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El cannabis medicinal sigue difuso después de la legalización en México
Viernes, Marzo 22, 2019 - 11:00

Por Maribel Ramírez Coronel, Periodista en temas de economía y salud para El Economista.

La expectación en torno al rumbo que tomará la industria de cannabis en México es enorme. Y no sólo aquí sino a nivel internacional. Si bien hasta el momento el presente gobierno aún no ha dicho con claridad el camino o la velocidad que tomará la legalización, se entiende que ya no es posible desandar el camino perfilado por las autoridades del gobierno anterior.

Y no es posible echarse atrás por muchas razones, pero en principio de cuentas sería dar la espalda a una oportunidad de impulso económico dado el incalculable potencial que tiene para México la nueva industria del cáñamo y del cannabis medicinal, que en los hechos ya tienen un paso de legalizadas. Es decir, sin meternos en la discusión del consumo recreativo de la mariguana.

Las empresas de cannabis más importantes del mundo están llegando a México o viendo hacia acá. Y entre los atractivos que ubican está no sólo el propio mercado nacional y su cercanía con el mercado norteamericano. Como dijo Dustin Moore, de Axiom Advisors, uno de los consultores de cannabis en California donde el mercado de cannabis crece exponencialmente con gran esplendor, México tiene todo para liderar la economía global del cannabis, debido a su historia agrícola, a su privilegiada ubicación geográfica, su destreza manufacturera y su fuerza laboral.

Los legisladores lo están vislumbrando o al menos hacen esfuerzos por tener claro el panorama. La semana pasada el senador Miguel Ángel Navarro en el seno de la Comisión de Salud del Senado convocó con gran quórum el Foro sobre Regulación de la Mariguana y hoy miércoles habrá otro convocado por la senadora Jesusa Rodríguez.

En este escenario está por verse qué pasará en torno a los productos autorizados por Cofepris en noviembre pasado. Se entiende que tienen validez absoluta pues fueron otorgadas bajo acto jurídico por la autoridad regulatoria —Julio Sánchez y Tépoz como titular del organismo regulador entonces—, pero las autoridades actuales encabezadas por José Novelo en Cofepris cuestionan esos permisos, y el mismo secretario de Salud Jorge Alcocer también habla de que se investigan irregularidades o malas prácticas de parte de la anterior administración en Cofepris sin mencionar con claridad qué van a hacer al respecto. Eso genera incertidumbre y no sólo en torno al ámbito de cannabis. Si van a hacer algo, es importante que se apuren en aclararlo y terminar con la parálisis.

No hay asociación de la industria de cannabis.

Del lado empresarial, resulta que no están tan organizadas las empresas con productos autorizados de cannabis como se suponía. Nos enteramos de que cuando en diciembre se anunció en conferencia de prensa la conformación de la Asociación de la Industria de Cannabis en México, en realidad aún no estaba constituida, y hoy es la fecha en que dicho organismo empresarial no se concreta. Nos comentan que Lorena Beltrán, directora de Endonatural —que recibió autorización de producto con cannabis— y autonombrada presidenta de dicha asociación no existente, no logró consolidar la integración de los empresarios de este incipiente sector.

El punto es que las empresas ya existentes, que no son pocas, sí tienen interés en formalizar su conformación como asociación, y todo está en que logren ponerse de acuerdo y resuelvan sus diferencias. Lo malo es que la falta de claridad de parte de la autoridad sanitaria no ayuda ni da certeza hacia adelante; por el contrario, genera gran incertidumbre ya no digamos para cannabis, sino para todos los sectores que regula, particularmente el de medicinas, insumos y dispositivos médicos, alimentos y bebidas, que representan nada menos que 10% de la economía.

Autores

Maribel R. Coronel / El Economista