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Emprendimiento: Quien paga la cuenta es el fanático
Martes, Mayo 21, 2013 - 16:06

Con poco más de dos años de haberse creado, el financiamiento colectivo de conciertos se vuelve una startup de exportación.

¿Qué se necesita para llevar un evento internacional a una ciudad como Río de Janeiro? ¿Patrocinadores?¿Espacio apropiado? Antes que todo, se requiere voluntad. Fue así como un quinteto de jóvenes cariocas creó “Queremos”, una iniciativa de crowdfunding que surgió con el propósito de llevar a la Ciudad Maravillosa las presentaciones que casi siempre se realizaban sólo en Sao Paulo. 

Lo que al principio fue sólo la intención de ver a sus artistas favoritos, se volvió en dos años en un proyecto que traspasa las fronteras de Brasil. “La gente siempre fue muy fanática de la música, viajábamos para ver los conciertos en Sao Paulo y en otras ciudades. En los últimos años, Río dejó de tener presentaciones de artistas poco o más conocidos, porque los promotores desistían de hacerlos; esta es una ciudad difícil”, relata uno de los fundadores y ahora director financiero de Queremos, Tiago Compagnoni. Y fue al constatar que más de un artista pasaría por Brasil sin presentarse en Río de Janeiro, que llevó al grupo a movilizarse.

Fanáticos de la banda sueca Miike Snow, que se presentaría en septiembre de 2010 en Sao Paulo, Porto Alegre y Recife, decidieron enviar correos electrónicos a cien amigos que parecían estar dispuestos a pagar R$200 (US$98) para financiar el evento en Río, una vez que el pago giraba en torno a los R$20 mil (US$ 9.815). La idea funcionó de inmediato y poco tiempo después ya eran vendidos ingresos a R$50 (US$24) para la presentación de la banda en el Circo Voador, casa de las presentaciones en Lapa.

Esa recaudacipon antes de ser confirmado el evento, es uno de los componentes básicos del crowdfunding, una especie de “vaca” virtual en que los interesados en la realización de un evento determinado -ya sea de carácter cultural, filatrópico o, incluso, de campañas políticas- financian la idea, pagando un cupo de forma anticipada.

Desde lo que pasó con la banda sueca hasta las otras 54 presentaciones promovidas y cerca de 57 mil ingresos vendidos, fue necesario adaptar la plataforma para algo accesible a cualquier fanático. Actualmente, los cupos son divididos en un mosaico virtual en el sitio web del proyecto, que recibe la foto de cada persona que decidió financiar el evento. Y en caso de que algún patrocinador quiera entrar al negocio, éste también puede pagar el cupo y exigir su logotipo en el mural de la recaudación. “Las empresas nos buscan y ayudan a confirmar el evento; es un patrocinio más orgánico”, detalla Compagnoni.

“La idea nació para satisfacer nuestra necesidad, y vimos que comenzamos a crear algo que consideraba a otros fanáticos de la música”, cuenta el director financiero. Y la diversión entonces se volvió un negocio profesional, al punto de que los cinco jóvenes actualmente tienen a Queremos como principal trabajo.

Carrera Internacional

Con el proyecto consolidado en el inicio de 2012, llegó el momento de pensar en la expansión para otros lados. Fue entonces cuando entró en escena la aceleradora de negocios 21212, la que más que colaborar financieramente, propuso discutir entre los fundadores el adaptar la plataforma de la startup para captar inversiones.

“Percibimos que Queremos no conseguiría aumentar el número de eventos si ellos fuesen los productores de cada presentación, ni en Brasil ni en el exterior”, explica el socio de 21212, Frederico Lacerda. La consultora ayudó a que comprendieran que lo novedoso de Queremos era, en realidad, que se trataba de una plataforma innovadora de crowdfunding, donde la promoción virtual de los eventos era realizada por los propios fanáticos. “Hacemos el ejercicio de buscar referencias fuera de Brasil y no encontramos. No hay en el mundo quien haga lo que hacemos, al menos, en esta magnitud”, dice Lacerda.

De esta forma, Compagnoni y sus amigos dejaron en manos de los productores locales la promoción de los eventos. Ellos ahora se encargan de la curadoría, de escoger las bandas y de dar al evento el formato similar a lo que ellos mismos hacen.

El cambio de foco también fue determinante para dar el mayor paso de Queremos desde su nacimiento: la expansión del modelo fuera de Brasil, más específicamente, en los EE.UU. Además de que los estadounidenses confiaran y conocieran más del funcionamiento del crowdfunding, el proyecto destacó en uno de los principales eventos de startups del planeta, el TechCrunch Disrupt, realizado en septiembre del año pasado en San Francisco, en EE.UU., permitió atraer una serie de propuestas de inversión.

Oficialmente, el We Demand, versión estadounidense de la plataforma de recaudación, se lanzó en noviembre de 2012 y ya promociona dos presentaciones de la banda BadBadNotGood, una en Boston y otra en Nueva York, ésta última agotó los ingresos durante una ventisca.

Éxito de crítica

Entre los fanáticos, una respuesta positiva está siempre garantizada. Finalmente, ellos se sienten directamente responsables por el evento. Los artistas también tienen elogios para el proyectos. “La energía del público mostró que ellos estaban interesados no sólo en una presentación común, sino en traer a la banda mediante su financiamiento”, cuenta Dawn Barger, empresario de la banda americana The National, que se presentó en Río de Janeiro en abril de 2011. “Nosotros no estábamos completamente seguros de qué esperar, pero Queremos es una compañía profesional que organizó una presentación realmente fantástica, que fue una experiencia nueva para nosotros”.

Uno de los primeros en participar en una presentación fuera de Río de Janeiro, el cantante Silva, también elogió la iniciativa que financió su presentación en Belo Horizonte. “Es asombroso saber que las personas que les gusta mi trabajo hicieran que se realizara la presentación. Fue uno de mis mejores shows”, relata el músico, que espera usar la plataforma para promover presentaciones en otras ciudades.

“Ellos no tienen vida garantizada para siempre, pero sin duda, por haber conseguido desarrollar un modelo y expandir ese negocio, son uno de los mejores ejemplos de cómo tener éxito. Una de las ideas fundamentales es que las startups deben primero establecer un modelo específico para luego expandirse y ser exportadas”, analiza Lacerda, de 21212.

Autores

Rodrigo Rocha, Sao Paulo.