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El desafío de Juan Manuel Lopera: impactar a 10 millones de educadores
Domingo, Abril 8, 2018 - 10:00

Este colombiano ya está cambiando la forma en la que los profesores de América Latina educan a sus estudiantes. El MIT ya destacó su fórmula.

- ¿Quién es Juan Manuel Lopera?

Soy un joven de 31 años ya, dedicado a desarrollar tecnología en Colombia para los maestros en los países en vía de desarrollo. Eso comenzó hace 15 años y hoy estoy al frente de un equipo de 300 personas entregadas a eso, a hacer transformación en educación con tecnología.

- ¿Qué es Aulas Amigas?

Un proyecto que empezó como un juego cuando yo terminé el colegio, con el tiempo se convirtió en una compañía con propósito que quiere transformar la educación desde los maestros y con tecnología. Así que Aulas Amigas encontró la fórmula para llegarles a los maestros de las escuelas, a esos que muchas veces no tienen nada que ver con la tecnología porque no son nativos digitales. Llegamos a ellos con un invento nuestro que ya está en 20 países, se llama TOMi y lo que hace es llevar internet a las aulas que no lo tienen, las hace interactivas porque la pizarra se hace interactiva, ofrece contenidos, ayuda al profesor a evaluar, a preparar su clase, es como un asistente personal de los maestros.

- Usted, que fusionó la tecnología con la educación, ¿hasta dónde podrá lograr en Colombia una mejor sociedad con esa fórmula?

Lo cuento con mi historia de vida. Crecí en un barrio violento de Medellín y a los 12 años un maestro tomó la decisión de hacer innovación, de pensar diferente a la hora de educar, no sólo a sumar y restar, sino a tratar de inspirarnos como seres humanos, más que máquinas que sumamos y restamos. Ese maestro me cambió la vida, si no fuera por él, que tomó la decisión de hacer las cosas distintas, hoy nogeneraríamos 300 empleos en Colombia y en otros países y no existiría Aulas Amigas ni el valor que estas agregan a la educación.

El primer paso para generar cambios desde la educación es crear una nueva generación de maestros a partir de los nuestros, de los que tenemos. Y la tecnología es una excusa, además de ser un medio para transformarles la vida a esos maestros porque son ellos lo que les cambian la vida a esos estudiantes en las aulas de clase.

- No terminó la universidad y ya logró desarrollar una compañía de alcance internacional. ¿Ser autodidacta y persistente es una de las fórmulas para lograr los cambios que necesitamos en este país?

A la persistencia que mencionas le agregaría la resiliencia. Lo primero es sí, el conocimiento no tiene que ser estructurado en un programa académico universitario, el conocimiento lo adquiere uno cuando ve que lo necesita, ese fue parte del proceso. Cada vez que me encontraba con un problema, la solución fue buscar a alguien que me ayudara, buscar en internet o sencillamente equivocarme hasta conseguir aprender a resolver el problema. Ahí está la persistencia, para no morir en el intento. Y la resiliencia es porque sencillamente la vas a cagar. Una y otra vez, y te vas a dar cuenta de que eso genera demasiada frustración y la única forma es levantarse al día siguiente con la misma energía, es seguir soñando que eres capaz de conseguir algo a pesar de que no estudiaste en Harvard o no fuiste a una universidad pequeña en Colombia. Hay mucho de persistencia y mucho de resiliencia para sacar adelante a una compañía.

- ¿Cómo, con Aulas Amigas, se puede combatir a la corrupción?

La corrupción tiene mucho que ver con los principios de las personas, de cuando te colás en una fila, te pasás un semáforo en rojo; es un asunto de principios y si trabajar en ello no es tarea de la educación, pues no sé con qué se conseguiría. Más que Aulas Amigas, que las compañías que tenemos la posibilidad de liderar y que se estén creando tengan un principio en promover la honestidad.

- ¿Y a la desigualdad que tanto alimenta a la pobreza?

Esa es nuestra principal motivación. Romper estas brechas que se abren. Cuando comenzamos a hacer tecnologías para la educación, nuestra principal preocupación fue qué hacemos para que eso que está llegando a los países desarrollados y a las aulas de los colegios de estratos altos, también llegue a las aulas de los estratos más bajos, teniendo en cuenta que las brechas se estaban ampliando cada vez más, con muchachos sentados en en la tierra y sin siquiera un profesor inspirador para sacarlos de ese ciclo de pobreza. Esto puede empezar a sonar cliché, pero cualquier compañía que se cree no tiene sentido si es un emprendimiento que no tiene un propósito de generar equidad.

