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¿Le sirve a un país ganar el Mundial de Fútbol?
Domingo, Junio 22, 2014 - 12:26

Germán Verdugo, gerente de estrategia de Credicorp Capital Colombia, señala que ganar una copa mundial tiene un impacto en el comercio. Pero, ¿cuál es el efecto de ganar el evento deportivo sobre la renta variable?

Bogotá. En general, los ganadores de la final de la Copa del Mundo en los últimos 25 años, no han mostrado retornos económicos significativamente distintos a los esperados dada su relación normal con la renta variable en el mundo. La excepción es Brasil. Sin embargo, la dirección del efecto no es clara en este caso.

Sin duda, ganarla es un impulso importante a la confianza de un país, exaltando los ánimos de sus ciudadanos. Sin embargo, lo anterior bien podría traducirse en un menor número de horas trabajadas y una caída en la productividad agregada de la economía.

Para testear esta hipótesis se recurre al análisis de estudio de eventos, donde se comparan las rentabilidades durante los 30 días siguientes al triunfo con los retornos que debieran haber tenido esos países si la relación normal que traían con la renta variable en el resto del mundo se hubiera mantenido inalterada durante ese período.

De cumplirse la hipótesis anterior, lo esperable es que la renta variable del país ganador tenga un resultado por debajo de lo normal, producto de que el mercado internalizaría un deterioro en los fundamentos de mediano plazo.

En promedio, desde el Mundial de 1990 en Italia, los ganadores han tenido retornos 1,5% por sobre lo que normalmente debieran tener. Lo que nos podría llevar a pensar que existe un efecto positivo de ganar el Mundial, ya sea mediante una mejora en el sentimiento o mejores perspectivas para el consumo.

Sin embargo, existe gran variabilidad entre los distintos Mundiales y sus ganadores. Por ejemplo, el mismo Brasil, muestra retornos de 19,5% por sobre lo esperado tras ganar el Mundial de EE.UU., mientras que tras el triunfo en Corea-Japón tuvo un castigo de -17,5%.

Adicionalmente, en 4 de las 6 Copas Mundiales que analizamos los resultados no se encuentran fuera del rango razonable que se podría esperar, dada la volatilidad normal que muestra la renta variable de esos países.

Adicionalmente, analizamos si los retornos mostrados por los perdedores de la final de la Copa del Mundo son anormales. En promedio, durante los 30 días posteriores al Mundial el retorno anormal de los segundos lugares es estadísticamente equivalente a cero, incluyendo el Mundial de Francia 1998, donde Brasil perdió en la final frente a Francia.

No se encuentra evidencia alguna de que ganarla o perderla tenga efecto sobre la rentabilidad de las bolsas de los países que se encuentran en la contienda. Siendo la excepción los dos triunfos de Brasil. Sin embargo, la dirección del efecto no es clara en este caso, ya que no encontramos efectos en la renta variable de ser los anfitriones.


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Impacto de US$63.000 millones

De acuerdo con un estudio realizado por la firma Deloitte, en este 2014 el Mundial tendrá un impacto estimado en los PIB municipales de Brasil de unos US$6.500 millones. Inversión distribuida así: 

US$2.000 millones en la construcción de nuevos estadios.

US$1.300 millones en ampliar y mejorar los servicios hoteleros.

US$1.200 millones en la reurbanización y puesta en valor de las ciudades participantes.
US$540 millones para ampliar la actual capacidad aeroportuaria.

US$138 millones en el acondicionamiento de la infraestructura para telecomunicaciones, donde se incluye el costo del procesamiento de los datos que de allí de desprendan.

US$640 millones para aumentar las rutas y vías por donde se mueven las selecciones y turistas.

En total se intervinieron 4.344 kilómetros en todo el territorio mundialista.

Detalla el mismo estudio que en términos generales el país completo entre 2010 y 2014 ha tenido y tendrá a final del año un impacto económico de US$63.000 millones. 

De ese monto, US$50.000 millones se producirán por el aumento de la producción nacional de bienes y servicios y solamente US$2.000 millones en los gastos derivados del turismo.

Autores

ELESPECTADOR.COM