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El reto de emprender en Venezuela
Domingo, Julio 5, 2015 - 12:22

Desde Venezuela Competitiva, Banauge y Accede analizan las variables para que los negocios alcancen la madurez.

Los hijos y nietos de un modesto emprendedor renacentista llamado Leonardo Da Vinci, que fue relojero, mecánico y pintor, viven cobijados por su manto de ingenio en Milán, Bangkok y Carapita, unidos como emisarios del saber de este tiempo de chispas y motivados por el impulso que sus ideas dan a la sustentabilidad del mundo.
Para deletrearlo de otra forma: cambian la vida y el destino humano con negocios productivos familiares en la cuadra del barrio gracias al microcrédito; amplían proyectos donde la tecnología impulsa el reciclaje que le da bienestar al municipio y crean plataformas globales de aprendizaje de idiomas. Pagan impuestos, generan empleos y prosperidad.

Aunque muchos de los miembros de la sucesión emprendedora de este genio que profetizó caballeros robóticos no superan hoy los 20 años, las barreras que subyacen en la asimetría de los mercados y negocios miopes, pueden truncar el porvenir de cualquier renacimiento temprano.

Y... ¿Qué pasa después del impulso emprendedor, cuando el espíritu y la fortaleza que roció la idea cumbre de la creatividad no bastan para seguir el duro juego del mercado? Allí no hay Mona Lisa ni Última Cena que valga. 

El éxito dependerá de la viabilidad, competitividad y sustentabilidad de la siguiente fase del emprendimiento. Mejor dicho, de su consolidación, “quizás el mayor reto que enfrentan los emprendedores venezolanos”, según sostiene Dunia De Barnola, directora ejecutiva de Venezuela Competitiva.

Si la tasa de sobrevivencia de los emprendimientos a escala global es retadora, solo 3% llega al primer año. Para 2012 en Venezuela esa tasa era 1,57%, como documentó el Iesa en el último Monitor Global de Emprendimiento”, (GEM por su siglas en inglés). 

En otras palabras, menos de dos de cada 100 emprendimientos sobrevive al primer año, advierte, sacan los clavos que dejan los orificios en la madera de esta realidad; y dejan en evidencia que “a pesar de la crisis, el venezolano se desenvuelve en un mercado que mantiene una buena capacidad adquisitiva y vocación de consumo; y en el cual hay una gama de necesidades y espacios disponibles para ser llenados con iniciativas, productos o servicios”.

Algo más transversal que identifica el discurso de De Barnola es que la creación de negocios o empresas viene dada por la vocación de autonomía del emprendedor en cuanto a la realización de proyectos, necesidad de generar ingresos, capacidad para asumir riesgos controlados, creatividad y habilidad para la articulación de redes de soporte y acompañamiento.

El contexto adverso se revierte de muchas maneras, inspirado en una anatomía similar a las de las aves que iluminaron la máquina voladora de Da Vinci: la “Anatomía del Aprendizaje derivada de la documentación de más de 200 casos de organizaciones exitosas en Venezuela”, dice De Barnola.

A largo plazo

Más allá del peso que tiene la variable económica a la hora de moldear el desarrollo del proyecto, la misma no siempre es determinante. 

Luis Moreno, presidente ejecutivo de Banauge-Emprered, esgrime una máxima irrefutable: “Si alguien es capaz de echar adelante un negocio productivo en estas circunstancias ha desarrollado competencias reales para emprender en un entorno de alta incertidumbre, donde lo primero sería no dejarse tomar por la situación, sino aprender a moverse en circunstancias particulares. Existe la tentación de echarle la culpa al contexto en el caso de que la idea fracase y no hacerse cargo de sus incompetencias como emprendedor. No tener claro cuán novedoso es el modelo de negocio que se lanza, lleva a cometer errores, como por ejemplo, creer que el producto es lo mejor del mundo, invirtiendo dinero, a veces prestado, para sacarlo al mercado y darse cuenta que la gente no lo quiere”.

En palabras de Moreno, centrarse en el cliente cuenta, iniciando la faena emprendedora con actitud de descubrimiento, que no debe dejar por fuera el hecho de que es necesario probar el servicio o producto; y algo esencial, conocer qué opina del mismo, forma parte de las tareas para estabilizar en el tiempo el negocio emprendedor. Esto abarca algo más: “Contar con un equipo de trabajo competente, aliados y proveedores confiables, canales de distribución idóneos y maneras de relacionarse con el cliente que aseguren que se puede crecer. Los resultados no se obtendrán a corto plazo, por eso es sustancial una actitud de aprendizaje permanente con relación a las cosas que no funcionan, volver a ellas y descubrir cómo mejorarlas”.

De cada 100 ideas de negocio -comenta- unas 30 comenzarán efectivamente operaciones y menos de la mitad logrará superar la brechas de los tres primeros años; pareciera una tasa muy alta de mortalidad de emprendimientos, sin embargo muchos de los que fracasan en su primer intento verían cristalizados sus objetivos en una nueva oportunidad aplicando lo aprendido.

Esteban Reyes Marcano, de Entrepreneurs & innovation Coaching, Fundador y CEO de StartCoaching y director de Accede, Espacio de Emprendimiento sostiene que “para consolidar un nicho, el emprendedor debe mejorar constantemente los aspectos básicos de su propuesta de valor; esto es el producto en sí, como todos los aspectos relacionados al servicio y al negocio. No debe conformarse con lo logrado; si ya tiene un espacio en un nicho, debe proponerse crear un producto o servicio increíble, fuera de serie”.

Luego afirma categóricamente que: “No hay secretos. Se sabe que lo que más incide en el éxito de un emprendimiento es trabajar en un problema que tenga sentido para ti y que valga la pena; que estés haciendo lo que te guste, algo alineado con tus dones y talentos; que trabajes duro, haciendo muchas pruebas para descubrir lo que realmente crea valor con la propuesta y cómo puede transformarse en un buen negocio”.

Tecnologías que consolidan

Ilusión, sombra o ficción. “La vida es sueño” y ciertamente en ella “sueña el que afana y pretende”. Y no porque lo escribiera Pedro Calderón de la Barca en el soliloquio más famoso del drama español, no todos los emprendedores sueñan lo que son ni terminan inspirando un film biográfico que narrará la construcción de su imperio económico que surgió de la nada, amasando fortunas y llegando al final del camino a tener su reality show. 

Resulta que la tecnología no es ficción y “forma parte de la realidad en la que se desarrolla el emprendimiento”, asevera Dunia De Barnola. Y pesa un montón a la hora de poner la guinda al pastel.

“Debe ser evaluada y asumida como otra condición del entorno, pero sabiendo que se actualiza y transforma con una velocidad apreciable”, advierte. 
 Así como la tecnología se revela en toda su dimensión siendo motor valedero de impulso para que la experiencia de emprendimiento sobreviva, su incidencia tiene bemoles, como lo argumenta Esteban Reyes Marcano.

“La tecnología en sí misma no constituye una garantía de éxito, su uso es para resolver problemas de una nueva manera, creativa y eficiente. Es lo que nos lleva a las innovaciones disruptiva. Un poco de eso es lo que hacemos en Accede, conectar el emprendimiento y las tecnologías que producen una ruptura brusca con el talento venezolano para producir innovaciones. La tecnología es fundamental, vivimos en medio de una revolución industrial que está desplegada en los ámbitos de la vida humana y presente en cada rincón del planeta; estar exento de ella no tiene sentido”, precisa.

Cooperación foránea

Abrazado al lenguaje pictórico de Leonardo, Luis Moreno asume el parentesco del arte con el propósito de emprender, a partir de que, “Tenemos un gran lienzo en blanco para construir miles de emprendimientos que resuelvan problemas de distintos tipos; emprendimientos económicos pero también sociales que se hagan cargo de temas como el reciclaje. Es lo que hacemos en alianza con Provita, apoyando a emprendedores del área a construir modelos de negocio sostenibles”. 

Las empresas que hacen RSE en Venezuela apoyan iniciativas en favor de la base de la pirámide en temas como educación y salud. Se conoce como Fundación Empresas Polar desarrolla programas de capacitación de emprendedores en 12 ciudades, invierten  para crear pequeñas empresas; igual lo hace Chevron, patrocinante de Emprered, y con este apoyo se ejecuta un programa en siete ciudades, donde anualmente se capacitan a emprendedores.

Así se mueve este genio del emprendimiento, el mismo que acopló Da Vinci bajo los astros de las artes y las ciencias; y que hoy promueve los despertares de la Escuela de Música Mapire de Carapita, que beneficia con su rapsodia también a niños de Antímano y Mamera. Un genio aclamado por la libertad.

Foto: Flickr

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