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Fenetilina, la droga que elimina el sueño y hambre de los yihadistas
Viernes, Agosto 18, 2017 - 14:38

A raíz de los ataques suscitados en Cataluña, nuevamente se presume el uso del estimulante sintético.

Luego de los ataques acaecidos en Cataluña, España, los cuales fueron adjudicados por el Daesh (Estado Islámico) quedó demostrada la frialdad y la organización en el actuar por parte de los yihadistas.
 
En esa misma vereda la discusión para entender como un grupo de seres humanos pueden perpetrar un ataque de esas características, sólo puede ser entendida desde la enajenación, la pérdida absoluta de la razón y los sentidos. Efectos que pueden producir, por ejemplo, algunas drogas altamente sintéticas.
 
Bajo ese prisma, volvió al ruedo y a la opinión pública el debate sobre la fenetilina, una droga sintética también conocida como captagon. Según informa el medio español ABC esta seria la actual “estrella del farmacoterrorismo” y su consumo -el cual es muy elevado en Medio Oriente- sería muy habitual en los militantes del Estado Islámico.
 
Creada en los años 60 con motivo para tratar la hiperactividad, la depresión y la narcolepsia, viente años más tarde se prohibió por sus bajos niveles “terapéuticos”. Actualmente el abuso de esta droga es muy común en los países árabes y presuntamente sería utilizada por los miembros del Estado Islámico.
 
La intimidante naturalidad con la que se ha visto a los atacantes ejecutar los diversos atentados que se ha adjudicado el Daesh deja en evidencia los efectos -de ser efectivamente consumidas por los yihadistas- de la fenetilina.
 
Investigadores del Instituto Scripps y The Skaggs han descrito a esta droga una “superanfetamina” con una gran complejidad química que favorece la aparición casi inmediata de sus efectos psicoactivos. Dentro de lo que más inquieta de esta droga, es que podría estar supliendo a un ejercito completo.
 
Obedientes y sin escrúpulos, los atacantes quedan en un constante “estado de alerta” y según consigna ABC, quienes han consumido este fármaco hablan de su altísimo poder estimulante además de eliminar el hambre y la sensación de cansancio. Quienes la han probado -asegura el medio español- dicen que es “imposible cerrar los ojos”.
 
Si se deja de consumir los efectos secundarios pueden ser terribles: Ansiedad, agotamiento físico, episodios de psicosis y alucinaciones.
 
¿Podría una sustancia ser el fármaco “perfecto” para librar una guerra mundial fomentando un comportamiento hipervigilante y levantando la moral desde la farmacología? de ser así, sólo nos queda esperar.

Autores

La Nación.Cl