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Estudio de Randstad: 53% de los encuestados acusa poca capacidad de sus empresas para realizar teletrabajo
Lunes, Marzo 23, 2020 - 10:00

La implementación de home office en las empresas del país llegó a 72% durante la semana pasada.

La rápida expansión que el COVID-19 ha tenido en el país, con 632 contagiados y 1 muerto; gatilló que, de un segundo a otro, prácticamente todos los empleados a nivel nacional comenzaran a desempeñar sus funciones a distancia. Frente a este escenario, la consultora multinacional de RR.HH.

Randstad realizó una encuesta a más de 200 personas, la cual reveló que la implementación de home office en las empresas de Chile llegó a 72% durante la semana pasada. De estas, 53% lo puso en marcha desde la fase 4 de la expansión del virus, es decir, hace exactamente una semana; mientras que en fase 1 solo 3% lo autorizó, lo que representa un crecimiento de 17 veces en comparación a dos semanas atrás. Entre las fases 2 y 3 de la emergencia sanitaria, 34% autorizó trabajo remoto y 9% sostiene que esto no ha sido un tema en su compañía, ya que siempre han tenido la posibilidad de teletrabajar.

Por otro lado, 53% de los encuestados reconoce que su organización tiene nula o intermedia capacidad para realizar teleworking, considerando que, para que esta modalidad funcione correctamente, tiene que existir una infraestructura adecuada, además de tecnología y políticas de protección de datos.

Al respecto, Natalia Zúñiga, directora de marketing & comunicaciones de Randstad, señala que frente a este escenario se vuelve urgente la necesidad de legislar al respecto, a lo que ya se está dando prioridad en el Senado, pero no solo en temas de derechos laborales, que son sumamente importantes, sino que también tomando en cuenta que uno de los grandes desafíos de esta nueva forma de trabajar es la seguridad informática.

Esto, "ya que la gran circulación de datos en la red puede dar lugar a ciberataques, especialmente si no se considera esta posibilidad antes de facilitar el acceso de la información a todos los empleados, que van a estar fuera de la oficina. Sin embargo hoy, los más importante debe ser resguardar la seguridad de los trabajadores y sus familias, priorizando los procesos críticos”.

En otro aspecto de la investigación, las áreas que lideran la puesta en marcha de teletrabajo son Finanzas y Recursos Humanos, ambas con 17%; seguidas por Ventas y Marketing, cada una con 12%; luego por Tecnología (9%); mientras que más atrás se ubican Legal (7%), Operaciones (7%) y Producción (3%). En tanto, 9% dice que fue aplicado a toda la empresa y 7% menciona otras áreas como Mantenimiento y Seguridad, Cobranza, Asuntos Regulatorios, por mencionar algunos.

Hay que tener en cuenta que la naturaleza de las funciones de cada departamento es diferente, por ende, no todos tienen la misma capacidad de trabajar desde su hogar sin presentar dificultades.

No solo se trata de buena voluntad por parte del empleador, porque para las compañías, y también para las autoridades, no es fácil encontrar el equilibrio justo entre resguardar la salud de su personal, y a la vez tener la capacidad de generar los ingresos para poder pagar sus sueldos y, en la medida de lo posible, no tener que recurrir a despidos u otras medidas que puedan tener un impacto negativo en el mercado laboral.

Igualmente, dice Zúñiga, "hoy la mayoría de las firmas ha decretado home office para una o más áreas de su empresa y si hay departamentos o industrias que deban seguir físicamente en la operación, la compañía debe proveer todos los recursos y herramientas a los trabajadores, de manera de evitar o minimizar el riesgo de contagio, siendo empáticos y entendiendo la realidad de cada uno, lo que está pasando en sus casas, con hijos sin sala cuna o colegio, y la situación de salud de sus familiares cercanos”.

Específicamente en relación al teletrabajo, el estudio revela que las principales medidas aplicadas por las firmas son: documentos clave disponibles en la nube u otra plataforma de acceso remoto desde donde se pueda acceder de cualquier lugar y dispositivo con cuentas de usuario corporativas, accesibilidad a sistemas de gestión internos para procesos críticos del negocio, como pago de nóminas, facturación, entre otros, ambas opciones con 24%; disponibilidad de los datos de contacto de todo el personal más teléfonos de emergencia por cada uno, con 19%; medición de la productividad, es decir, todas las áreas autorizadas para el teletrabajo tienen indicadores de rendimiento establecidos y monitoreados por jefaturas, con 13%; mientras que 10% menciona la alternativa “no aplica, porque mi compañía nunca ha implementado home office y esta contingencia no ha sido la excepción”.

Finalmente, la activación del Business Continuity Plan o Plan de Continuidad de Negocio ante contingencias, el cual se ha sido comunicado y probado por las distintas áreas de la compañía y los usuarios claves ante emergencias, sigue entre las últimas opciones con 8%; y un 2% señala “otras medidas”; entre las que destaca la puesta a disposición de alguna plataforma de comunicación interna.

En este sentido, Zúñiga refuerza que con o sin home office, implementar indicadores para medir la productividad es fundamental para no perder de vista el desempeño de los trabajadores, tal como si estuvieran en la oficina.

“Todas las medidas que vayan en dirección a aumentar la flexibilidad, ya sea en la jornada horaria o en el tipo de contrato (empleo temporal) influyen en la satisfacción de los empleados y en su nivel de motivación y compromiso con la compañía, lo que eventualmente repercute en los indicadores de producción, siempre y cuando sean prácticas que vayan acompañadas de una estrategia en cuanto al seguimiento del rendimiento por parte de las organizaciones”, dice Zúñiga.

Por último, y en esta misma línea, el sondeo refleja que la mayoría de los encuestados piensa que la productividad se mantiene con el trabajo remoto, con 46%; un 30% cree que aumenta este indicador, porque crece el compromiso de las personas con la organización y se puede aprovechar el tiempo destinado a traslado; mientras que 24% afirma que la producción baja, debido a que hay más distracciones y los colaboradores no tienen al jefe cerca, que es lo que habría que evitar estableciendo trabajo por objetivos y un monitoreo constante del avance de las metas.

Autores

AméricaEconomía.com