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Los cinco desafíos de la economía colaborativa
Martes, Marzo 13, 2018 - 14:30

La economía colaborativa a través de plataformas en línea conecta a personas entre sí.

El desarrollo incesante de las tecnologías y la incorporación total de Internet en la vida cotidiana de las personas, no tan solo han potenciado la globalización de los mercados a niveles nunca antes vistos, sino que además han dado vida a un nuevo tipo de economía que, día a día, crece con fuerza, organiza a los consumidores y pone énfasis en la colaboración.

En efecto, esta economía colaborativa- que se centra más en las necesidades de los individuos y que, a través, de plataformas en línea conecta a personas entre sí- permite, por ejemplo, arrendar, vender o comprar un producto o servicio de manera conveniente, rápida y eficiente.

En este contexto, servicios como Uber, Airbnb, Blablacar o Homeaway se han masificado en diversos países, cuyas legislaciones han dado señales de ir a una velocidad más lenta que la de los avances tecnológicos y aplicaciones que los sustentan.

“Este escenario más conectado en red, más diverso, tecnologizado, horizontal y más cambiante impone a los actuales y futuros líderes de las organizaciones una serie de importantes desafíos”, afirma Andrés Cardemil, fundador y director de HumanNet Consultores.SD

Los cinco desafíos:

1. Liderazgos jerárquicos, propios del siglo pasado y con muchos aires de la era industrial. Cardemil dice que este estilo de liderar, con fuerte énfasis en el don de mando y más cercano a la figura de los tradicionales jefes, está cada vez más en retirada, pues ya no logra en la práctica los resultados de antaño y cada vez tiene menos aceptación en el ámbito laboral actual.

2. Trabajar en red y saber mover esa red. Esto, a raíz de los cambios que enfrenta el mundo labora, donde hay mayor presencia de emprendedores autónomos, freelancers, jóvenes profesionales que prefieren trabajar desde casa, así como también oficinas más abiertas y sin divisiones con murallas o despachos privados.

“Hoy las relaciones en una organización son cada vez más horizontales, más parecidas a una red biológica o de neuronas que a una pirámide. El líder del siglo XXI es más interactivo y está mucho más cerca de sus colaboradores", explica y agrega que esto significa que el líder no sólo tiene la capacidad de guiar, sino que también la de retroceder para ir a buscar al que va más rezagado, como asimismo puede desenvolverse a la par de sus colaboradores como uno más, tal como lo hace un coach con su equipo.

3. Capacidad de inspirar al resto. El líder puede despertar en los demás la misma pasión que él tiene por llevarlas a cabo, y por ello, los moviliza. Para lo anterior es clave que sepa escuchar a sus seguidores, haciendo un silencio interno que le permita abandonar por un momento el ego propio, conectándose así con lo que cada uno de sus colaboradores desea, sueña o quiere hacer.

“La motivación de las personas no puede ser instalada desde fuera o decretada por una circular. La motivación es un impulso interno que surge desde la propia persona, manifiesta Cardemil.

El líder adoptar en este caso un rol de facilitador, que se traduce en que sea capaz de movilizar a otros en sus propios procesos y de encontrar dentro de la diversidad aquellos aspectos que son comunes, generando una unidad.

4. Definir una visión común con la que tienen sus colaboradores. Es decir, su mente está más en red que bajo una estructura industrial jerarquizada. Asimismo, debe estar permanentemente informado, actualizado. 

5. Entender que a los líderes de estos tiempos no los inspira alcanzar el poder. “El líder de los nuevos tiempos es colaborativo y se inserta de manera horizontal en una red de personas pensantes. En esa red existen distintos nodos donde hay otros liderazgos que él respeta y con los cuales sabe convivir”, acota.

Autores

AméricaEconomía.com