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Gestionar emociones
Martes, Noviembre 24, 2015 - 11:29

Por Miguel Alfonso Terlizzi, director general de HuCap y autor del libro El Método RESE – Resultados Extraordinarios, Sustentables y Equilibrados.

Una de las competencias que buscan desarrollar las empresas y que a la hora de hallar nuevos talentos resulta ser una de las más requeridas es la denominada Dominio Personal, como así también la capacidad de adaptación a los cambios. Incluso, es muy común encontrar una focalización cada vez mayor en la tradicional competencia “tolerancia a la frustración”.

En este contexto de cambios, transformación y aceleramiento emerge con fuerza inusitada esta competencia, abordada desde el pensamiento sistémico, conocida como disciplina del dominio personal - inteligencia emocional.

La conjunción de estos dos conceptos, el dominio personal y la inteligencia emocional, podemos definirla como una competencia (o disciplina) sistémica, denominándola dominio emocional.

Tanto el dominio personal como la inteligencia emocional apuntan a descubrir y desarrollar el necesario estado de dominio y equilibrio emocional requerido para entender el mundo actual y adaptarnos velozmente a los cambios, sin que ello afecte nuestra capacidad de responder, obtener resultados y preservar nuestra salud psicofísica. Podemos definirlo entonces como: Capacidad para reconocer y dominar sentimientos, emociones y percepciones propias y ajenas, y la habilidad para manejarlas incrementando y mejorando la calidad de relaciones interpersonales.

Dentro de los colaboradores que ya forman parte de la organización, en aquellas que el contexto y presupuesto lo permiten, se le da importancia y se trabaja el desarrollo de esta competencia. La forma en la que lo hacen es a través de diferentes programas de capacitación, brindando diferentes herramientas que permitan el fortalecimiento de estos aspectos y trabajando sobre los modelos mentales que poseen cada una de las personas. Los mismos son supuestos hondamente arraigados sobre cómo funciona el mundo y representan la visión que se tiene del mismo. Dichos preconceptos no sólo determinan el modo de interpretar el mundo, sino el modo de actuar y las percepciones y pensamientos que se tienen ante determinado acontecimiento – situación y de aquí la importancia de los preconceptos culturales a la hora de trabajar en Emociones.

Como resultado, las organizaciones que se focalizan en alinear las emociones en función de los objetivos de la misma, lo que logran es colaboradores con:

*Mayor capacidad de adaptarse velozmente y de manera proactiva a los cambios.

*Mejor tolerancia a la frustración o que cuando los resultados obtenidos, no son los esperados, puedan hacer foco en las oportunidades de mejora, cómo corregir aquellas acciones que hicieron que el resultado no fuera el esperado.

*Capacidad para reconocer, manejar y dominar sentimientos, no solo los personales sino también los del resto de los colaboradores. Por lo cual podemos decir que es una competencia fundamental que deben poseer todos aquellos colaboradores con personal a cargo para el correcto logro de resultados por parte de su equipo.

*Mejor calidad de las relaciones interpersonales.

*A su vez, podemos decir que mejora en el Clima laboral, lo que impacta en los resultados y en la motivación de los colaboradores.

Cuando trabajamos sobre una competencia como es el Dominio Personal, se tiene que encontrar un grado de equilibrio. Si bien la idea es capacitar a todos aquellos colaboradores que necesitan desarrollar su manejo emocional, es probable que los tiempos y realidad organizacional no lo permitan. Con lo cual, es necesario priorizar puestos con mayor responsabilidad jerárquica, junto a puestos y personas claves que necesiten el desarrollo del manejo emocional por sus funciones y responsabilidades y el consecuente impacto de sus decisiones en los resultados de la organización.

Para poder detectar esto es sumamente importante que contemos con un programa de evaluación de desempeño que permita valorar el rendimiento y resultados que las personas aportan a la organización y también cómo lo hacen (competencias-estilo de gestión, donde se pueden contemplar también los temas que se desarrollan en la presente nota), con la finalidad de establecer estrategias para corregir las oportunidades de mejora que siempre existen, motivar a los colaboradores, fomentar su desarrollo personal, optimizando así el desempeño organizacional y obteniendo más y mejores resultados.

El clima en las organizaciones hace a la calidad de vida profesional de los colaboradores. Si bien la conducción, dirección y cultura también contribuyen a edificar el clima, sostenerlo y reivindicarlo, quienes conforman las estructuras (los propios empleados) hacen que trabajar en cierta área o sector o en una empresa en particular sea más o menos ventajoso en términos de “clima laboral”. Por eso, es fundamental que las organizaciones trabajen sobre estos aspectos si lo que buscan es generar Resultados Extraordinarios, Sustentables y Equilibrados (RESE), porque un buen clima laboral, impacta  directamente en los incrementos del aumento la productividad, por ende en los resultados del negocio.

Autores

Miguel Alfonso Terlizzi