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Standard & Poor’s advierte que calificación de Pemex seguirá cayendo
Lunes, Marzo 21, 2016 - 07:17

La calificación de Petróleos Mexicanos (Pemex) en Standard & Poor’s (S&P) seguirá cayendo a pesar de contar con el apoyo soberano de México, advierte el analista soberano para el país, Sebastián Briozzo.

La calificación de Petróleos Mexicanos (Pemex) en Standard & Poor’s (S&P) seguirá cayendo a pesar de contar con el apoyo soberano de México, advierte el analista soberano para el país, Sebastián Briozzo.

En entrevista con El Economista, argumenta que “sin ayuda del gobierno, la calificación de Pemex es ‘BB+’”. Evidentemente Pemex requiere una reforma importante y la implementación de la misma, “porque la calificación individual de Pemex seguirá cayendo”.

En este contexto, el especialista considera que la respuesta de la autoridad a la caída de precios del petróleo y a la situación de Pemex ha sido acertada.

Se refiere al recorte al gasto público de 132.000 millones de pesos, donde 70% es absorbido por Pemex y las medidas de apoyo a la petrolera para que los bancos de desarrollo faciliten los recursos para pagar a los proveedores.

“México mantiene dependencia fiscal del precio del petróleo. Y eso obliga a una mayor prudencia en el manejo cuentas públicas. Sin embargo, con los ajustes anunciados, está generando una respuesta de política acertada”.

Mientras tanto, Sebastian Briozzo aclara que la calificación de México S&P se sostiene en “BBB+” con perspectiva estable, lo que significa que en un periodo de tres o cuatro años, el balance de riesgos estará equilibrado.

Pemex no representa un riesgo para la nota soberana porque las autoridades han trabajado desde el 2014 con la reforma tributaria, para tener margen de maniobra en los ingresos públicos, dice. Pero reconoce que sí es la petrolera, junto con la deuda pública, una de las dos debilidades importantes para la calificación de México.

“La calificación que está vigente es ‘BBB+’ estable. Si viéramos algún riesgo, no consistente con esta calificación, nuestra perspectiva no sería estable”, detalla.

Ya se conoce el detalle del recorte al gasto en Pemex y la intervención de bancos de desarrollo para pagar a proveedores, pero falta la capitalización. ¿Podría afectar la posición fiscal del gobierno y por ende su calificación?

Las modificaciones en la base tributaria han favorecido la posición fiscal de México, así que no tenemos un panorama tan malo. Pemex y su situación fiscal son riesgo en tanto provocan ruido durante la volatilidad mundial. Lo que no es deseable en un contexto global que lo que requiere es un punto de certidumbre. Sin la referencia del gobierno, la calificación de Pemex es “BB+”. Pero se sostiene con apoyo soberano y pesa sobre soberano. Evidentemente Pemex requiere una reforma importante y su implementación, porque de lo contrario la calificación individual de Pemex seguiría cayendo.

Sin buffer fiscal. Menciona la deuda como una debilidad en la calificación del soberano. ¿Puede ser un factor que presione la nota?

La depreciación cambiaria ha tenido un efecto negativo en la deuda que hace que aumente. Pero es la tendencia del endeudamiento la que genera debilidad. En 10 años ha aumentado más allá del fenómeno cambiario. En el 2006 el nivel deuda estaba en 28% del PIB y está cerca de 40 puntos del Producto. Sí es un tema, porque México ha usado parte del colchón que tenía y hoy no tiene ese espacio de seguridad.

Y en el contexto mundial de volatilidad, ¿podría afectar el acceso al mercado?

Con más razón se exigen acciones preventivas como las que se tomaron. No olvidemos que hay factores que compensan el análisis, como es la estructura de la deuda de largo plazo. Está diversificada, por ello no constituye preocupación. Un soberano con la calificación que tiene México, tiene mayor flexibilidad para enfrentar choques externos y permite un acceso a mayor número de inversionistas en mundo, lo que le permite que emita deuda de más largo plazo, deuda en moneda local, y facilita el financiamiento. Pero sí es un punto de atención que se ha agotado el colchón que tenía la política de deuda.

Autores

El Economista (México)