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Los atractivos para vacacionar en la localidad argentina de Cafayate
Lunes, Agosto 3, 2015 - 09:27

Desde Salta capital, hacia el sudoeste y por la ruta argentina 68, se arriba a este pueblo que conserva su arquitectura colonial y donde el legado de los diaguitas puede verse por doquier plasmado en pinturas rupestres.

Reino del vino Torrontés, de las cascadas del río Colorado y de las extrañas montañas de la Reserva Natural Quebrada de las Conchas, la muy salteña Cafayate es la puerta de acceso a los Valles Calchaquíes y emerge de la ruta 40 como un destino excepcional para estas vacaciones de invierno.

Desde Salta capital, hacia el sudoeste y por la ruta argentina 68, luego de recorrer 180 km, se arriba a este pueblo que conserva su arquitectura colonial y donde el legado de los diaguitas puede verse por doquier plasmado en pinturas rupestres.

Su plaza cuadrangular, dividida en ocho sectores poblados de flores y arboledas, ofrece la imagen de un clásico y pintoresco centro pueblerino. Frente a ella, el mercado artesanal exhibe diseños en telar, platería, alfarería, madera y cerámica. La catedral Nuestra Señora del Rosario, de estilo poscolonial y fachada plana, es la única de Argentina que cuenta con cinco naves.

A 6 km de este poblado se ubica una reliquia cafayateña, el Molino jesuítico, que con 350 años de antigüedad sigue moliendo hasta 200 kilos de sémola o harina de maíz por vez. Su estructura, que antes era de madera, pasó a ser de hierro.

Sobre la calle Güemes Sur, esquina Fermín Perdiguero, se encuentra El Museo de la Vid y el Vino. Fue inaugurado por el gobernador Juan Manuel Urtubey el 11 de marzo de 2011, y presenta una muestra interactiva sobre la historia de los viñedos y sus vinos de altura.

El proyecto fue creado, desarrollado y dirigido por Héctor Berra y Gustavo Borlasca. Una exhibición plena de estímulos visuales y sonoros van envolviendo al espectador en un clima de poesía y emociones.

Su moderna arquitectura y tecnología, sumadas a una creativa escenografía -que va mostrando el cielo, el sol y las noches estrelladas de Cafayate, paisajes y viñedos, mientras el vino relata su historia en primera persona-, lo posicionan como uno de los museos vitivinícolas más innovadores en el mundo.

En el centro de la ciudad, diversos restaurantes abren sus puertas al visitante para degustar la típica gastronomía salteña, como tamales, locro, cazuela de cabrito, carbonada, humita a la olla, y las irresistibles empanadas elaboradas con típicas recetas y materia prima de los Valles Calchaquíes. Completan este polo gastronómico, cafeterías, cervecerías y vinotecas.

Saliendo del pueblo hacia el este, por un hermoso callejón bordeado de arboledas, campos de alfalfa y viñedos, tras recorrer 2 km se llega al tambo que elabora productos con leche de su propio rodeo, donde el turista podrá degustar y adquirir exquisitos quesos de cabra de un delicado sabor.

Otros de los atractivos es el río Colorado con sus cascadas de aguas cristalinas que caen estrepitosamente sobre un marco de rocas y vegetación de un intenso color verde.

Afirman los lugareños que existen caídas de más de 100 metros, difíciles de ver, dado que se ubican en zonas inaccesibles.

Cerca de la primera cascada se encuentra El Divisadero, territorio de los antiguos asentamientos diaguitas, donde se pueden apreciar sus pinturas. El lugar cuenta con un camping emplazado en medio de cautivantes paisajes.

Saliendo de la ciudad de Cafayate y luego de un corto recorrido por la ruta 68, el camino comienza a bordearse por los campos de viñedos de las distintas bodegas. Algunos están 3.000 metros de altura sobre el nivel del mar y por la escasez de lluvias, la uva concentra allí todo su sabor, aportando un vino blanco de fuerte personalidad y sabor frutado, que ha recibido medallas de oro y plata en certámenes internacionales.

Las bodegas, que también producen otras variedades como Chardonay, Cabernet Sauvignon, Malbec, Merlot y Tanat, reciben al turismo en organizadas visitas guiadas y ofrecen degustaciones acompañadas de charlas explicativas sobre el proceso de elaboración de ese producto que se comercializa en los principales mercados del mundo.

Desde la ciudad de Cafayate , luego de recorrer 18 km por la ruta 68, un camino de ripio bordeado de álamos conduce a los Médanos, que se caracterizan por sus pequeñas montañas de arena blanca y fina, que invita a caminatas durante el día, y concentra a muchos turistas alrededor de sus fogones durante la noche, para disfrutar de las tradicionales guitarreadas.

Unos 50 km antes de llegar a Cafayate por la ruta 68, se ubica la Reserva Natural Quebrada de las Conchas, que a lo largo de 83 km presenta un paisaje de montañas color terracota que por fruto de la erosión fueron adquiriendo diversas formas que imitan figuras como El Sapo y El Fraile, la imponente Garganta del Diablo, y otras que tienen semejanzas arquitectónicas como el Obelisco, el Anfiteatro y los Castillos. Esta quebrada contiene uno de los paisajes más impactantes del norte argentino.

Cafayate cuenta con hoteles ubicados en lugares soñados, casas para alquilar y campings. La estancia de Cafayate ofrece un hospedaje de excelencia, contando en sus instalaciones con servicio de spa, canchas de golf, tenis, squash y bochas, bicicletas, piscina cubierta y además se organizan cabalgatas guiadas por subyugantes itinerarios cafayateños.

Autores

Télam / Lifestyle