"La ola actual (de contagios) ha llevado a la reimposición de medidas de distanciamiento social mucho más estrictas, lo que dañaría significativamente el transporte, el turismo y otros sectores de servicios", describieron analistas.

Las restricciones sociales más estrictas de China para combatir su último brote de COVID-19, ahora en su cuarta semana y que involucra a más de una docena de ciudades, están afectando al sector de servicios, especialmente los viajes y la hospitalidad en la segunda economía más grande del mundo.

China se ha abstenido de bloquear por completo las principales ciudades, como las que se vieron durante los primeros días del brote de COVID-19 en la provincia de Hubei, para evitar paralizar totalmente la economía.

"La ola actual ha llevado a la reimposición de medidas de distanciamiento social mucho más estrictas, lo que dañaría significativamente el transporte, el turismo y otros sectores de servicios", escribieron analistas de Citi en una nota el miércoles.

"Ahora esperamos que la recuperación total del sector de servicios se retrase aún más hasta el cuarto trimestre".

Ding, que opera un albergue de 15 habitaciones en las tierras altas occidentales de la provincia de Sichuan, dijo que esperaba una tasa de ocupación de al menos el 80% entre semana entre fines de julio y principios de agosto.

Pero con ocho infecciones locales detectadas en Sichuan, la tasa de ocupación real ha sido del 20% al 30%, dijo.

Cuando comenzó la temporada de viajes de verano en julio, recibió 300.000 yuanes en reservas ese mes.

"Ahora, en agosto, 100.000 yuanes sería una lucha", dijo Ding.

China informó de 83 nuevos casos de transmisión local para el 10 de agosto, informó la autoridad sanitaria el miércoles, lo que eleva el número acumulado de nuevas infecciones en la última semana a 583.

Eso fue un aumento del 85,1% en el número total de casos locales de una semana antes. La tasa se mantiene casi sin cambios desde el aumento del 87,5% observado la semana anterior, que según las autoridades ha sido impulsado principalmente por la variante Delta altamente transmisible.

La variante Delta se ha detectado en más de una docena de ciudades desde que se encontraron los primeros casos en Nanjing a fines de julio, lo que llevó a los funcionarios de Beijing a decirle a los gobiernos locales que superen "la laxitud mental" en sus medidas de contención y cierren las lagunas en su virus. -esfuerzos de lucha.

Los vuelos domésticos todavía pueden salir de ciudades que han reportado casos, excepto para aquellos que salen de Nanjing, Yangzhou y Zhangjiajie. Pero los vuelos y trenes que ingresan a Beijing desde áreas donde se habían reportado casos se han cortado.

La capacidad aérea programada general de China cayó un 31,9% durante la última semana, una de sus caídas semanales más pronunciadas durante la pandemia, según la firma de datos de aviación OAG.

Coincidiendo con el brote de Nanjing y la imposición de pruebas masivas y restricciones de viaje, las reservas de vuelos nacionales han disminuido drásticamente, dijo Juan Gómez de la consultora de aviación ForwardKeys, con sede en Valencia, España.

China ha reportado un total de 94,080 infecciones desde que surgió el nuevo coronavirus en su ciudad central de Wuhan a fines de 2019.