En el baño no se come, ¿pero y si la mesa es el servicio? Es la propuesta de la cadena taiwanesa "Modern Toilet", de ambientación y carta plagada de ofertas escatológicas. Para Taipéi, cuna de los restaurantes temáticos, convertir una experiencia gastronómica tan arriesgada en un éxito parece pan comido.
El baño es el lugar idóneo para realizar numerosas actividades, además de las obvias. Una vez sentado en el retrete, devorar un buen libro u ojear una revista no parece una mala idea. Incluso es la opción favorita para muchos cuando se encuentran en una situación incómoda y buscan un escondrijo en el que calmar los ánimos u ojear el "smartphone".
Sin embargo, desde pequeños nos recuerdan que entre las funciones de los servicios no se incluye el comer, y cuando se hace una escapada en el trabajo para estirar las piernas, son muchos los que llevan consigo a escondidas algo para picar entre horas.
¿Por qué no salirse de la norma y disfrutar de una comida saludable y divertida en tan excéntrico lugar? Algo que debió plantearse el propietario de la cadena "Modern Toilet", Wang Tzi-Wei, cuando la creó inspirado por la escatológica afición de un personaje del cómic japonés.
Una propuesta culinaria plagada de sugerencias gastronómicas que pretenden impactar y confundir a los sentidos del comensal con constantes referencias a las indecorosas heces. Un restaurante no apto para gente escrupulosa, pero que hará las delicias de los atrevidos que se aventuren a engullir el contenido de un plato con forma de retrete rebosante.
Un ambiente muy "toilet"
Guste o no, lo cierto es que el aspecto es lo primero que entra por el ojo, y de nada sirve tener un menú con nombres estrambóticos, si su apariencia no es igual de impactante. Por ello, todo en esta cadena se sirve en platos de cerámica que reproducen la forma de retretes o tinas de baño. ¡Incluso es posible disfrutar de un refresco en un orinal en miniatura! Y llevárselo como "souvenir".
Los "hot pots" típicos de Mongolia y China se sirven impecablemente presentados junto a preparados con pollo frito, pastas y platos en los que el curry es el ingrediente predominante. Sólo hay que dejar volar la imaginación.
Para no desentonar y llevar al extremo esta experiencia "toilet", los establecimientos están decorados con elementos que pueden encontrarse en un cuarto de baño. Las paredes suelen estar recubiertas de azulejos y decoradas con escobillas y alcachofas de la ducha, pero tranquilos, no hay riesgo de salir empapado en un descuido.
Los clientes disfrutan del almuerzo, la cena o un tentempié sentados sobre retretes acrílicos adornados con llamativos motivos y estampados, ya que el color es uno de los elementos que no fallan en "Modern Toilet", además de las boñigas, para no perder la esencia de lo que sería disfrutar de la comida en el urinario.
El plato fuerte, el postre
Si hay algo en lo que coinciden los curiosos que han decidido acercarse a alguno de los locales que esta cadena de origen taiwanés tiene en Asia, es en que los postres helados son verdaderamente desconcertantes, y tanto sus nombres como su presentación son especialmente "sugerentes".
¿Quién puede resistirse a degustar "Hemorrhoid ice" (hielo hemorroidal), un helado de fresa de nombre poco apetitoso? ¿Habrá algún valiente que se atreva con "Diarrhea with dried droppings (diarrea con tropezones)", de sabor a chocolate? "Bloody poop (popó sangriento)", un helado de fresa, y "Green dysentery (disentería verde)", cuyo ingrediente principal es el kiwi, son otras de las ofertas dulces que proponen para terminar.
Tanto ingenio a la hora de idear los postres no parece casual, ya que esta cadena de restauración tan soez comenzó sus andanzas culinarias con una heladería.
Su inspiración: el manga
"Con la comida no se juega y con los excrementos tampoco". Es una consigna grabada en la retina de los niños a lo largo y ancho del mundo. Pero los personajes de la literatura y la televisión se permiten ciertas licencias que en la sociedad real no es adecuada.
Fue precisamente en la ficción donde el ex banquero Wang Tzi-Wei, propietario de "Modern Toilet", encontró la inspiración para el negocio. La protagonista del manga "Dr. Slump", de Akira Toriyama (reconocido a nivel internacional por ser el creador de "Dragon Ball"), llamó su atención.
"Dr. Slump" está protagonizado por Arale Norimaki, un androide con forma de niña cuyo sentido común no es el más agudo, y que disfruta jugando con Unchi, una caca rosa, a la que se empeña en pinchar una y otra vez con un palo en los episodios de la serie.
Este concepto lo llevó a emprender, y decidió montar una heladería en la que servía un enorme helado de chocolate en espiral sobre recipientes con forma de retrete en el suelo, típicos de los países asiáticos y árabes.
El éxito de la heladería lo llevó a abrir en mayo de 2004 "Marton Restaurant", el germen de la cadena actual, que abrió establecimientos por todo Taiwán. Dos años más tarde, en abril de 2006, los restaurantes cambiaron su nombre por el de "Modern Toilet Restaurant" y el negocio comenzó a expandirse por Asia.
China y Hong Kong ya cuentan con su propio local. ¿Conseguirán las boñigas comestibles llegar a América y Europa? El único requisito indispensable para catar su menú es tener un buen estómago.
* Reportaje EFE