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Igualdad de género y altos cargos: una lejana realidad
Martes, Mayo 21, 2019 - 15:41

Por Alejandra Fuenzalida, directora ejecutiva de United Way Chile.

Sin lugar a dudas, vivimos hoy en tiempos donde el debate sobre la brecha entre hombres y mujeres está tomando cada vez más fuerza, sobre todo si la conversación se refiere al trabajo. Es difícil comprender por qué todavía muchas empresas chilenas no se percatan de los grandes beneficios que trae la incorporación de mujeres en los altos cargos, ya que éstas aportan miradas diferentes que van en pro de alcanzar las expectativas del negocio.

Si bien las cifras son alarmantes, ya que según la consultora Spencer Stuart el porcentaje de ejecutivas en gobiernos corporativos de empresas IGPA en Chile es de 6,8%, en circunstancias que el promedio mundial es de 31%, un análisis de McKinsey & Company demuestra que este panorama puede dejar de ser gris. Esto, porque dicho informe señala que las compañías que cuentan con una fuerza laboral equilibrada en cuanto a género, son un 15% más proclives a mostrar un mejor desempeño financiero.

Comenzar con un cambio de mentalidad para así generar una transformación cultural pareciera ser el primer paso que debe dar la sociedad chilena, para que esto deje de ser una realidad lejana. Es justamente en este punto donde hace unas semanas el Gobierno comenzó a tomar cartas en el asunto.

Para evitar las constantes excusas de desigualdad que existen en los altos cargos del sector privado y público, el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género presentó un completo documento con más de 130 mujeres que se encuentran aptas para asumir este tipo de rol. Esta acción no sólo dejó en claro cómo nos encontramos hoy como país, sino que también demostró que es necesario que todos colaboremos para así dejar las brechas de lado.

Hay que tener en cuenta que el liderazgo de la mujer no solo permite crear una mejor orientación de las personas dentro de la compañía, sino que también hay otras cualidades como el compromiso, la sinceridad, la responsabilidad, la adaptabilidad y el liderazgo horizontal con una visión inclusiva, que contribuyen a crear un enfoque nuevo en el logro de los objetivos y desarrollo de proyectos, lo que a la larga generará un alto nivel de empatía y capacidad de encontrar soluciones dentro del mismo entorno de trabajo.

Quizás equiparar de la noche a la mañana el promedio mundial será una misión difícil, pues alcanzar este objetivo no es sólo una tarea que dependa del gobierno de turno. El cambio de mentalidad es primordial y es un desafío que depende de todos y todas, ya que tanto las empresas como las organizaciones necesitan romper los estereotipos que aún existen en cuanto a la capacidad y el desempeño de la mujer. Logrando esto, el camino resultará más fácil y la discriminación quedará de lado. La tarea que aún sigue pendiente quedará saldada, ayudándonos a generar una economía y una sociedad más inclusivas, poderosas y justas.

Autores

Alejandra Fuenzalida