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¿En la contratación laboral se ignoran los valores éticos?
Jueves, Diciembre 8, 2016 - 14:26

Este problema podría derivar de la falta de atención al proceso de selección y reclutamiento, ya que “sólo 20% de las compañías utilizan evaluaciones certificadas que aseguran el ingreso de individuos éticos”.

Debido a que las empresas en México están contratando personal poco leal y con tendencia a la corrupción, se estima que alrededor del 30% de los trabajadores están siendo despedidos por situaciones de mentira, robo y fraude, según explica Daniel Gutiérrez, director de la consultoría Grupo Human.

El experto menciona que este problema deriva de la falta de atención al proceso de selección y reclutamiento, ya que “sólo 20% de las compañías utilizan evaluaciones certificadas que aseguran el ingreso de individuos éticos”. Mientras que el 80% restante sigue recurriendo a pruebas psicométricas estándares que –dese hace tiempo– se han hecho públicas, lo que permite al candidato aprenderse las respuestas y contestar según la necesidad del empleador.

“El problema no es que el candidato asegure que sabe trabajar en equipo, que es confiable y honesto, sino que la empresa le cree sin antes comprobarlo”, dice Antonio Sancho, director del área de Dirección de Personal del IPADE, quien indica que las compañías deberían utilizar test especializados para medir, por ejemplo, niveles de honestidad, uno de los valores más cotizados en el mercado:

Hay una prueba que usa el ejército israelí y consiste en medir el tiempo de respuesta de un individuo: Si la persona se tarda en contestar una pregunta es porque está pensando en cuál es la mejor manera de actuar y no es cómo lo haría ella (…) hay que monitorear este periodo y usarlo como indicador de honestidad”, refiere.

Aunque la falta de ética en el colaborador, complementa el especialista del IPADE, no siempre es por un vicio personal, sino que algunas veces el contexto los hace cambiar de opinión: “Hay quien enfrenta problemas económicos o alguna situación que lo obliga a tomar decisiones poco saludables”.

¿Buenos antivalores?

No hay duda de que las conductas dañinas, también conocidas como antivalores, están dañando el clima organizacional. Sin embargo, hay que medir el grado de nocividad de estas actitudes para tener mayor certeza de las afectaciones en la compañía.

“No es que exista un antivalor bueno”, menciona Enrique Ramírez, director de Capital Humano de la Universidad La Salle, pero hay algunos que tienen menos repercusiones negativas; por ejemplo, la impuntualidad:

“Ésta puede reducir la productividad de un profesional, restar su participación en el trabajo colaborativo y, lo peor de todo, causar la ruptura de relaciones laborales (…) pero no pasa de ahí”, agrega Enrique Ramírez. Contrario a la discriminación, el acoso laboral, el maltrato, las amenazas y el abuso de poder, lo que sin duda tienen consecuencias que van desde la indemnización económica, hasta el pago con cárcel.

El nivel de negatividad de un antivalor, dice el director de Grupo Human, cambia según el perfil del profesional que lo posee. No es lo mismo que un mando alto cometa fraude en la empresa, a que un colaborador de rango bajo practique el robo hormiga. En ambos casos hay una sustracción ilegal, sin embargo, el directivo tiene acceso a información privilegiada que puede provocar un desenlace fatal.

“Una sola persona es capaz de incidir en el cierre de la empresa”, advierte Enrique Ramírez, por lo que aconseja no ignorar el rango del trabajador y prestar atención a cualquier señal poco ética que éste presente, ya que según la Encuesta Nacional de Victimización de Empresas (ENVE), el robo hormiga fue el delito de mayor prevalencia en 2015, con una tasa de 1.352 por cada 10.000 compañías en el país.

Los expertos coinciden y recomiendan no bajar la guardia, apostar por la capacitación continua y las evaluaciones que permitan conocer cuando uno de los trabajadores presente conductas contrarias a los valores de la empresa. Además, “no hay que olvidar que ellos también pueden presenciar actos indebidos, así que debemos mantener los canales de comunicación abiertos y atender las solicitudes de denuncia”, concluye Antonio Sánchez del IPADE.

Foto: Pexels.com

Autores

ElEmpresario.mx