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"Lo único que le pido a los alumnos es que acepten el riesgo de tomar cursos a distancia"
Lunes, Abril 5, 2010 - 17:32

En entrevista con AméricaEconomía.com, Patricio López, rector de la Universidad Virtual del Tecnológico de Monterrey, explica el novedoso método de enseñanza que utiliza la institución y que busca romper con los esquemas de educación a distancia hasta ahora conocidos.

Apostando por un modelo de aprendizaje diferente, que combina la flexibilidad total, la colaboración entre compañeros y la enseñanza personalizada, la Universidad Virtual del Tecnológico de Monterrey, ha centrado sus esfuerzos en promover nuevos métodos de educación a distancia, que rompen con los esquemas hasta ahora conocidos.

Creada en 1989, la institución, que trabaja de forma independiente a la universidad tradicional, pero que conserva los mismos estándares de calidad, tiene actualmente más de 12.000 alumnos cursando las trece maestrías que se dictan completamente en línea. Si bien la mayoría de los estudiantes son mexicanos, la presencia en América Latina ha ido creciendo con los años. Es así como poco a poco, se han ido incorporando a las aulas virtuales profesionales de Costa Rica, Panamá, Guatemala Colombia, Perú y Ecuador. A corto plazo Chile, Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia, podrían seguir el mismo camino.

En entrevista con AméricaEconomía.com, Patricio López, rector de la institución, explica en detalle el método de enseñanza que imparte la casa de estudios, y que permite a los alumnos adquirir no sólo los conocimientos propios de la economía, finanzas o mercadotecnia, sino también una serie de habilidades que les ayudarán a desempeñarse mejor laboralmente.

-¿La universidad virtual funciona como parte del Tecnológico de Monterrey o de manera independiente?
De manera independiente, pero sigue siendo parte de la institución. Creo que uno de los grandes aciertos que tenemos es que se decide poner el prestigio del Tecnológico de Monterrey detrás de la universidad virtual. Algunas instituciones han creado entidades que no comprometen a la universidad tradicional, le ponen un nombre asociado pero en el fondo es una entidad que tiene su propio cuerpo de maestros, su propia estructura de programas, sus propios estándares de admisión. Acá dijimos no, la universidad virtual va a ser parte del Tecnológico de Monterrey. Tenemos los mismos estándares de admisión, los mismos programas, los mismos requisitos de graduación, inclusive los mismos profesores, y creo que eso ha sido un acierto claro. Fue una apuesta que nos podría haber salido mal, pero nos salió bien.

-¿Los programas se dictan completamente a distancia o también se realizan de manera presencial?
Tenemos trece maestrías, incluyendo la Maestría en Administración de Empresas, que se dictan completamente por Internet. Todos los alumnos están dos años o dos años y medio con nosotros, y pueden cursar sus programas desde donde estén. No tienen necesidad de asistir nunca a un campus presencial. Es un trabajo muy intenso, muy estrecho. Ahora bien, algunos de los programas que ofrecemos nosotros en la universidad virtual también se ofrecen en forma presencial, y algunos alumnos deciden tomarlos, pero no son muchos.

-¿Cómo funciona el método de enseñanza que imparten?
Con total flexibilidad. Nosotros tenemos mucho trabajo colaborativo, pero dentro de lo que llamamos una forma mas sincrónica, es decir, tú y tus compañeros y tú y tu profesor van a estar trabajando, pero no coincidir al mismo tiempo. Por ejemplo, tienes que buscar información sobre un caso que se te presenta y lo puedes hacer cuando tú quieras. Después tienes que discutir en un foro con tus compañeros, tus comentarios, tus aportaciones, recibir críticas de ellos, pero todo esto es como un blog. En lo que entras, aportas, luego te vas, regresas a las dos horas y hay un comentario de alguien que te contestó, que está de acuerdo o no con tus opiniones y tú contestas ese comentario. Entonces, tú puedes entrar dos, tres veces al día, y vas viendo que hay aportes y construyendo tus aportes también. En ningún momento tienes la obligación de estar a tal hora conectado. Sí te pedimos que le dediques un mínimo de horas por semana, porque o sino no puedes participar de las discusiones, pero lo puedes hacer en el momento que tú quieras y desde el lugar que quieras. Esa es la flexibilidad de tiempo y espacio que ofrecemos a través de estos programas.

