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Las montañas encantadas del norte de Albania
Lunes, Julio 18, 2016 - 16:09

Zona de Los Alpes se torna cada vez más popular entre quienes buscan nuevas rutas para el senderismo.

Las montañas del norte de Albania fueron durante mucho tiempo un rincón olvidado, aún más pobre que el resto del país económicamente arruinado. Ahora, sin embargo, son cada vez más los turistas que buscan su camino por los hermosos valles.
 
Algunos extranjeros incluso quieren comprar la torre de la vendetta, la Kulla e Ngujimit que la familia de Sokol Nikolle Koçeku viene vigilando desde hace 400 años.
 
“Sin embargo, yo no quería abandonar la tradición”, dice Koçeku. La torre fortificada es una de las pocas en Albania que sobrevivió al Imperio Otomano y al régimen comunista. Ahora, insiste Koçeku, no debería ser sacrificada en medio de la nueva invasión, la afluencia masiva de turistas.
 
Koçeku, de 43 años, lleva una camisa bordada, un chaleco y una faja, como siempre hace cuando enseña su torre a turistas. Sube la escalera de madera hacia un cuarto. Por las diminutas ventanas entra una tenue luz. Sobre pieles y alfombras hay mesas de madera bajas. Aquí, un asesino logró escapar de la vendetta, dice Koçeku, hasta que los patriarcas de las familias del victimario y de la víctima negociaron una solución, “algo que no siempre se lograba”.
 
 
La torre se encuentra en Theth, un pueblo en las “montañas encantadas” del extremo norte de Albania. Desde hace siglos, la gente en esta región vive en la miseria. Sin embargo, ha pasado un pequeño milagro: desde hace un par de años llegan a los Alpes Albaneses cada vez más turistas para hacer senderismo. Y con ellos vuelven a sus pueblos los jóvenes.
 
El milagroso renacimiento comenzó en 2005, cuando la Agencia Alemana de Cooperación Técnica (GIZ) les dio créditos a algunos aldeanos para que renovaran sus casas e instalaran en ellas cuartos de huéspedes. Al mismo tiempo se señalizó un sendero de gran recorrido transfronterizo. El sendero, de 192 kilómetros, se llama Peaks of the Balcans y atraviesa Albania, Kosovo y Montenegro. Ahora hay un segundo sendero de largo recorrido que atraviesa los Alpes Albaneses, la Via Dinarica, que va de Eslovenia a Macedonia.
 
Sin embargo, a la mayoría de los turistas estas caminatas les parecen demasiado largas. Ellos prefieren el trayecto más corto, que comienza en Shkodra, una ciudad de 2.400 años de antigüedad situada a orillas del lago Skutari, el centro del norte de Albania.
 
 
La autora inglesa Edith Durham escribió a principios del siglo XX sobre Theth que ningún otro lugar en el mundo le había impresionado tanto por su carácter solitario y majestuoso. El adjetivo “majestuoso” sigue siendo válido: los picos se alzan hasta una altura de casi 2.700 metros, pero lo “solitario” ya es cosa del pasado. Minibuses con turistas estacionan frente a letreros que dicen Hotel, Guesthouse o Tourist Info Center. Bolsas de patatas fritas y cajetillas de cigarros vacíos están tiradas en el suelo.
 
En 2006, el pueblo recibió a 600 turistas. El año pasado ya fueron 16.000. “Hoy, casi cada familia en el valle tiene una pensión”, dice Gjeçaj. Ya es difícil encontrar personal ya que la gente en el pueblo no quiere trabajar para otras familias. “La GIZ ha pagado todo aquí, desde los letreros hasta la renovación de las escuelas”. Sin embargo, la organización alemana también ha atizado la envidia, matiza Gjovalin Gjelaj, dueño del café Simoni Kafe, porque a algunas familias les dio dinero y a otras no.
 
A tomar en cuenta: En Valbona y Theth hay numerosas pensiones y hoteles. La mayoría cuenta con duchas calientes pero muy pocos tienen conexión a internet. La mejor época para el senderismo son los meses de mayo a septiembre.

Autores

Diario Las Américas