilarse estarían entre los que serán puestos en reserva, pero que algunos empleados más jóvenes también serían afectados.

"Estamos revisando poner a esas personas cercanas al retiro en la reserva, pero no sólo a esas personas", dijo el funcionario. "La troika nos ha dicho repetidamente que (el plan de reserva) tiene que ser 'real' y no 'virtual'", sostuvo.

Las medidas de austeridad son muy impopulares. Sus detractores dicen que medidas tan duras empeorarán el impacto de una crisis económica de ya tres años, y afectará mayormente a las personas pobres y a la clase media.

Los sindicatos esperan aumentar la presión política con una campaña de huelgas y protestas en las próximas semanas. El Gobierno socialista tiene una mayoría ajustada en el Parlamento y podría verse forzado a celebrar elecciones si se le opone apenas un puñado de legisladores.

Cientos de anarquistas marcharon el sábado por la plaza Syntagma, en el centro de la capital, entonado consignas y llevando banderas negras y rojas. Unas pocas mujeres entre la multitud llevaban niños en sus cochecitos.

La policía espera evitar que se repitan los violentos choques de junio, cuando más de 100 personas quedaron heridas.

Autores

Reuters