-Pero cuando los profesores dictan las clases virtualmente ¿se debe estar ahí?
La verdad es que nos dimos cuenta de que no podemos traer el modelo de aprendizaje tradicional a un modelo diferente. Esto es difícil a veces de asumir, pero el modelo de información cambió. Aquí, el concepto del profesor hablando es tremendamente aburrido cuando estás a distancia. Aquí no existe el dictado de clases del profesor, el profesor estructura el curso, él dice lo que tienes que hacer, decide qué casos vas a tratar, qué actividades más vas a ver, qué problemas vas a investigar, y tú trabajas por tu cuenta y trabajas colaborativamente con tus compañeros y con las guías del profesor. Él aporta cosas, pero no está una hora hablando, ya que eso no funciona. Nos dimos cuenta de que había que replantear el proceso. Replanteamos como se da una clase cuando tienes un medio distinto, que es Internet, que es interactivo, participativo, con capacidad de investigación. Eso también hace que el alumno se sienta muy cerca del profesor y el profesor de su alumno, porque si no participas, no te expresas, no escribes, no existes en una clase. En un método tradicional, te puedes sentar ahí, quedarte callado y no pasa nada. Acá si te quedas callado, ni siquiera nos damos cuenta que estás vivo.

-Este sería un punto diferenciador de ustedes, porque en general todos los programas virtuales que se dictan son a una hora determinada...
Si pero es muy aburrido, y además deja todo a un ritmo muy poco eficaz. Acá estás con el niño que está llorando, el teléfono que timbra, el jefe que te llama, el perro que pasa. Hay muchos distractores y además el tamaño de la pantalla del ordenador, por muy grande que sea, sigue siendo pequeña. No está prohibido que haya una cápsula de cinco minutos del profesor explicando algo, pero generalmente está pregrabada y está puesta para que puedas verla cuando tengas tiempo.

-¿Qué ventajas han tenido los alumnos que han optado por esta forma de aprendizaje?
No lo planeamos al principio, pero lo que si nos sucedió es que los alumnos no sólo adquieren el conocimiento propio de economía, finanzas o mercadotecnia, sino que además tienen una serie de habilidades que resultan ser muy valiosas: buscar información por Internet, trabajar colaborativamente, trabajar a distancia, expresarse adecuadamente por escrito en forma compacta, administrar mejor el tiempo. Y las empresas que los contratan lo hacen no solamente porque saben de mercadotecnia, sino por todas esas habilidades que son necesarias para un mundo tan globalizado.

-¿Cuál es la duración aproximada de una maestría a distancia?
Duran un poco más que las presenciales, pero depende del ritmo de cada uno. La mayoría de la gente que escoge esta modalidad educativa está trabajando, no tiene la posibilidad de estar tiempo completo en esto y llevan una o dos materias por periodo. Eso hace consumir entre dos años y medio hasta tres años, dependiendo de qué tantas materias lleven.

-¿Es más económico cursar una maestría virtual que una presencial?
Si, del orden de un 60% de uno presencial, porque no hay que hacer una serie de gastos, no se necesita estacionamiento, salones, estadios, gimnasios, auditorios.

-¿Cómo lo hacen para que la enseñanza de la universidad virtual tenga el mismo prestigio que la del Tecnológico de Monterrey?
Ha sido todo un reto, muy complicado, porque desgraciadamente hay algunos ejemplos de universidades que se han dado a conocer como universidades virtuales o universidades a distancia, con muy mala calidad y muy pobres resultados. Acá primero le pusimos el prestigio del Tecnológico de Monterrey, y luego implementamos todo un proceso para fabricar los cursos con calidad y calidez.

-¿De qué forma invitan a los alumnos a probar este método de aprendizaje?
Lo que les digo es que acepten el riesgo de probar. Todo lo que les pido es que lo prueben, que si no les gusta, lo dejen, pero que se den la oportunidad de tomar un curso a distancia, porque hay una serie de paradigmas creados sobre lo que va a ocurrir en estos programas y lo que ocurre finalmente es que los alumnos salen muy contentos, y esa finalmente, es la mejor forma de promover.

-¿Cuáles son los desafíos que tiene la universidad virtual para este año?
Mantener la calidad e incorporar las nuevas tecnologías. Ahora estamos usando Internet, blogs, pero los nuevos jóvenes que están ingresando al mercado laboral traen un manejo mucho más eficientede de la tecnología y están usando Myspace, Facebook y diferentes medios. Los manejan con una gran destreza, los prueban en sus Smartphones, Iphones y ahora con sus Ipad. Tú ves a todos los ejecutivos con su Blackberry, y ya tenemos por ejemplo una maestría que se dicta en Blackberry. Puedes tomar tu programa, leer las preguntas, leer los materiales, participar en grupos de colaboración, con las restricciones propias de una pantalla pequeña, pero al menos ya lo puedes hacer. No se trata de usarlas por usarlas, sino de sacarle ventaja pedagógica a nuevas herramientas tecnológicas que estén saliendo.

Autores

Alejandra Clavería