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Excursión subterránea por Vietnam en el Parque Nacional Phong Nha-Ke Bàng
Sábado, Marzo 28, 2015 - 08:07

Trescientas cuevas con una extensión de 70 km invitan a disfrutar de una aventura en medio de ríos, selvas y extrañas formaciones rocosas declaradas Patrimonio de la Humanidad.

Enterrada bajo una tupida selva del Parque Nacional Phong Nha-Ke Bàng, en el centro de Vietnam, fue descubierta la que hoy es considerada la cueva más grande del mundo. Aunque los pobladores sabían desde hace rato de la existencia de este oscuro y mágico universo, no se atrevían a entrar, intimidados por el eco del río que la atraviesa, su profundidad, que hace que parezca infinita, y las increíbles estalagmitas de más de 70 metros de alto.

Los expedicionarios de National Geographic que tuvieron la oportunidad de explorar una parte de sus casi 4,5 km de profundidad y darla a conocer a través de impactantes fotografías aseguran que se trata de una maravilla natural única. Todavía no está abierta al público, sin embargo, el parque cuenta con otras cuevas que se pueden recorrer en pequeñas embarcaciones y caminando algunos tramos.

Trescientas cuevas con una extensión de 70 km invitan a disfrutar de una aventura en medio de ríos, selvas y extrañas formaciones rocosas declaradas Patrimonio de la Humanidad.

Es una experiencia inolvidable que comienza en la ciudad de Dong Hoy, desde donde se parte en barco rumbo al parque. Son 45 minutos de recorrido, amenizado por imágenes de gente pescando, niños jugando a la orilla del río y manadas de búfalos tomando un baño.

Para entrar a la cueva Phong Nha se apaga el motor y con la ayuda de varios pares de remos se avanza en silencio por un río subterráneo. Son 14 grutas y decenas de cavernas, cuyos techos se levantan a más de 25 metros de altura sobre el agua.

Al salir, y después de subir un camino de escaleras —abundan pequeños puestos donde se venden refrescos y helados para calmar la sed—, se encuentra la imponente cueva de Tien, que sorprende con sus extrañas formaciones de rocas.

Otra parada que vale la pena es la cueva Paradise, con 31 km de longitud. Para facilitar la travesía de los turistas se adaptó sólo uno, en el que se instaló un camino de madera, con sillas incluidas, para la contemplación de este extraordinario paisaje subterráneo en donde habitan frágiles ecosistemas y especies por descubrir.

Precisamente para proteger los tesoros naturales que se encuentran en estas cuevas, en 2003 la Unesco declaró al Parque Nacional Phong Nha-Ke Bàng Patrimonio de la Humanidad, y desde entonces cientos de viajeros lo incluyen como uno de los imperdibles del exótico Vietnam.

Autores

El Espectador/ LifeStyle