- Empezó a ser líder desde el colegio, se inventó el sistema de votación para la elección del personero y el anuario en formato digital. Ahora ya transformó más de 20.000 aulas. ¿A qué le está apuntando?

Esta mañana hablaba con mi equipo y les mostraba un análisis de mercado que estamos haciendo porque recientemente comenzamos a operar en la India, y les contábamos que sólo en América Latina hay 10 millones de maestros, que son los que queremos impactar, pero al ritmo que vamos, que son 2.000 al mes, pues nos tomaría unos 400 años y no tenemos 400 años para escribir esa historia. Entonces el mayor reto es ser una compañía que no solo impacta a 2.000 maestros al mes, sino que logre hacer la tarea en 50 años. Ya sabemos qué queremos, ya le encontré el significado a mi vida detrás de los maestros, ahora lo que tenemos que hacer es que nos alcance la vida para impactarlos a todos. Ese es el reto de todo líder: buscar dejar una huella y que alcance el tiempo de vida para conseguirlo.

- ¿Qué debemos hacer en este país para lograr más líderes de los buenos, como usted, que sean un ejemplo y que no se queden en el camino por falta de oportunidades?

Esto va a sonar comercial, pero el único camino es construir maestros que inspiren. Si tenemos maestros así en las aulas de clase, es altísimo el potencial de que aparezcan millones de líderes mañana desde las aulas. Ahora mismo lanzamos un concurso que se llama Maestros que Inspiran, convocando para que nos cuenten cómo están haciendo para formar líderes dentro de las aulas de clase. Ese es el mejor camino.

- Su mamá fue muy valiosa en su formación y entiendo que un profesor del colegio también. ¿Ellos fueron los que tuvieron la visión de ponerle un computador en frente para cambiar su vida, la de su familia y de su comunidad?

Fueron tres las personas clave en mi vida: mi mamá, porque creciendo en un escenario de escasez ella hacía lo que tuviese que hacer, como ropa, vendía helados… todos para completar el dinero y no me faltara el estudio y lo básico en la casa. Esa fue una inspiración de esperanza, perseverancia y resiliencia. Por otro lado, mi hermano y mi maestro del colegio, quienes me abrieron la mente y me permitieron ver más allá de las paredes invisibles de mi barrio. Han aparecido un montón de mentores que me han ayudado a definir otras cosas en la vida, como la felicidad o el propósito. Pero ellos tres fueron claves para decidir ser un líder positivo y no quedarme en mi barrio buscando oportunidades en las drogas y en las armas.

- Sabe diseñar sitios web, es programador de software, multimedia, recorridos virtuales en tercera dimensión y sabe también de negociación internacional, sólo por nombrar algo de su experiencia. ¿Hay que formarse en tecnología para poder liderar cambios en esta generación?

Muchas cosas las aprendí en el colegio, pero luego ha sido más por el lado de la administración y liderazgo de negocios. Pero sobre lo que preguntas, definitivamente no. La tecnología es la base de la transformación, pero el mundo no lo transforman sólo las herramientas tecnológicas, por ejemplo mi maestro no tenía acceso a computadoras y dudo mucho que fuera experto en ellas, así mismo en las clases no se usaba tecnología, pero teníamos un maestro que nos inspiraba. La transformación social no necesita de una cosa distinta a personas con la capacidad de mover a otras. El liderazgo no es nada distinto a una persona con herramientas para inspirar, así que la tecnología facilita, hace que el mensajes se expanda más rápido, pero lo que necesitamos es seres humanos que puedan transformar.

- Ha fundado cinco empresas, una práctica muy recurrente en los innovadores. ¿Cuál idea tiene sobre la mesa para volverla a romper?

Hemos hecho cinco empresas, pero la mayoría de ellas han fracasado. Nos meten en la cabeza que Apple nació en un garaje y al segundo día ya era una multinacional. Las historias de emprendimiento son historias de fracasos en la mitad y dolores de cabeza. De de esas cinco han fracasado tres. Hace seis meses lanzamos TOMi 7, nos ganamos un premio del MIT como la innovación del año y ahora estaremos lanzando algo en julio que tendrá un impacto fuerte en la educación, pero enfocado en los papás y en los estudiantes, así que seguimos en la misma línea, porque este es el sector que nos motiva y nos inspira. Seguiremos haciendo cosas positivas para los maestros y por ende para la educación.

FOTO: PEXELS.COM

Autores

ELESPECTADOR.COM