“Colombia se infectó de lo que se denomina como la ‘Enfermedad holandesa’: concentró buena parte de su actividad en sector petrolero y minero, y abandonó el resto de los sectores”, explicó el presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior de ese país, Javier Díaz.

A pesar de la fuerte devaluación del peso colombiano, de casi un 60%, y una caída de sus exportaciones, sobre todo de petróleo, Colombia podría encontrar una luz al final de esta crisis con el proceso de paz que debería culminar en 2016 y levantar su mirada hacia los sectores productivos, que ha dejado a un lado, según el presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior de Colombia, Javier Díaz.

“Colombia se infectó de lo que se denomina como la ‘Enfermedad holandesa’: concentró buena parte de su actividad en sector petrolero y minero, y abandonó el resto sectores”, explica Díaz en entrevista con Andes.

Para este analista, la caída del precio del petróleo afectó indudablemente a la economía en la que sus ingresos también son petroleros y se vuelve necesario “recuperar el aparato productivo en la parte agrícola, industrial y manufacturera para lograr compensar la caída que ha disminuido los ingresos por petróleo”.

En ese sentido, Díaz señala que esta caída de ingresos tuvo como consecuencia la devaluación del peso colombiano frente al dólar, que llegó al 60%, teniendo en agosto su pico más alto: Un dólar llegó a costar 3.100 pesos.

“La caída de los ingresos significaron menos dólares para la economía colombiana. Menos dólares significan que el dólar se hace escaso. Por lo tanto, sube el precio del producto que se hace escaso. Teníamos una abundancia de dólares y ahora tenemos una escasez y por eso sube la tasa de cambio”, añade.

Y aunque este panorama afecta a la vida diaria de los colombianos, Díaz mira con buenos ojos las proyecciones económicas que tiene el país suramericano para este año. Según el Banco de la República de Colombia, este año su crecimiento está previsto en 2,8%, que no se aleja de las estimaciones de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) que prevé un 2,9% para 2015 y un 3,1% para 2016.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) también estima un mejor crecimiento para este país con un 2,5% en 2015, y un 2,8% en 2016.

“Estamos en un proceso de transición. Tenemos una tasa de crecimiento aceptable en medio de la tormenta”, asegura.

Por otro lado, Díaz confía que ese crecimiento también podrá asegurarse en los próximos años si se logra un buen término del conflicto armado que mantiene el gobierno colombiano con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

“Para Colombia este tema es vital porque si logra terminar el conflicto y entrar en un proceso de paz, la economía colombiana puede crecer entre 1 y 1,5% por año adicional a lo que estamos creciendo”, prevé el funcionario.

Por otra parte, Díaz asegura que la productividad laboral debe mejorar, puesto que la educación y la tecnología se han visto afectadas con la crisis. En ese sentido, el presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior, asegura que se debe invertir los recursos en educación, ciencia investigación e innovación, para ser “más competitivos” en el mercado nacional e internacional.