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Vicepresidente uruguayo: en el próximo gobierno no habrá un ajuste fiscal y se reducirá la carga tributaria media
Lunes, Mayo 26, 2014 - 17:28

Danilo Astori siente que con Vázquez, en un eventual tercer gobierno frentista, no habrá lugar a cabildeos en materia económica.

En julio de 2004, unos días antes de morir, el general Líber Seregni, que había zurcido antiguas rencillas entre Tabaré Vázquez y Danilo Astori, los recibió en su casa y les dijo “tú diriges la política y tú diriges la economía”. Al cabo de casi una década de gobiernos del Frente Amplio la realidad los encuentra en carrera por la tercera administración consecutiva de la coalición de izquierda.

Pero a diferencia del vacilante andar de José Mujica, el actual vicepresidente siente que con Vázquez, en un eventual tercer gobierno frentista, no habrá lugar a cabildeos en materia económica porque el candidato oficialista -favorito según todas las encuestas- tiene una “sintonía muy especial” con quien será su ministro de Economía y Finanzas de ser electo mandatario y eso le permitirá llevar al país al umbral de la “excelencia”.

Para que eso ocurra, Astori tiene pensado facilitar desde su cartera todo el apoyo necesario para impulsar reformas estructurales en capacidad física y humana porque está convencido que la economía no puede crecer por encima de su potencial “eternamente”. Con la certeza de que el Frente Líber Seregni (FLS) no tendrá consecuencias electorales derivadas del “caso Pluna” y la convicción de que eso será “plebiscitado” en las elecciones internas, el vicepresidente recibió a El Observador en su despacho del Senado para hablar de economía. Descartó enfáticamente que el próximo gobierno tenga que hacer un ajuste fiscal y, por el contrario, dijo que durante el próximo lustro se reducirá la carga tributaria media. A continuación una síntesis de la entrevista.

-¿Qué evaluación hace de los efectos de la política económica que tuvo su sello al cabo de casi una década de gobiernos del Frente Amplio?

-En una sola palabra: positiva, y en algunas palabras más: con desafíos pendientes. Positiva porque se logró un crecimiento muy importante, porque el factor genuino de ese crecimiento fue la inversión, no se creció en base a consumo que siempre puede generar efectos contradictorios. El consumo también creció pero los verdaderos factores de expansión de estos años fueron la inversión bruta interna, en primer lugar, y las exportaciones en segundo lugar. Y positivo porque se demostró que la política económica puede estar al servicio de las mejoras de las condiciones de vida de la población y no al revés. Positivo por lo extenso e intenso del crecimiento. Llegar a un promedio de tasa de crecimiento de 6% en una década no es poca cosa.

A nivel de América Latina supera el promedio largamente. Y eso que América Latina en estos años también creció y mucho. Fue la mejor década de América Latina de las últimas sin duda. Quedan desafíos pendientes que tienen que ver con el apoyo que la economía del país y la política económica le tienen que dar a tareas estructurales muy importantes y a las cuales hay que dedicarse con mucho esfuerzo en los próximos años que son el aumento de la capacidad y potencial física del país, léase infraestructura y más en detalle transporte, puertos y energía y la capacidad humana a la que también la política económica le tiene que prestar apoyo para dar “un salto cualitativo” y hablo de innovación y de conocimiento científico y tecnológico, que son la clave de la orientación cualitativa que tiene que tener esa capacidad.

-Analistas independientes, incluso expertos del exterior señalan que se desaprovechó una década de bonanza para ahorrar dinero y actuar en forma contracíclica para cuando vengan tiempos de vacas flacas. ¿Cómo es posible que tengamos déficit fiscal tras una década de crecimiento económico?

-Hago tres comentarios. El primero, no creo que se pueda hablar de desaprovechamiento porque una parte claramente mayoritaria de los recursos que el país generó fueron dedicados a realizar transformaciones que el país necesitaba.

Transformaciones en el ámbito social en primer lugar. Podría empezar con la creación del Ministerio de Desarrollo Social y el Plan de Emergencia que no existían. Pero también tengo que incluir la creación del Sistema Nacional Integrado de Salud, tengo que incluir el apoyo permanente y el más alto de la historia a la educación. Sé que tenemos que mejorar los resultados pero el apoyo fue dado y se hizo con esos recursos. Y no creo que este tipo de cosas puedan considerarse un desaprovechamiento. Pero también hubo transformaciones institucionales. Nosotros modernizamos toda la administración tributaria del país. Cambiamos radicalmente la administración de los recursos financieros y de la deuda pública con instituciones especializadas al respecto .

