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Geopolítica sigue siendo clave en la elección de la sede mundialista
Viernes, Mayo 4, 2018 - 09:23

Propuesta conjunta de Estados Unidos, México y Canadá para 2026 enfrenta un desafío por parte de Marruecos.

La apertura de la votación para la sede del Mundial 2026 a todas las federaciones de la FIFA ha generado un nuevo tipo de campaña, pero las realidades geopolíticas y las promesas de ganancias siguen siendo una gran influencia en el proceso.

La propuesta conjunta de Estados Unidos, México y Canadá enfrenta un desafío por parte de Marruecos, y los funcionarios de ambas propuestas están recorriendo el mundo en busca de apoyo.

Los líderes de la propuesta norteamericana viajaron a Copenhague desde Yakarta, Indonesia. En la capital danesa hicieron una presentación de una hora para representantes de cinco federaciones nórdicas antes de una rueda de prensa y luego, maletines en mano, volaron a Dubái para otro discurso, esta vez ante los votantes de Oriente Medio.

Bajo el nuevo sistema de la FIFA para elegir la sede mundialista, las 211 federaciones tienen un voto cada una, por lo que los equipos de cada candidatura deben viajar por el mundo para entregar su mensaje.

Antes el trabajo no era tan duro.

Cuando se eligió una sede por última vez, bajo el mandato del suizo Joseph Blatter, los equipos de las candidaturas solamente tenían que convencer a los 22 miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA, que era quienes tomaban la decisión.

Pero tras una serie de acusaciones en torno a los votantes que adjudicaron los Mundiales de 2018 y 2022 a Rusia y Qatar, y en medio del escándalo de corrupción que sacudió a la FIFA hace tres años y provocó una oleada de arrestos, la entidad decidió ampliar el ámbito para tomar la decisión.

“Creo que, en última instancia, esta es una decisión que deben tomar las asociaciones, grandes y pequeñas. Todo el mundo tiene voto, es un proceso muy democrático y abierto, y existen pautas muy estrictas, establecidas por la FIFA, sobre lo que se puede y no se puede hacer”, dijo a Reuters el presidente de la Federación de Fútbol de Estados Unidos, Carlos Cordeiro.

Aquellos que votan aprecian verse involucrados.

“Estoy muy contento de que tengamos estas reuniones, es parte del proceso de reforma al quitar la toma de decisiones de manos de unos pocos”, dijo el presidente de la federación danesa, Jesper Moller. “Planteamos muchas preguntas, y eso es muy bueno para un proceso democrático y abierto”.

Pese a que las presentaciones tienen una renovada importancia, al igual que el examen técnico de la FIFA, las influencias externas continúan pesando en el proceso.

El presidente Donald Trump se metió en la campaña la semana pasada con un tuit que dejó en claro que espera que los países que reciben apoyo económico y de otro tipo de Estados Unidos respalden la candidatura de su país.

Marruecos espera beneficiarse del voto en bloque de los países africanos y del apoyo de la Rusia de Vladimir Putin.

“Me gusta pensar que la gente tomará decisiones basadas en lo que es mejor para sus intereses y los intereses del fútbol y que esto no es una discusión geopolítica en la ONU”, dijo Cordeiro.

Pero también hay otra cosa que no ha cambiado: la necesidad de asegurarle una profusa ganancia a la FIFA.

En una presentación ante la prensa, el presidente de la propuesta de Marruecos, Hicham El Amrani, dijo que un estudio había mostrado que ese país “puede garantizar una ganancia neta de 5.000 millones de dólares, considerando ingresos de 7.200 millones y gastos de 2.200 millones”. Esas cifras fueron fuertemente cuestionadas por Cordeiro.

La primera página de la presentación de América del Norte indica que esperan ingresos por 2.000 millones de dólares por la venta de boletos y la oferta dice que generaría una actividad económica a corto plazo por 5.000 millones de dólares.

“Son dos ofertas fuertes”, dijo Moller diplomáticamente cuando se le preguntó si alguna propuesta convenció a los votantes nórdicos. La elección tendrá lugar en el congreso de la FIFA del 13 de junio en Moscú.

Autores

Simon Evans/ Reuters