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El plan de la salud privada mexicana
Lunes, Enero 7, 2019 - 14:00

Por MaribelRamírez Coronel, Periodista en temas de economía y salud para El Economista.

Independientemente de lo que el Gobierno decida con el sistema público de salud, hay mucho por hacer igualmente en el sector operado por capital privado, que en términos prácticos es la otra mitad del sistema.

De lo que México invierte en salud, el 47% es gasto que sale del bolsillo familiar y que es destinado a pagar servicios a empresas de atención en salud. Lo que no se conoce bien a bien es qué proporción de la población atienden y qué resultados obtienen.

Aparte, quién duda de que sigue una migración de la población hacia los servicios privados al no poder ser atendida con oportunidad y efectividad en el sistema público...  Si bien existen cifras sobre derechohabiencia en los sistemas públicos, no existen datos integrados de atención en el sector privado. 

Al sistema privado, los gobiernos anteriores no lo han tenido en el radar, y la administración entrante tampoco. En el programa de salud de la actual administración se habla de una integración del sector publico incluidos IMSS, ISSSTE y sistemas estatales, pero no considera una coordinación con el sector privado.

Lo que es un hecho es que si no aumenta la inversión pública, no se ve por dónde el actual gobierno evitará que siga creciendo esa demanda de servicios privados de salud.

El problema es que la salud privada, que conforma un subsistema paralelo al sistema público, está igualmente fragmentado, desintegrado y sin una adecuada regulación. Ha ido creciendo conforme la necesidad y en reacción a las carencias del sector público.

Conforman Consejo Nacional de Empresas del Sector Salud

Pues bien, está sucediendo algo inédito y casi diríamos que subversivo: La iniciativa privada ya no esperará más a que el gobierno ponga orden. Está detonando un plan para que el sistema de salud privado opere y funcione en forma más estructurada y eficiente, con servicios oportunos, de calidad y se abra a mayor población con costos accesibles.

Un grupo de directivos del sector privado de salud trabaja desde hace tiempo buscando cómo colaborar con las autoridades en favor de mejorar el sistema, pero cayeron en la cuenta que es más fácil empezar por estructurar y hacer eficiente al lado privado igual de importante.

Están en vías de conformar el Consejo Nacional de Empresas del Sector Salud (CNESS) el cual integrará a todas las empresas que tienen que ver con salud. Y de verdad que son muchas.

Aparte de farmacéuticas -Canifarma, AMIIF y Anafam- y hospitales, están las de dispositivos médicos (AMID), laboratorios clínicos y gabinetes de diagnóstico (Comed), la industria de seguros (AMIS) e igualmente las cadenas de farmacias con Anadim y autoservicios (ANTAD), así como las de tecnología y software. Adicionalmente buscan incluir a agrupaciones que representen a administradoras de salud, centros de rehabilitación, consultorios médicos, centros de atención dental, oftalmológica y psicológica y empresas de consultoría especializada.

La idea, nos comparte Javier Potes -del Consorcio Mexicano de Hospitales (CMH)- quien será presidente del nuevo Consejo, es que participen bajo un consejo consultivo la Comisión de Salud del Consejo Coordinador Empresarial que encabeza Patrick Devlyn, la de Concamin, de Coparmex, la de Canacintra y la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud) que preside muy activamente Héctor Valle.

Con el CNESS, la IP busca tener una representación integrada y un diálogo eficiente y efectivo con el sector público. La idea, nos dice Potes, es colaborar en la transformación favorable del sistema de salud en México, pero también participar en forma integral en programas y campañas que impacten a la población atendida por instancias privadas, y que cada acción en el ámbito de salud implique una coordinación con el sector privado que cubre una parte importante y creciente de las necesidades médicas de los mexicanos.

Autores

Maribel R. Coronel / El Economista