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Latidos que fallan
Jueves, Marzo 30, 2017 - 08:47

Latinoamérica gastó anualmente más de US$ 30.900 millones por enfermedades cardiovasculares en 2015. Sólo en Brasil la cifra fue de US$ 17.300 millones.

Las enfermedades cardiovasculares y metabólicas representan un grave problema en América Latina y se está traduciendo en un alto costo en materia de salud pública y de desarrollo económico. Costo que tiene un número concreto: US$ 30.900 millones (cifra del 2015).

La cifra nos golpea y la entrega un informe efectuado por Deloitte en colaboración con el laboratorio Novartis sobre estas enfermedades. Fue presentado en el Congreso Mundial de Cardiología y Salud Cardiovascular (WCC 2016) en México.

Lo central. Las enfermedades cardiovasculares están afectando actualmente a 89,6 millones de personas. Eso se acerca a la suma de todos los habitantes de Venezuela, Colombia y Ecuador. Y equivale a que 1 de cada 4 personas sufra de este tipo de padecimientos (insuficiencia cardíaca, ataques al corazón, fibrilación e hipertensión).

Hay que aclarar que las cifras citadas se quedan cortas ya que el informe conjunto abarca sólo a nueve países : Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, México, Panamá, Perú y Venezuela. Gran parte de América Central, más los países del Río de la Plata (Argentina, Uruguay y Paraguay) y Bolivia no fueron considerados.

Lynne Pezzullo, investigadora principal del estudio y quien dirige el grupo de economía de la salud y políticas sociales de Deloitte Access Economics, destaca que –ante este panorama– la educación es importante para disminuir el alto costo que provocan estas afecciones.

Primero, lo obvio, pero que igual es desatendido. “Regular el contenido de sal, azúcar y grasa en los alimentos, proporcionar sistemas de semáforos, introducir mensajes saludables en los programas escolares, gravar los cigarrillos son ejemplos de lo que los gobiernos y las escuelas pueden hacer”, señala la especialista.

Respecto al ámbito laboral, Pezzullo afirma que “los empleadores pueden evitar los costos de ausentismo mediante la introducción de controles anuales de la presión arterial para su personal y también animar a hacer reuniones caminando, opciones de alimentos saludables en los lugares de trabajo y así, sucesivamente”.

El país en la región que tiene la mayor carga económica a causa de las enfermedades cardíacas es Brasil, con un costo de US$ 17.300 millones. Más atrás le siguen México, con US$ 6.100 millones y Colombia, con US$ 2.400 millones. Estos tres son los que más gastan en la América Latina. En general en todos los países, este costo representan una pérdida de productividad entre un 0,2% a 0,4% del PIB.

Jorge Salazar, director médico de Enfermedades Cardiovasculares y Metabólicas de Novartis en Latinonamérica y Canadá, indica que la investigación “nos permite desarrollar tratamientos innovadores y accesibles que les permitan a los pacientes vivir más y mejor, al tiempo que creamos maneras más rentables de enfrentar y atender las afecciones”.

Énfasis en prevención

La investigación apunta a buscar la prevención temprana como a la utilización de tratamientos adecuados para la población.

Lynne Pezzullo afirma que la prevención “es un punto de inflexión en los costos de estas enfermedades”. Para la especialista existen tres tipos de prevención: primaria, secundaria y terciaria. La primaria se refiere a cuando queremos evitar los factores de riesgo que causan enfermedades cardíacas, como el tabaco o la falta de ejercicio por ejemplo.

La prevención secundaria es cuando las personas pueden desarrollar síntomas como el colesterol alto o la presión arterial alta, pero se les anima a visitar a su médico, obtener un guión de la medicación si es necesario y tomar su medicación correctamente.

En tanto, la terciaria es cuando las personas ya tienen una afección cardíaca, pero es una etapa temprana y las intervenciones pueden ayudar a prevenir que la enfermedad empeore.

-¿Cómo se pueden reducir los costos que generan estas enfermedades e impulsar más la prevención?

- Conmutar la mezcla de gasto sanitario más hacia la prevención permitirá ahorrar costos globales, ya que en la actualidad hay una tendencia a una subinversión, que es en parte cultural.Hay muchas intervenciones -como las medicinas, la telemedicina y las clínicas de insuficiencia cardíaca- que pueden mantener a la gente con una buena calidad de vida (incluso manteniéndose en el trabajo en muchos casos si lo desea), prolongar su esperanza de vida y ayudar a evitar el costoso transporte ambulante y hospitalizaciones.

-¿El impacto de las nuevas terapias en la región se debe a la desigualdad de ingresos?

-El acceso a las terapias es típicamente más bajo para las personas con ingresos más bajos o que viven en áreas más remotas, o ambas. Es particularmente importante el desarrollo de políticas que respondan con especial atención a estos grupos de necesidades especiales.

-¿Qué pasa en el acceso a ellas en países con salud universal más o menos gratuita y otros con salud privada casi 100%?

-Los países que se desempeñan de manera más eficiente tienden a tener sistemas de financiación mixtos, utilizando la cobertura de salud privada para los que tienen mayores ingresos, con el fin de reservar escasos fondos públicos para aquellos con bajos ingresos que necesitan más la seguridad y asistencia del gobierno.

-¿Cómo ve el impacto a futuro de la realidad actual sobre costos de salud cuando la población envejezca?

-El envejecimiento de la población y el crecimiento progresivo de los factores de riesgo implican que los costos seguirán creciendo a menos que se adopten medidas urgentes. Nuestro estudio encontró que los gastos del sistema de salud no siempre son rentables. Por ejemplo, debido a la falta de prevención primaria y secundaria, muchas personas están terminando con una enfermedad crónica costosa que podría haber sido evitada invirtiendo en la intervención temprana más económica.

-¿Cuál rol juegan los fármacos en este problema de costos?

-Los medicamentos desempeñan un papel importante en la prevención de hospitalizaciones caras y evitar la morbilidad y la mortalidad. Sin embargo, a menudo se adopta un enfoque de minimización de costos para financiar medicamentos, en lugar de adoptar un enfoque que asegure la calidad del acceso. El medicamento más barato no siempre puede ser más eficaz para prevenir la progresión de la enfermedad, por lo que la minimización de costos no es el enfoque más sensible a largo plazo.

-¿Qué nuevas tecnologías o medicamentos existen para prevenir estas enfermedades?

-Los medicamentos antihipertensivos y reductores del colesterol son algunas de las farmacoterapias más básicas. También hay una gama de cirugías, desde la cirugía bariátrica para la obesidad mórbida, a numerosos tipos de cirugías cardíacas, stents, bypass e incluso trasplantes de corazón. Sin embargo, esas intervenciones son costosas. También se demostró, en nuestro estudio, que la atención prestada en entornos primarios que utilizan tecnologías como el apoyo telefónico estructurado o la telemedicina es rentable. Y la Internet, así como aplicaciones de teléfonos móviles pueden ser muy eficaces en mensajes de promoción sobre la salud pública y la forma de cumplir con la medicación y dónde acceder.

Autores

Cristián Yáñez Wieland/ClusterSalud