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Los libros más recomendables del año
Jueves, Diciembre 22, 2016 - 13:57

El crítico Andrés Ricciardulli repasa los mejores lanzamientos de una temporada marcada por el Nobel de Bob Dylan.

El Observador | Cambiante se presentó el año en materia literaria. Con meses de sequía y otros de mucha abundancia, donde a un título bueno le seguían dos o tres más que salían simultáneamente.
 
Los lectores navegaron entre el dolor por la muerte de figuras muy queridas como el uruguayo Tomás de Mattos o Umberto Eco, y la alegría por la publicación de numerosos libros valiosos en los más diversos rubros.
 
Pero sin duda la nota del año la dio la Academia Sueca, que al decidir otorgarle el premio Nobel de Literatura al músico Bob Dylan generó la desesperación de los libreros, que por primera vez no pudieron llenar las góndolas con los libros del último galardonado y debieron conformarse con vender alguna que otra biografía del cantautor estadounidense.
 
Todo el mundo arrancó el año leyendo los increíbles libros de Svetlana Aleksiévich, editados en castellano a fines de 2015 y disponibles a partir de enero de 2016. Voces de Chernóbil, con su impresionante descripción del día después de la mayor tragedia nuclear de la historia y La guerra no tiene rostro de mujer, como fresco magistral de una época terrible, confirmaron la calidad de la periodista eslava, que deslumbró con dos obras maestras del género.
 
De Estados Unidos llegaron varios de los mejores libros del año. El incombustible Richard Ford volvió al ruedo con Francamente, Frank que marcó el regreso de su personaje más famoso, Frank Bascombe, protagonista que asiste a la decadencia del sueño americano, entre la devastación provocada por el huracán Sandy y las quejas airadas de una clase media destrozada por la crisis económica.
 
El corazón más oscuro de América lo mostró Nic Pizzolatto, creador de la exitosa serie True Detective, que con La profundidad del mar amarillo demostró que lo de Galveston no había sido casualidad. Un puñado de cuentos magistrales le permiten describir el alma de hombres que huyen de sus hijos para escapar del destino y de mujeres que abandonan a sus familias para irse a morir a los suburbios de Hollywood.
 
La sorpresa del año la dio Lucia Berlin, una escritora estadounidense ya fallecida, desconocida para el gran público, que deslumbró con su Manual para mujeres de la limpieza, un libro sobresaliente que reúne 43 relatos. El encanto de Berlin no está en su concepción del mundo, ni en su profundidad conceptual. Está justamente en el polo opuesto, en su capacidad de expresar sus dudas más que sus certezas y en poner a los sentimientos por encima de la lógica o el razonamiento.
 
 
De Europa y EEUU
 
Del viejo continente no hubo grandes revelaciones en narrativa y lo mejor vino de fuentes tan dispares como Amélie Nothomb, John le Carré, Curzio Malaparte y Patrick Deville. 
 
Nothomb sorprendió con Pétronille, una novela breve llena de humor y situaciones imposibles, que celebra a los bebedores de champán y a la amistad, con un encanto difícil de resistir. Ligera pero no superflua, esta escritora belga destila desparpajo y sabiduría.
 
Leer Volar en círculos, del escritor y espía inglés John le Carré, fue una de las alegrías del año. