La presión de ser popular puede convertirse en algo verdaderamente difícil para los adolescentes e incluso puede pasar a convertirse en un peso abrumador.
Think Big. Desde siempre los niños han buscado en sus padres la validación y la autoestima, especialmente los adolescentes y preadolescentes. Pero en medio de la actual cultura obsesionada con los modernos medios de comunicación, los adolescentes pueden caer fácilmente en la búsqueda de validación a través de las redes sociales, transformando la popularidad online en una aspiración intensa.
En lugar de medir esta popularidad por el número de amigos que tienen en la vida real, los adolescentes parecen evaluar con mayor interés su condición e imagen social de acuerdo al número de seguidores que tienen en Twitter o los “Me gusta” que consiguen en Instagram.
La presión de ser popular puede convertirse en algo verdaderamente difícil para los adolescentes e incluso puede pasar a convertirse en una presión abrumadora.
Los jóvenes pueden llegar a sentirse estresados, ansiosos e incluso deprimidos por este hecho, ya que cada vez con más frecuencia emplean más tiempo en la elaboración de sus perfiles online, con el fin de ganarse el favor de los demás usuarios de estos medios sociales.
La fuerza de atracción que ejercen las redes sociales puede dar lugar a que los adolescentes publiquen imágenes inadecuadas, incluyendo reveladores selfies y/o fotos “de fiesta”, en un esfuerzo por lograr la ansiada popularidad online. Desafortunadamente, esta estrategia resulta a menudo contraproducente por la presión de los resultados a conseguir.
Una investigación sugiere que los adolescentes confían más en los medios de comunicación social para el apoyo emocional que en las fuentes tradicionales de ánimo o refuerzo, como una conversación frente a frente o una llamada telefónica con un amigo. La problemática de toda esta tendencia es doble.
En primer lugar, los medios de comunicación sociales han provocado que sea mucho más difícil para los padres estar al día con los grupos de compañeros de sus hijos, y en segundo lugar, parece que las amistades online pueden llegar a ser incluso más influyentes que sus relaciones reales, lo que hace de la presión digital un verdadero problema.
¿Qué pueden hacer los padres? La preocupación sobre el efecto de los medios sociales en la autoestima de tu hijo son fundadas, pero existen algunas medidas de prevención que los padres pueden tomar para fomentar y reforzar una auto-imagen saludable en su hijo a pesar de esta tendencia:
- Proporcionar oportunidades a los preadolescentes y adolescentes para que interactúen con sus compañeros cara cara.
- Si tu hijo publica habitualmente selfies, asegúrate de que lo hace de una forma segura.
- Enseñarle la diferencia entre el “selfie superficial” y la autoestima genuina, tratando de cultivar esta última.
- Asegúrate de que tu hijo sabe como actuar en caso de sufrir ciberacoso.
Debido a que gran parte de la vida social de un niño transcurre online actualmente, los padres deben realizar un seguimiento de la actividad de los medios de comunicación social. Lo mejor es comenzar la supervisión lo más pronto posible, y si tu hijo te acusa de espionaje, puedes mostrarle que nada en la red es privado.
Qustodio y Telefónica, por ejemplo, han desarrollado conjuntamente "Movistar protege", una solución de control parental para que tus hijos disfruten de internet con total seguridad.
La escritora y psicóloga mexicana Mónica Bulnes Puerta entrega en su reciente libro "Generación App" una orientación amena para que los padres comprendan más a sus hijos y dejen de satanizar las redes sociales, las aplicaciones y el internet en general.
La autora no reniega que internet es un nuevo espacio donde los chicos pueden crear su identidad. Pero ante ello su libro subraya la importancia de entender las tecnologías para que, a partir de ellas, se genere un espacio de confianza y acercamiento con los jóvenes -"educándolos desde la comprensión pero con firmeza", según plantea- para que las redes sociales sean un medio y no un fin.
La idea de la autora es que sea posible convivir con las nuevas tecnología en un ambiente de confianza y tranquilidad entre padres y adolescenetes.
Al abordar el tema de las redes sociales, por ejemplo, la psicóloga destaca que "para un niño, cualquier proceso de socialización debe ser gradual. Su incursión en el mundo va de la mano de sus papás, hasta el momento que es capaz de manejarse por sí mismo".
En "Generación App" se plantea que más que revisar el mundo privado de los adolescentes - Twitter, Facebook, Instagram y otras redes sociales-, lo que debe hacerse es comprender ese mundo y sus dinámicas, lo que permite estar atentos a cuando pueda surgir un peligro para los hijos.
"Como padres, también es importante que aprendan a calibrar tsus reacciones al encontrarse con material que ha sido sacado del contexto en el que fue publicado", detalla la escritora, poniendo como ejemplo si etiquetan a un hijo en una foto en Facebook.
Bulnes recalca también que la tarea de los padres no es prohibir el uso de la tecnología, sino entregarle valores a los hijos.
"Se debe recordar la importancia del contexto y utilizar una estrategia formativa para entablar conversaciones que no sean tan específicas como la imagen que se pudo ver en Facebook, sino para profundizar sobre los valores que se quiere subrayar en los hijos, a partir de esa experiencia, entregando herramientas que ayuden no sólo en ese caso específico, sino que para su vida", destaca la autora.
