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¿Está la renta ligada a la nacionalidad?
Jueves, Julio 2, 2015 - 09:40

En evento organizado por IESE, Branko Milanović, experto en desigualdad, se refirió al tema.

¿Se dirigen países como Estados Unidos hacia la plutocracia? La creciente desigualdad de la renta, ¿lastrará el crecimiento? ¿Qué deparará el futuro a los desheredados?

Y, sobre todo, ¿qué se puede hacer, si cabe, para detener el avance de la desigualdad en todo el planeta?

Son las cuestiones que Branko Milanović, uno de los mayores expertos del mundo en distribución global de la renta, abordó en el XIV Coloquio Servicio Público-Gestión Privada, celebrado recientemente en el IESE. Con el título "Tendencias de la desigualdad global de la renta y sus implicaciones", su discurso de apertura apuntó las alarmantes repercusiones socioeconómicas de un fenómeno que, como ha reconocido Janet Yellen, "preocupa desde hace tiempo" a la institución que preside, laReserva Federal.

De acuerdo al portal de noticias de IESE, la presentación de Milanović, antiguo economista jefe del departamento de Investigación del Banco Mundial y profesor en el LIS Center y The Graduate Center, corrió a cargo de Xavier Vives, profesor de Economía y Dirección Financiera del IESE.

A continuación, cuatro desafíos que plantea el aumento de la desigualdad de la renta, según Vives:

1. Es una tendencia que podría amenazar la democracia, además de derivar en oligarquías si el poder económico se concentra en manos de los más ricos.

2. China, India y las demás economías emergentes están incrementando la oferta y el flujo de mano de obra poco cualificada, lo que está afectando de manera colateral a los trabajadores de las economías más desarrolladas.

3. La situación actual de debilidad de la economía global, inestabilidad económica y escasa innovación se parece a la que vivió Estados Unidos en el siglo XIX, cuando el país aprobó leyes antimonopolio para controlar el poder del mercado.

4. Esta coyuntura presenta una marcada dimensión ética, ya que una proporción cada vez mayor de la población mundial se ve limitada por la desigualdad en términos de renta, educación y oportunidades.

Vives también citó a Yellen, que en octubre pasado alertó de que el 5% de los estadounidenses acaparan dos tercios de la riqueza del país frente al "estancamiento" del resto de la población. La presidenta de la Fed se preguntó si esta tendencia es "compatible con la igualdad de oportunidades, un valor arraigado en la historia de Estados Unidos".

La renta, ligada a la nacionalidad

Milanović observó que el rápido crecimiento de la clase media en Asia, junto con el estancamiento de la de algunos de los países más ricos del mundo, impulsa el surgimiento de una"nueva plutocracia global".

En su opinión, la dimensión global es inseparable de la nacional, pues "las desigualdades nacionales son los cimientos de las globales y, como tales, deben contemplarse en el contexto de la desigualdad media en todo el mundo".

Para ilustrar su tesis, Milanović mostró un gráfico de la desigualdad por países en el marco de la desigualdad global de la renta. Los resultados de la comparación son significativos: 

Toda la "línea" de Estados Unidos se sitúa en la parte superior del gráfico, lo que significa que los estadounidenses con menos ingresos son "más ricos" que la mayoría de los ciudadanos de los demás países.

Pese al crecimiento económico de China, la renta de su "clase media" equivale a la de los estadounidenses con menos ingresos.

La "línea" de Brasil atraviesa el gráfico de abajo arriba, lo que indica que el país sudamericano presenta la mayor brecha entre los muy pobres y los muy ricos.

O sea, actualmente, la renta está ligada a la nacionalidad: "En términos de renta, los ciudadanos resultan premiados o penalizados según nazcan en un país rico o pobre".

El impacto nacional de la desigualdad de la renta

Según Milanović, la migración se está convirtiendo rápidamente en una función de la globalización y de la desigualdad nacional, un proceso que afecta cada vez a más países.

El coeficiente de Gini, que representa la distribución de la renta, ha crecido hasta el 70% a escala mundial. Milanović equiparó esta situación a una temperatura de 70º, "tan incómoda como insostenible".

La redistribución de la renta que llevan a cabo los Gobiernos a través de los impuestos o la política monetaria puede aliviar en parte el problema e impedir que se agrave. Sin embargo, debido a la globalización, la movilidad de la mano de obra y de los mercados de capitales, así como las exigencias del Estado de bienestar, la minoría rica puede "simplemente irse a otro sitio".

En cuanto a los mecanismos aplicados por países como Alemania (a diferencia de Estados Unidos) para corregir desequilibrios, Milanović comentó que hasta ahora arrojan resultados desiguales.

Su conclusión es que "la intervención gubernamental, por sí sola, no es suficiente", por lo que instó a "ampliar" la propiedad e introducir medidas para aumentar el número de pequeños propietarios. También a facilitar el acceso y la vuelta a la educación, sobre todo en regiones como Europa, donde la complejidad política hace que corregir la desigualdad de la renta sea "más difícil" que, por ejemplo, en Estados Unidos.

"Facilitar más el acceso a la educación, una rentabilidad más equitativa de la inversión... son medidas con las que empresas e instituciones pueden cambiar las cosas y garantizar que el sistema no solo beneficia a una 'élite' que se autoperpetúa".

Volveremos a preguntar: "¿A qué te dedicas?"

Milanović anunció que a medida que se vayan enriqueciendo los ciudadanos de los países emergentes, como China, podríamos asistir a una reestructuración de la renta global. Y también al regreso a un nivel parecido al de la época anterior a la Revolución Industrial, cuando Europa y Asia estaban más o menos a la par.

"Antes la pregunta era: ‘¿A qué te dedicas?’. Luego se pasó a: ‘¿De dónde eres?'. Cuando China y otros países en desarrollo empiecen a aportar al conjunto su propia 'clase media’, ‘superejecutivos’ y élite económica, la pregunta seguramente vuelva a ser: ‘¿A qué te dedicas?’".

Y está bien que así sea, aprobó Milanović, pero eso no resolverá la "cuestión verdaderamente importante", es decir, la correlación entre la gran desigualdad que hay en el mundo y su impacto negativo en el crecimiento. Ese estancamiento no solo golpeará a los "pobres", sino también a las "clases medias", lo que puede tener consecuencias especialmente preocupantes para las democracias occidentales.

Un paso en la buena dirección es la apuesta por considerar la desigualdad de la renta como una disciplina e introducirla en los planes de estudios. Se trata de una idea que cobra impulso y apoyos en la comunidad académica mundial.

Para Milanović, "la recesión ha cambiado las cosas. Todos, incluidos los economistas, hemos tomado conciencia de la desigualdad".

Autores

AméricaEconomía.com