En entrevista con AméricaEconomía, el gobernador boricua, Alejandro García Padilla, dijo además que la ínsula es el sitio idóneo para que los inversionistas de la región ingresen a Estados Unidos.
En medio de un complejo escenario económico, que suma ocho años consecutivos con crecimiento negativo del PIB –según datos del Banco Mundial–, el gobierno de Puerto Rico está empeñado en fortalecer su ecosistema de emprendimiento e innovación. Y una de las medidas tomadas en ese sentido encontró inspiración al sur de América. Se trata del programa Start-Up Chile, iniciativa que tendrá su símil en la isla caribeña.
“Estamos replicando Start-Up Chile, un proyecto extraordinario. Nos hemos reunido con los fundadores”, dijo a AméricaEconomía Alejandro García Padilla, gobernador boricua. “Todavía está en ciernes, pero sé que va a tener tanto éxito como en Chile”, agregó.
Start-Up Chile es una instancia estatal destinada al financiamiento y la aceleración de startups de clase mundial en la nación andina. Los participantes, nacionales o extranjeros, se comprometen además a formar una cultura que promueva el emprendimiento y la innovación. La apuesta chilena ha sido imitada y adaptada en naciones tan disímiles y lejanas como Malasia y Jamaica, y tan cercanas como Perú y Brasil.
Este proyecto se suma a otros que se han implementado recientemente en el país boricua que, a saber, goza de un estatus jurídico internacional de Libre Asociado a Estados Unidos, aunque con una administración autonómica y elegida democráticamente. “Por primera vez hemos aprobado leyes en Puerto Rico que permiten a las pequeñas empresas optar a los mismos incentivos que las grandes”, explicó el gobernador García Padilla.
Añade que una ley que recientemente entró en vigencia establece la exención de contribución sobre ingresos por los primeros US$60.000 generados por los jóvenes de entre 16 y 26 años por concepto de salarios, prestación de servicios o trabajo por cuenta propia. Además, el articulado ofrece beneficios impositivos sobre ingresos, patentes municipales y propiedades muebles para firmas nuevas creadas por jóvenes empresarios, los que contemplan un límite de hasta los primeros US$500.000 de volumen de negocios.
“De este modo, con los incentivos que se les dan a las grandes compañías y reduciendo la carga contributiva, fomentamos el empresarismo (sic)”, declaró la autoridad.
-No obstante el repunte reciente, la actividad puertorriqueña ha mostrado estancamiento por años. Y si bien el desempleo ha disminuido en su gestión a 13%, pero continúa elevado. ¿Qué está haciendo su administración para estimular la economía?
-La reducción del desempleo surge como consecuencia del crecimiento. En segundo lugar, el plan que está en vigor es de diversificación de nuestra base económica, tanto en lo industrial como de servicios y de las fuentes de generación de riqueza en la isla. Y está dando resultados.
-¿Hacia qué sectores se da esa diversificación?
-Agricultura es uno. Cuando llegué al gobierno, menos del 1% del PIB correspondía a agricultura. Por otro lado, en 2012 más del 90% del pescado que se consumía en esta isla del Caribe era importado. Nosotros estamos revirtiendo esas tendencias. En turismo habíamos ido decreciendo y algunos hoteles cerraron. Ahora se construyen nuevos hoteles, como éste donde estamos (se refiere al Hyatt House San Juan, donde se realizó la entrevista y que fue inaugurado el 8 de octubre).
Hemos retomado la manufactura, que también se había abandonado. Se han expandido las más importantes empresas radicadas en Puerto Rico y nos hemos insertado en la tecnología aeroespacial. La principal compañía estadounidense de esa tecnología, Honeywell, está ampliándose en la isla. Por otra parte, la línea aérea alemana Lufthansa decidió hacer acá un centro de mantenimiento y acondicionamiento de aviones. En esa área no teníamos presencia. Ahora sí y lo hacemos con fuerza.
-¿Puerto Rico es atractivo para la llegada de inversiones desde América Latina?
-El principal mercado del mundo sigue siendo Estados Unidos. Para América Latina, Puerto Rico es el puente de entrada a ese país, pues tenemos una cultura y un idioma similares. También una fuente jurídica parecida; por ejemplo, nuestro derecho de contratos tiene sus raíces en España, igual que la inmensa mayoría de América Latina. Por lo tanto, es un lugar mucho más amistoso para entrar a Estados Unidos.
Habiendo dicho eso, por las ventajas culturales de América Latina y la protección de las leyes de Estados Unidos, Puerto Rico es el sitio idóneo para que el inversionista latinoamericano entre al principal mercado del mundo.
-¿Cuándo y cómo se va a resolver definitivamente la incorporación, o no, de Puerto Rico como miembro pleno de Estados Unidos?
-Yo creo en el desarrollo del Estado Libre Asociado (a EE.UU.). Siempre que se ha dado la oportunidad de elegir, Puerto Rico ha votado para preservar la relación autonómica. Los puertorriqueños no queremos desaparecer ni hacernos un Estado de otro país. Entendemos y valoramos nuestro vínculo con Estados Unidos, que a su vez lo ha aceptado y defiende ante Naciones Unidas. Lo que queremos es modificar esa relación para tener la mayor cantidad de poderes que sea posible obtener dentro de una asociación con Estados Unidos.
