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Liderazgo contra el estrés
Martes, Octubre 12, 2010 - 17:40

La vida ejecutiva puede ser muy gratificante, pero también un infierno de exigencias y autoexigencias imposibles de cumplir, al menos sin abandonar la vida en horario vermouth y noche, y feriados.

Se siente cansado, algo irritado, le encantaría multiplicar la horas para hacer más cosas y le cuesta poner atención. Las advertencias son múltiples y sólo basta con observar con atención algunos pequeños avisos. Usted está estresado...

... pero no está sólo. Bien lo saben en las escuelas de negocios, las que incluyen dentro de sus programas de MBA cursos o talleres en que el manejo de la presión y el fomentar habilidades de liderazgo son parte fundamental de la formación. 

Nada raro, ya que el destino de los egresados es un mundo tremendamente competitivo donde se está a prueba constantemente, con cargas de trabajo muchas veces superiores a las fuerzas.

En la escuela de negocios de la Universidad Católica de Chile (MBA-UC), el estrés se combate a través de talleres y cursos. Por ejemplo, al momento de ingresar al MBA, los estudiantes tienen que asistir obligatoriamente al curso “Impacto de Alta Gerencia” y luego ir a talleres como Liderazgo Directivo” y “Manejo de Emociones”, entre otros.

Las ausencia por estrés, en general, son un fenómeno ligado a la desmotivación o porque se observan problemas para administrar sus tiempos y vidas. Sus trabajos los superan o tienen problemas con sus compañeros. Eso, de algún modo se soluciona formando líderes que generen un impacto positivo en su entorno”, explica Paula Broitman, Subdirectora Académica de MBA-UC.

En la escuela de negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) también lo resuelven a través del liderazgo. Por eso enfocan sus talleres o cursos, como el de "Liderazgo Personal", a que el individuo adquiera las herramientas necesarias para restituirse desde adentro hacia afuera, "es decir, apoyarlo a darse cuenta qué está mal en él y así tener vías para estar mejor", dice Ignacio Fernández, director del magíster en psicología de las organizaciones de la UAI.

"Por esto, quizá es que algunos líderes en las empresas hayan planteado el tomar más en cuenta a sus empleados: motivarlos y capacitarlos para que sientan más cercanía y confianza con la compañía, y de paso hacer de la firma más productiva", señala Broitman.

En la misma línea, la facultad de administración de la Universidad de los Andes (UNIANDES), en Colombia,  imparte el curso de Liderazgo y Habilidades Gerenciales. En éste, se generan reflexiones que lleva a los estudiantes a conocer sus fortalezas y oportunidades de mejora. 

Luis Bernal, director de la maestría en administración de la UNIANDES, explica que por el proceso de internacionalización y creciente demanda del mercado por
profesionales idóneos para liderar fuertes cambios organizacionales, se hace obligatorio la exigencia en estos cursos, y que además 
contribuyen al desarrollo de competencias de manejo efectivo de tiempo y de estrés.

"Así como hay personas que están más predispuestas a enfermar, hay empresas tóxicas: son ambientes marcados por el miedo, donde existen liderazgos negativos, pues está orientado casi sólo a la resultados, es ultra exigente y entiende a la gente sólo como un recurso”, dice por su parte Fernández.  

Quizá el test ácido para saber si su empresa es de éstas o de las otras, es su política (implícita o explícita) de alcohol y drogas. Mientras una tiende a amparar al trabajador en problemas, la otra lo sanciona.

¿Cómo detectar el estrés?

“El estrés es una enfermedad insidiosa, no te das cuenta hasta que estás en el límite patológico”, advierte Fernández.

Por ello -en el caso de las personas- es tan importante tomar conciencia de este padecimiento de manera inmediata a la aparición de los síntomas, y -en el de las empresas- estar atentas a no generar las condiciones que conducen a situaciones de estrés más allá del nervio necesario como para que una organización funcione y se mueva.

Según Jorge Papparato, psiquiatra del Hospital Universitario Austral, de Argentina, el estrés producetaquicardia, hipertensión, alternaciones metabólicas, sube el azúcar, se seca la boca, se alterna la temperatura y se deprime el sistema inmunológico, te enfermas más fácil.

No es lo único, también “a un nivel cognitivo, se es incapaz de tomar decisiones, existe dificultad de atención y concentración, hay olvidos e irritabilidad. También hay una tendencia a alcanzar objetivos mal escogidos, expectativas demasiado grandes y la sensación de que lo que se quiere no se alcanza nunca”, agrega.

Si bien la responsabilidad del estrés es -de cierto modo- de las empresas, las personas pueden hacerse un diagnóstico sencillo y familiar al ámbito empresarial, que consiste en evaluar las esferas afectivas y laborales, y ver cuánto tiempo le están dedicando a cada cual. "Cuando ven ese cuadro se dan cuenta en qué están distribuyendo su tiempo y muchas veces eso les lleva a entender su problema”, aconseja Fernández.

Pese al macabro panorama y lo relativamente fácil que puede ser diagnosticar esta enfermedad, son muchos los que están estresados y no lo saben, o no quieren asumirlo, más ahora, que cada vez son más mal miradas las licencias por esta causa. 

De este modo, nada más natural que la carne fresca para el estrés sean sobre todo los trabajólicos. “La gente más propensa es la más competitiva, a quien le contaron que debe ser un winner. Son gente más trabajólica, que quieren obtener sus metas de la forma que sea”, dice Fernández de la UAI. Y consecuentemente, los ambientes de trabajo más fértiles para ese padecimiento, son aquellos que promueven la competencia interna al punto en que lesionan las capacidades de colaboración.

Autores

Daniela Arce