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Jefaturas problemáticas: sepa crecer con las dificultades
Miércoles, Julio 6, 2011 - 18:42

Los jefes difíciles no desaparecerán, por lo que lo ideal es ceder y no abandonar el barco. Se debe ser flexible, cauteloso y sin temor a los cambios.

Son agresivo, autoritarios, mal humorados, impacientes. Hablan alto, con palabras inadecudas y hasta palabrotas, causan temor y ansiedad. Cuando el trabajador convive con este tipo de personas, acaba perdiendo la motivación y el compromiso para realizar un buen trabajo, desatándose un aumento del estrés y disminuyendo la productividad. Pero no por eso el “jefe problema” deja de existir.

Ceder y abandonar el barco, sin embargo, no es la solución. Usted debe saber que puede analizar su perfil y encontrar caminos para hacer más fácil la relación. Es necesario ser flexible, tratando de adaptarse a su estilo.

En este viaje, "los jefes difíciles" acaban, irónicamente, siendo los facilitadores, a partir del momento en que nos obligan a tratar de superar nuestros límites, y de cierta forma, nos proporcionan un perfeccionamiento, en la medida en que los desafíos se van superando.

Frente a un jefe difícil es importante que el profesional se posicione. Tenemos libertad para elegir entre aceptar o no la situación. Si no se adapta, lo mejor es buscar nuevos rumbos. En caso contrario, debe aprender y aprovechar las dificultades y crecer con estas.

Vea a continuación algunos estilos de jefes y los datos que la especialista en desarrollo de personal, Stefania Lins Giannoni, describe y orienta cómo trabajar con ellos.

Coercitivo

Se trata de aquellos que quieren hacer las cosas a su manera. Para él, todo debe transcurrir cómo piensa que es correcto y a la hora que él lo desea. En la medida de lo posible, buscan posicionarse, opinar y sugerir nuevas maneras de realizar las actividades.

Demasiado exigente

Establece altos estándares de rendimiento para el equipo y requiere que todos logren ahí, allí, pero de una forma impositiva, sin respetar el límite de los otros. Su meta es que todos alcancen las metas a cualquier costo, lo que puede tener un impacto negativo en el equipo.Al lidiar con este tipo de jefe, procure atender los plazos y cumplir las metas. Pero, si cree que no conseguirá tener una respuesta de parte de su jefe, busque una negociación.

Agresivo

Es aquel rudo, grosero, que habla alto y utiliza un lenguaje inadecuado con los empleados y no los respeta como profesional. En esos casos, el consejo es ser asertivo, buscando instancias para hacerle ver cómo se siente debido a su actitud.

Mal humorado

Está siempre reclamando por todo y por todos. Lo ideal para lidiar con esta tipo de jefe es no dejarse contaminar por su humor.

Inestable

Es aquel que no tiene un equilibrio emocional y sufre cambios bruscos de comportamiento. ¿Qué hacer? Asegúrese de conocer tanto a la persona y así saber cómo y cuando acercarse. Antes de hablar, tome en cuenta si es el momento apropiado, junto con aprovechar los instantes en que esté de buen humor.

Reservado

Con dificultades para relacionarse, esta clase no interactúa con el equipo. Él conduce a las personas, pero mantiene un distanciamiento muy grande, sin crear lazos. En estos casos, trate de acercarse y ofrecer su ayuda, buscando maximizar el diálogo.

Centralizador

Debe estar consciente de todo, pero no puede delegar las actividades a sus empleados por temor a perder su puesto o miedo a que los trabajadores no sepan lo que hacen. Sugerencia: acercarse y ganar su confianza, dejando en claro que su objetivo es compartir y trabajar en equipo.

El que falta

Se trata de un jefe que no está, que no se pronuncia sobre las situaciones de la vida cotidiana y no proporciona información al equipo. Lo más adecuado es tener cautela y solicitar una opinión.

Administradores.com.br

Autores

Redação, www.administradores.com.br