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¿Eres realmente un comprador compulsivo?
Viernes, Octubre 5, 2018 - 12:00

Según los especialistas, hoy es cada vez más fácil caer en la conducta por las falsas necesidades que se generan en la sociedad actual.

Días como el CyberMonday son definitivamente una tentación para muchos. Días donde se pone a prueba no sólo el bolsillo, sino la capacidad de resistirse a ofertas y al lanzamiento de nuevos productos, entre otros, y donde se pueden ver comportamientos asociados a ciertos trastornos como es el Shopaholic o adicción a las compras. ¿Eres uno de ellos?

“Un comprador compulsivo es una persona que es incapaz de decir que no ante una posibilidad de compra, independiente de si la oferta o el producto en sí mismo sea necesario o valioso. Se caracteriza por el placer de la compra por la acción misma. El acto de comprar le produce tal placer, que al tratar de ponerse límites fracasa”, explica Carmen Gutiérrez, jefa de carrera de psicología de la Universidad del Pacífico.

Sin embargo, si una persona va de shopping después de un mal día y le hace feliz comprarse algo de ropa, eso no significa que padezca este trastorno. “Comprar tiene una parte gratificante y es normal sentirse bien después de hacerlo. Es patológico cuando la persona se siente impulsada, como arrastrada con fuerza a comprar, tanto que no puede evitarlo, no puede negarse a seguir ese gran impulso”, explica la psicóloga.

“Es un problema sicológico. Podría ser un cuadro en sí mismo, pero al mismo tiempo puede ser un síntoma de un cuadro mayor. Hay un problema en el control de los impulsos y/o en la línea identitaria. Este trastorno se basa en una carencia. El comprador compulsivo tiene un vacío, una necesidad personal que busca llenar o satisfacer a través de la compra”, agrega Carmen Gutiérrez.

El perfil típico de un comprador compulsivo es de una mujer de al menos treinta años, que compra continuamente cosas que no necesita sólo por la felicidad que le produce comprar. Aunque ese sea el patrón más reconocido, también hay hombres que tienen este trastorno, ya sea con objetos tecnológicos o con otros accesorios.

“Para identificar si eres o no un comprador compulsivo debes abrir tu clóset o mirar tu habitación y ver qué tienes, cuántas cosas realmente necesitas y cuántas de las que están ahí no sirven o no utilizas. Qué es lo que estás ocupando y cuántos objetos que compraste no has usado nunca”, ejemplifica la especialista.

Tal y como lo ilustra la película Locas por las compras, los adictos no se dan cuenta de que tienen un problema hasta que esto afecta gravemente su vida personal, es decir, pierden amistades y terminan con serios problemas financieros.

Al comprador compulsivo se le pierden los parámetros, es decir, no puede dimensionar la situación en la que está. Compra sin pensar en las consecuencias, se endeuda sin pensarlo, sin preguntarse si vale o no la pena. Por lo tanto, los amigos y familiares pueden ayudarlo a darse cuenta de que sus acciones no son saludables. El tratamiento adecuado es terapia psicológica y en algunos casos un tratamiento farmacológico”, explica Gutiérrez.

“Hoy en día es fácil ser comprador compulsivo, porque la sociedad misma genera permanentemente falsas necesidades. Es decir, hay más ofertas, más publicidad que incita a comprar todo el tiempo. Hoy se ofrece el placer instantáneo y fugaz de una compra, basado en un acto hedonista”, concluye Carmen Gutiérrez, la Jefa de carrera de Psicología de la Universidad del Pacífico.

Autores

Biobiochile.cl