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Hoteles colombianos son elegidos como los mejores hospedajes de Sudamérica
Martes, Septiembre 16, 2014 - 09:14

El servicio, la labor comunitaria y su autenticidad los convirtieron en instalaciones destacadas por National Geographic.

Tenían claro que lo suyo no era sólo prestar un buen servicio de transporte, contar con ama de llaves o business center, que más allá de crear la mejor arquitectura de la ciudad debían retribuirle al medio ambiente aquello que le habían quitado, que si alguien era indispensable en la evolución del proyecto era la comunidad por las horas de paciencia y trabajo y que finalmente, para salir triunfantes, debían tener un sello propio que lograra cautivar a los huéspedes.

Fue así como el Hotel Delirio de Cartagena; El Cantil, ubicado en Nuquí; Estado Natural, un ecolodge en el departamento de Córdoba; La Hacienda Bambusa en el Quindío y el Tcherassi Hotel & Spa de la ciudad amurallada, empezaron a operar.

Algunos entre las montañas, diseñados para el descanso y la contemplación del paisaje colombiano, otros en medio de muros que cuentan la historia de sus antiguos pobladores y varios perdidos entre el sol y la arena brindando momentos de silencio.

Entre sus objetivos sobresalen el crecimiento económico, la apertura de nuevas sedes y el reconocimiento, pero en ningún plan de negocios se contemplaba la posibilidad de llegar a estar en el listado de los mejores hoteles de Sudamérica, que realiza National Geographic.

Un prestigioso reconocimiento que lograron, en parte, por la combinación de autenticidad, buen servicio, ética sostenible y responsabilidad social. El Hotel Delirio encabezó la selección por estar ubicado en inmediaciones de la Plaza de Bolívar y porque su fachada representa las tradiciones arquitectónicas de Cartagena.

La posibilidad que tienen los huéspedes de practicar buceo, surf y avistamiento de ballenas, ubicó a El Cantil en el segundo lugar. Estado Natural se destacó por la gran influencia indígena, y la Hacienda Bambusa (que ya no está funcionando), ocupó el cuarto puesto gracias a su variada oferta. Mientras que el Tcherassi Hotel & Spa deslumbró por la transformación de un edificio de 250 años en un “ultra estilizado oasis”.

Autores

El Espectador