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Europa: un imán cultural para los estudiantes de MBA latinoamericanos
Lunes, Junio 3, 2019 - 15:26

Reconocimiento educativo, conexión, multiculturalidad y perspectivas de carrera son las principales razones por las que jóvenes profesionales de América Latina eligen al Viejo Continente para hacer un MBA.

En busca de una experiencia laboral internacional y sin tener que permanecer mucho tiempo fuera del mercado, el ingeniero químico Jorge Azcárraga comenzó a barajar la opción de estudiar un MBA en Estados Unidos o Europa. Finalmente, descartó la primera opción y se inclinó por el MBA de tiempo completo que ofrecía la alemana Mannheim Business School.

¿Por qué un estudiante latinoamericano dejaría todo para estudiar en Europa durante un año? Descartemos la distancia con su familia de origen. Un desapego que al parecer no es un problema para los profesionales que, pudiendo optar por las b-schools estadounidenses o las latinoamericanas, han privilegiado poder empaparse de la multiculturalidad que les proveen las escuelas europeas.

“La diversidad fue de hecho uno de los factores principales que me atrajeron de la escuela de Mannheim; no solo el foco internacional de los maestros, sino que también el de los compañeros”, explica Azcárraga. Un criterio muy similar al usado por el ingeniero chileno Matías Pizarro y la brasileña Mariana Kaplan, que eligieron el MBA de IESE, en Barcelona.

A Pizarro le atrajo la enseñanza bajo la metodología de casos, pero también fue decisivo que “el MBA es bien multicultural. Si se va a Estados Unidos o a otras universidades, el 60 o 70% son alumnos estadounidenses; en cambio, acá hay muchas nacionalidades y están muy bien representadas, lo que enriquece al programa”, justifica.

(Foto: cortesía de Mannheim Business School)

Vida de campus

Conscientes del atractivo de contar con un alumnado diverso culturalmente, las escuelas de negocios buscan que este factor se convierta en un valor agregado en su oferta educativa. A través de becas para mujeres y a alumnos destacados de países en vías de desarrollo, se intenta alcanzar esta meta de diversidad.

En IESE, donde el 24% del alumnado del MBA es latinoamericano, tienen un amplio abanico de becas. Una de estas contempla la ayuda a candidatos con gran potencial que viven y trabajan en un país emergente. Además, existe la beca Forté, “dirigida a mujeres que ejercen el liderazgo ejemplar, tanto a nivel académico como creativo, de equipo y en la comunidad”, cuenta Pascal Michels, director de Admisión del MBA.

Desde el IMD Business School, Anna Farrus, directora de Selección y Admisión del MBA, destaca en su caso la beca Staton, beneficio “que otorga CHF$50.000 (US$ 35.738) a un candidato latinoamericano, excepto a brasileños, que tengan la intención de regresar a Latinoamérica después de acabar el MBA”.

Junto con lo anterior, las escuelas también se han enfocado en potenciar la vida de campus como un elemento diferenciador y atractivo para sus nuevos alumnos. En IESE cuentan con los clubes del MBA y actividades como las Global Leadership Series. “Además, nuestros estudiantes tienen la oportunidad de realizar un intercambio internacional por un semestre con las mejores escuelas de negocios en casi todos los continentes del mundo o elegir un módulo internacional, participar en International Treks”, dice Michels, de IESE.

En la francesa EDHEC Business School, la oficina de “Vida Estudiantil” organiza eventos festivos, brinda servicios de apoyo, ofrece ayuda psicológica y facilita la asociación de los estudiantes. Françoise Evangelisti, jefa de Admisión Internacional en EDHEC, detalla que “hay diversas instalaciones deportivas que incluyen cursos de gimnasia y yoga. La natación y la navegación son comunes también, ya que el campus se emplaza al frente del mar Mediterráneo”.

La decisión de las escuelas de negocios europeas de situar la multiculturalidad como el corazón de los programas de MBA, ha ido de la mano del aumento de los alumnos latinoamericanos. En EDHEC y Mannheim Business School, ya el 13% del alumnado del MBA a tiempo completo proviene de América Latina, de ahí la importancia del fomento a la diversidad cultural en el aula. En Mannheim, en específico, han advertido en los últimos cinco años un aumento de estudiantes latinoamericanos, especialmente de Perú y Colombia, con la reactivación de los brasileños.

Para Evangelisti, el aumento se debe también a la apertura política de Francia, mientras que “países como Estados Unidos y Reino Unido se han vuelto cada vez más difíciles. Francia, con el presidente Emmanuel Macron, se ha destacado como un país que permanece muy abierto a los talentos internacionales calificados”.