-Pero hay déficit fiscal y varios analistas dicen que el primer desafío del próximo gobierno será hacer un ajuste…

-El déficit fiscal no puede considerarse independientemente de la situación financiera del país. Una cosa es tener 2 o 3 puntos de déficit con una deuda que representa el 100% del PIB y otra cosa es tenerlo con una deuda bruta que representa 60% del PIB y una deuda neta –y esta es la clave– que representa hoy 23% del PIB. El país nunca había tenido esta situación.

La sostenibilidad fiscal viene por ese lado. El país está en una situación financiera muy buena. ¡Muy buena! Esto quiere decir no solo que el país tiene plata, vamos a decirlo en términos sencillos: tiene las reservas internacionales más altas de su historia, sino que tiene un acceso muy fluido a los mercados financieros. No se puede analizar la realidad fiscal independientemente de esto. La expresión ajuste fiscal está históricamente asociada a una contención generalizada y casi indiscriminada del gasto público y a una carga impositiva creciente. Eso fue lo que vivimos en el país en el pasado. Apenas había un desequilibrio se recurría a ajustes fiscales de este tipo que en realidad no constituían ninguna solución estructural. Si ese es el concepto de ajuste fiscal niego enfáticamente que vaya a haber ajuste fiscal. ¡No va a haber ajuste fiscal en el país, no va a haber ajuste fiscal! No va a haber ajuste porque la situación fiscal es sostenible.

Esto no quiere decir que no haya que tener cautela con el gasto y sin duda que la vamos a tener porque el orden y la estabilidad macroeconómica lo requiere. Lo hemos tenido en cuenta hasta ahora y lo vamos a seguir teniendo en cuenta en el futuro. Respecto a la otra hoja del tema fiscal que son los ingresos y el sistema tributario nuestro objetivo es exactamente el inverso, es ir disminuyendo la carga tributaria. Estoy hablando en términos generales porque hay quienes deben pagar más porque tienen mayor capacidad y quienes tienen que pagar menos porque tienen menor capacidad.

Nosotros queremos disminuir la carga tributaria media que tiene la población beneficiando especialmente a los que más lo necesitan. Ese es nuestro objetivo bajar la carga tributaria media porque tiene que ser el objetivo del sistema tributario a la luz de las finalidades fundamentales con las que fue diseñado y que son tres: equidad en primer lugar, es decir, tributos en función de la capacidad de pago de la población, eficiencia, en segundo lugar, teníamos 25 o 26 impuestos nacionales y eliminamos 15 de un plumazo porque el país no puede tener tantos impuestos ya que se dificulta la administración tributaria.

Eso es parte de aquellos ajustes fiscales del pasado donde se creaban impuestos algunos de ellos con muy poca capacidad impositiva que solo complicaban a la administración. Se trata de tener menos impuestos pero con mayor capacidad de recaudación. Y el otro objetivo es el estímulo a la inversión. Ese no lo podemos perder jamás porque uno de los grandes motores de la inversión fue el tratamiento fiscal que le dimos, a la pública y privada, nacional y extranjera para estimularla.

-Cuando asumió el primer gobierno del FA la prioridad era atender la emergencia social ya que salíamos de la crisis de 2002. ¿Cuáles son hoy las prioridades en materia económica con el problema de la deuda resuelto y una economía en crecimiento y casi pleno empleo?

-Las grandes prioridades son las de apoyar las transformaciones estructurales que tienen que ver con las capacidades físicas y humana del país. El ministerio de Economía tiene que asumir una gran responsabilidad de facilitar estos dos grandes desafíos. Y ojo que estos dos grandes desafíos no son solo a ser realizables por el sector público exclusivamente. Tenemos que buscar todas las formas posibles de cooperación con el sector privado. Por ejemplo, el sector privado tiene que participar en las grandes obras de infraestructura que necesita el país, ya está participando. Tiene que participar en la mejora de la capacidad humana que necesita el país. En materia de enseñanza el sector privado ha cumplido un papel importante en Uruguay a todos los niveles, en la inicial, en la primaria, en la secundaria y en la superior.

