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Venezolanos se aprovisionan por temor a efectos de la ley de costos
Jueves, Diciembre 1, 2011 - 17:28

En el marco de sus intentos por regular la inflación, el presidente Hugo Chávez congeló el costo de una veintena de artículos de aseo personal, lo que ha convulsionado las compras.

En los pasillos de artículos de limpieza e higiene personal de un gran almacén mayorista en las afueras de Caracas el movimiento es mayor al usual: decenas de empleados ordenan cajas en medio de apurados compradores que temen que pronto se agoten los productos.

Como primer paso en la aplicación de una ley que intenta detener el acelerado avance de los precios en Venezuela, el presidente Hugo Chávez congeló días atrás el costo de una veintena de artículos de aseo personal, lo que ha convulsionado las compras y volcado a muchas personas a los comercios en busca de productos como jabón o pañales ante el temor de que se agoten.

"Esto fue un caos el fin de semana y eso que llegaron siete gandolas de papel higiénico y tres de desinfectante. Desde ayer estamos reponiendo inventario", dijo Luis Martínez, un acomodador con 19 años de experiencia, mientras llenaba los anaqueles vacíos con nuevos productos.

"La mayoría de la gente ha venido a comprar papel higiénico, pero sólo se permiten dos bultos por persona", dijo una de las cajeras del almacén, en donde ya se notaban bajas existencias de artículos como toallas sanitarias.

El temor a una escasez es compartido por los empresarios, que anticipan que la flamante Ley de Costos y Precios Justos, que entró en vigencia esta semana, causará el efecto contrario al que busca.

El alto costo de la vida es un dolor de cabeza para los venezolanos y se prevé que este año la inflación cierre en torno al 27%, una las tasas más altas del mundo, mientras las regulaciones de la nueva ley avanzan a sectores como medicinas, construcción, alimentos y repuestos de autos.

"Estamos buscando que los precios se ajusten a su estructura de costos y no lleguen a las personas a precios de especulación", dijo Karlin Granadillo, superintendenta de Costos y Precios, encargada de vigilar los costos de venta.

"Mercancía hay. La orden es poner todo el producto para el público y no dejar nada en bodega, por si vienen las inspecciones", dijo Francisco, un distribuidor de 36 años en un supermercado de Caracas.

Autores

Reuters