Un análisis acerca de las oportunidades de las mujeres ejecutivas en Perú, identifica los esfuerzos que han hecho para llegar lejos y los mayores conflictos que deben enfrentar.

Al igual que un felino se alista para cazar a su presa: lo acecha, permanece inmóvil para no ser visto, le sigue y ataca velozmente. Un grupo importante de ejecutivas actúa de forma similar, consiguiendo el codiciado éxito laboral.

Parten desde abajo, se preparan para las posiciones que ocuparán en el futuro, tienen los objetivos claros y aman los retos. Así piensan y funcionan estas mujeres, que aclaran que todo se inició desde la cuna.

Esto es parte de los hallazgos de la investigación “En la búsqueda de la igualdad de oportunidades: el caso de las ejecutivas peruanas”, a cargo de Rosa María Fuchs, y que fue realizado durante 2010 como proyecto del Centro de Investigación de la peruana Universidad del Pacífico.

En éste se elaboró una revisión de bibliografía especializada, aplicación de entrevistas en profundidad a 10 ejecutivas exitosas y a cinco expertos en el tema de la mujer ejecutiva, entre presidentes de organizaciones de mujeres, autoridades gubernamentales y periodistas especializados en el tema. Asimismo se realizó un grupo de enfoque con ejecutivas exitosas, a las cuales se le mantuvo en anonimato con el fin de que contaran sin temor sus casos. 

¿Cómo son?

Se caracterizan por haber empezado desde abajo a cimentar su carrera: desde ahí fueron aprendiendo a como moverse y a conocer el escenario laboral en el que más tarde pretendían desempeñarse.

Por esto, es que se reconocen perseverantes, con objetivos claros, capaces de vender sus logros y conocedoras al revés y al derecho de las compañías a las que pertenecen y de su sector.

Pero esta carrera por ascender también ha tenido costos: le dedican cien por ciento de su tiempo a su carrera, dejando de lado a la familia si así se amerita, porque para ellas esto es un reto adicional en su camino. Al mismo tiempo, adoptaron algunas posturas masculinas.

“El hecho de tener que esforzarse mucho más que sus pares varones para demostrar que son igualmente capaces; tratar de realizar asignaciones internacionales (muchos viajes), al inicio de su carrera, para poder consolidar una familia; el retrasar la maternidad; y tener a su cargo la responsabilidad laboral y del hogar, son aspectos en común que he podido distinguir”, explica Fuchs.

Alcanzando metas

“Que tan retador es el trabajo. Eso para mí es súper importante. El tema de sentir que he logrado implementar cosas, que he logrado metas, que he conseguido un impacto positivo. Y ese tema lo he ido evolucionado como persona, porque de repente cuando estaba muy temprano en mi carrera lo enfocaba en la parte cuantitativa, eficiencia, reducción, pero a medida que vas avanzando te das cuenta que el qué no es lo más importante sino también el cómo lo logras”, define una de las entrevistadas.

Para Fuchs, lo que pasa es que el dinero deja de ser un factor motivacional en la medida en la que se ha alcanzado un nivel de ingresos que permita mantener un cierto estándar de vida. Por eso, los verdaderos motivadores comienzan a ser otros como los desafíos, las posibilidades de desarrollo y el espíritu de servicio, entre otros.

Y es en este afán por crecer en el ámbito laboral, que también surge la idea de trabajar en conjunto. Ascender y tomar retos, pero tomando en cuenta a los demás. “Una cosa es lograr tus objetivos empujando a todo el mundo y otra cosa es lograrlos con el apoyo de la gente. Ahí es donde uno poco a poco va teniendo retos mayores”, aclara la misma entrevistada.

Los retos, entonces, explica Fuchs, está asociado a la capacidad de crear. Es decir, que haya algo nuevo por hacerse, como menciona otra de las entrevistadas: “me gusta la posibilidad de que yo pueda cambiar las cosas”.

Asimismo, el referente familiar ha sido clave para todas ellas. Sin importar quien lo fuera, el sólo hecho de tomar una figura de la familia e imitarlo, hasta el punto de tenerlo en la mente como un “héroe de carne y hueso”, resultó un factor clave.

¿Cuál es la receta?

Sin duda, la primera estrategia que las ejecutivas aclaran les ha hecho alcanzar sus objetivos es el esfuerzo. Le siguen el tener sus objetivos claros y preparase. 

Tener un propósito específico ayuda y consiste en crear una visión de la profesional que se quiere llegar a ser: mantener esta imagen a pesar de los momentos duros. 

El prepararse, en tanto, recae en que no basta con tener una carrera, sino que hay que especializarse y mantenerse actualizada.

Pero existen otros factores que contribuyen en este buen rendimiento: la familia y la masculinización.

El factor hogar es igualmente importante. “Fue central contar con apoyo en casa: alguna se refería al 'ejército' que le brindaba soporte en casa. Se resalta entonces el apoyo familiar como impulso para poder dedicarle tiempo y esfuerzo al desarrollo de una” dice Fuchs.

“Los estudios que he leído indican que el hombre se concentra en su carrera, porque la mujer es su gran apoyo en todo sentido en el hogar, pero para la mujer no es lo mismo. Incluso son ellas las que cuentan con cifras más altas de divorcios o soltería comparando ejecutivos del mismo rango, según un estudio francés. Creo que el eje del cambio está en el apoyo de tu familia a las actividades que realizas, que de alguna manera irá cambiando mentalidades en la sociedad también”, agrega.

El tema de la masculinización es otro de los elemento a considerar. Se trata de una opción, ya sea voluntaria o no. Ellas mismas dicen que los hombres se desenvuelven de determinada manera y por esto tienen que hacer lo posible por imitarlos.

Por ello, empiezan a adoptar una actitud más agresiva -carente de mayor sensibilidad- y directa. Todo sea por optar a posiciones de alta jerarquía. 

La realidad chilena

Con la finalidad de conocer en profundidad lo que pasa en Chile con respecto a estas temáticas, la compañía de headhunting en Chile SommerGroup, a través de encuestas on line, han hecho una serie de consultas pensadas en las ejecutivas. Entre estas destacan los obstáculos que deben afrontar en el ámbito laboral y la habilidad que más destaca respecto del hombre.

Mencionados en orden decreciente, el principal problema resulta ser los salarios que perciben, siendo inferiores al de los hombres con el mismo nivel educacional y laboral (42,4%); tras este sigue la baja empleabilidad por ausentismo maternal (pre y post natal) (35,6%); las estructurales piramidales complejizan las posibilidades de ascenso (15,3%); y finalmente, se presenta la discriminación cultural (6,8%).

En relación a las habilidades, el realizar varias tareas simultáneamente (44.2%) , ser empática y cálida (21.2%), y administrar el tiempo eficientemente (15.4%), resultaron las más apreciadas. Le siguieron la comunicación y asertividad ( 13,5%) y la pasión y dedicación (5,8%)