Es un estímulo que lleva a mejorar por la sana competencia para lograr esa transformación estructural y fundamental. Además de estos temas hay responsabilidades macroeconómicas importantes. La principal hoy es controlar las presiones inflacionarias y llevarla lo más posible a las metas que tenemos. Hay que distinguir dos cosas: hay una presión inflacionaria estructural, de largo plazo, que se trata de una manera. Y hay una presión coyuntural, circunstancial, que se trata de otra manera. A las dos las tenemos que combatir. La circunstancial tiene un gran componente climático, estamos en 9% de inflación por esos factores y tenemos que fijarnos como objetivo llegar lo antes posible al techo del rango meta de 7% y las tres últimas mediciones ya dieron un descenso. Por ese lado hay que jugar mucho con la política monetaria rigurosa, disciplinada y contractiva. Hay que cuidar el gasto público sin duda porque la herramienta fiscal es muy importante y los acuerdos de precios han tenido, para mí, buenos resultados.

El otro tratamiento de más largo plazo tiene que ver con lo estructural porque hay una presión inflacionaria subyacente en el propio crecimiento del país. El crecimiento presionando sobre un potencial que ya tiene altos niveles de ocupación es una presión inflacionaria subyacente, permanente, estructural que hay que combatir. Y se combate sin duda aumentando el potencial, no hay otro camino, y ahí llegamos a las grandes reformas física y humana. Si yo tengo problemas de energía, de transporte, de comunicaciones, de puertos, o de falta de calidad en la fuerza de trabajo por problemas de educación como los que tenemos , estoy comprometiendo el futuro de la producción y en eso el sector privado está llamado a jugar un rol fundamental. Las presiones inflacionarias estructurales no se van a remover si no hacemos las reformas estructurales de las que hablé porque llevamos diez años de crecimiento muchos de ellos por encima del potencial. Así no se puede vivir, no se puede crecer por encima del potencial eternamente.

-En el actual gobierno el presidente Mujica dio lugar a visiones diferentes a la suya en materia económica e incluso se llegó a hablar de un equipo económico mujiquista paralelo al que lideró Fernando Lorenzo. ¿Cómo prevé que será el relacionamiento con sectores no tan afines al FLS como el Partido Comunista y el MPP?

-Hubo diferencias instrumentales como en el caso del ICIR pero no en el rumbo y la prueba está siguió creciendo la economía y la inversión. En un equipo económico tiene que haber coherencia y unidad y si nos toca en el próximo gobierno lo va a haber.

En el próximo equipo económico va a mandar Danilo Astori y se terminó ya que Vázquez lo respalda…

No me gusta mucho el término mandar porque no quiero que nadie se sienta mal pero es verdad que con (Tabaré) Vázquez tenemos una sintonía muy especial no solo amasada en la oposición sino en el primer gobierno del Frente Amplio cuando encontramos un país con serias dificultades. Estoy seguro que podemos formar un equipo económico con coherencia y unidad interna escuchando y respetando visiones diferentes.

-¿Qué camino debería recorrer el país en materia de integración comercial a la vista del estado actual del Mercosur? Durante el primer gobierno del Frente Amplio, Estados Unidos ofreció un TLC pero fracasó por la resistencia de algunos sectores. ¿El partido está ahora más maduro para impulsar un “regionalismo abierto” como el que usted defendió durante la primera administración frentista y firmar tratados de libre comercio múltiples al estilo chileno?

-Sigo pensando lo mismo porque en la vida hay que elegir y hay hacer todos los acuerdos posibles con países y bloques de afuera de la región. Uruguay no puede olvidarse de la región pero no puede morir ahí. Ya estamos a punto de cerrar el acuerdo Unión Europea-Mercosur que hasta Argentina lo apoya que es el país más proteccionista de la región. La Alianza del Pacífico es otra excelente plataforma. El Mercosur no puede ser una estación terminal, tiene que ser una plataforma de lanzamiento.

-¿Hay margen para introducir reformas en materia tributaria, como el IRPF que es el tributo que más le duele a los trabajadores, mediante más deducciones?

-Eso tiene que ver con el objetivo de la disminución de la carga tributaria media que mencioné.

-Economistas del Frente reclaman un “giro a la izquierda” y subir la carga fiscal a las grandes empresas. ¿Qué dice?

-Las modificaciones tienen que ser coherentes con los objetivos. El sistema tiene que ser justo pero cuidar la inversión. Mejorará para reducir la carga media.

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