Los estudiantes argentinos también destacan. En IESE, por ejemplo, explican que “los alumnos con nacionalidad argentina de la clase del MBA de 2019, a la clase del MBA 2020, aumentaron en 60%. Y considerando los admitidos para la clase del MBA 2021, esos números continúan aumentando”.

(Foto: campus en Niza de EDHEC)

Ciudades estratégicas

Las escuelas europeas suelen estar emplazadas en ciudades con excelente logística, bellos paisajes, clima favorable y, algo no menor, a escasos metros de importantes empresas. Es el caso de Mannheim, que “se encuentra en el corazón de la economía alemana y europea. Más del 50% de las empresas más importantes de este país se ubican en un radio de 250 kilómetros de la ciudad”, indica Kai Stenzel, director de Mercado.
También, tienen muy buena conectividad con otros destinos, lo que permite a los estudiantes moverse con facilidad mientras cursan el MBA o una vez que lo terminan, quedando abierta la posibilidad de postular a empleos.

En IESE, por ejemplo, “de la clase del MBA 2018, de unos 60, más o menos, unos tres alumnos se quedaron en Barcelona”, recuerda Michels. Mientras en Mannheim Business School, afirman que “solo el 25% de nuestros estudiantes de MBA, a tiempo completo, solía trabajar en Alemania antes del programa. Sin embargo, después de graduarse, más del 75% se quedó en Alemania y continúa sus carreras aquí, lo que se aplica a nuestros graduados latinoamericanos. Normalmente, cuatro de cada cinco latinoamericanos trabaja en Alemania después del MBA”, dice Stenzel.

Un ejemplo es el mexicano Jorge Azcárraga, que no tenía pensado quedarse a trabajar en Alemania, pero decidió radicarse mientras cursaba su MBA y aplicar a un empleo relacionado con logística y cadenas de suministro. Hoy trabaja en una empresa de Hamburgo.

Playa y sol para el espíritu

Barcelona es una de las ciudades que capta la atención de turistas y estudiantes, principalmente por su clima e idioma, pero también por su apuesta de innovación y emprendimiento. Desde IESE explican que “el campus se emplaza en un barrio residencial, con una vista espectacular de la ciudad y la costa mediterránea. Está en el corazón de la vibrante y hermosa ciudad de Barcelona, muy cerca del mar y las montañas”. Pero acá también resalta su moderno campus, con “salas de conferencias de última generación, una biblioteca completamente equipada con lo último en tecnologías multimedia, un auditorio con capacidad para 597 asientos, espacios de aprendizaje digitales y virtuales, salas de reuniones y comedores”, enumeran.

Matías Pizarro llegó a Barcelona con su esposa e hija considerando que “se trata de una ciudad entretenida, donde se puede tener contacto con empresas, tiene buen clima y la calidad de vida es espectacular”. Calidad de vida que también atrajo a Mariana Kaplan, quien viajó junto a su marido a realizar el MBA en Barcelona. Eligieron el juvenil barrio de Eixample, a casi una hora en autobús del campus: “Fue una grata sorpresa, yo soy de Río de Janeiro y vivir en una ciudad con playa y sol todo el tiempo es muy importante para el espíritu. Acá, además, todo funciona, es una ciudad viva, con muchos bares y restaurantes”, afirma alegre la ingeniera.

Otro campus que llama la atención por emplazarse en un destino atractivo es el de EDHEC. Ubicado en Niza, en el famoso Paseo de los Ingleses, “la escuela está conectada por línea directa con el centro de la ciudad, el casco antiguo, el puerto y el aeropuerto. Además, la cultura y el idioma francés son reconocidos en todo el mundo, y estudiar aquí les brinda a los estudiantes latinoamericanos la oportunidad de aprender un nuevo idioma. La región se ha convertido en centro de la tecnología francesa, debido al parque científico y tecnológico Sophia Antipolis”, afirman.

Pese a todos estos atractivos y posibilidades de avanzar profesionalmente, irse a estudiar a Europa sigue siendo una posibilidad para pocos, tanto por el financiamiento que se requiere, como por el tener que dejar todo para viajar a otro continente. Por ahora, las escuelas otorgan algunas becas, pero bien se sabe que muchos estudiantes se financian solos esta oportunidad. Los que puedan, terminarán ganando el triple de lo que recibirían en sus países de origen. Pero antes deben estar dispuestos a dejar su zona de confort. A cambio, aprenderán un nuevo idioma y vivirán una experiencia cultural única.

Autores

Daniela Arce