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El mito de hacer felices a los colaboradores
Jueves, Abril 27, 2017 - 10:22

No se trata de hacer felices a las personas, se trata de crear un medio ambiente en el que ellos puedan sentirse bien.

Por Ivette de Jacobis. Con todo el auge del tema de la felicidad en el trabajo, y a veces la mala información, algunos líderes se están formando la creencia equivocada de que las empresas tienen que enfocarse en hacer felices a los colaboradores para incrementar su compromiso y entusiasmo.

Pero la realidad, de acuerdo a los estudios, es que cada individuo es responsable y sabe lo que necesita para ser feliz. El compromiso de la empresa debe ser crear un ambiente de trabajo, con procesos, políticas, valores y comportamientos que liberen lo mejor que cada persona tiene.

De acuerdo a Geoffrey James, un reconocido escritor y conferencista de temas de negocios:

"Los empleados no trabajan arduo porque sean felices. Son felices cuando trabajan arduamente”

La mayoría de los líderes reconocen que los colaboradores que están “a gusto” en su trabajo son más productivos que aquellos que no lo son. Sin embargo, hay que tener límites, ya que muchas de las cosas que las empresas hacen para que los empleados “sean felices”, como gimnasios, videojuegos, comedores, etc. no necesariamente los hacen más productivos y algunas veces, incluso, logran el efecto contrario.

En un estudio realizado durante 3 años por Matthew Killingsworth, investigador de la Universidad de Harvard, realizado a través de una app que recopiló información en tiempo real sobre cómo se sentían los colaboradores mientras trabajaban identificó algo sorpresivo: somos más felices cuando fluimos con lo que estamos haciendo; nos sentimos menos felices cuando nuestra mente no está concentrada, es decir, está divagando o está aburrida.

Entonces, si realmente te interesa que los colaboradores estén entusiasmados y comprometidos con su trabajo, tienes que crear un medio ambiente que promueva y facilite que se enfoquen y concentren en lo que hacen. Por ende, instalar un lugar con video juegos puede incrementar la felicidad de los colaboradores porque mentalmente los absorbe, pero no se verá reflejado en la productividad.

Algunas ideas que puedes implementar son:

  1. Encuentra un equilibrio en la cantidad de trabajo que defines y repartes en tu equipo para que puedan concentrarse. Mucho trabajo genera ansiedad y que el enfoque esté en la cantidad de trabajo y no en hacerlo. Por otro lado, poco trabajo hace que las personas se aburran y comiencen a buscar otras cosas en qué enfocarse, como platicar o jugar en la computadora.
  2. Reduce las distracciones institucionalizando la hora de la concentración: un par de horas específicas al día, todos los días, los mandos altos y medios pueden dedicarse a trabajar en cuestiones que requieren concentración sabiendo que nadie los interrumpirá a menos que sea una urgencia.

Adicionalmente, puedes crear salas privadas o lugares donde puedan encerrarse a trabajar.

  1. Flexibilidad en políticas de horarios y permisos: contar con una cultura de trabajo orientada a los resultados, con horarios flexibles para que los colaboradores puedan atender cuestiones personales, les permitirá enfocarse en el trabajo.
  2. Constantemente indaga con tu equipo cuáles son las actividades que más disfrutan hacer y trata de que tengan más de estas.

Tres datos muy importantes:

  • Luego de cada interrupción, se requiere de 20 minutos para volver a concentrarse.
  • Se calcula que los colaboradores son interrumpidos un promedio de 3 a 5 horas por cada día.
  • De acuerdo a un estudio de McKinsey, si pudiéramos incrementar un 15 a 20% el tiempo que estamos en flujo, la productividad de la empresa casi se duplicaría.

¿Ya calculaste el costo que tienen las interrupciones en tiempo y en el de bienestar emocional de los colaboradores?

*Previamente publicado en blog de Ivette de Jacobis. Reproducido con la autorización de Ivette de Jacobis*

Ivette de Jacobis es Directora de Espiral Positiva y Consultora de bienestar emocional, dedicada a crear culturas de trabajo inteligentes y constructivas, implementando nuevos hábitos, sistemas de trabajo y patrones de pensamiento, que mejoren los resultados de la empresa y la calidad de vida de sus colaboradores.

Autores

Ivette de Jacobis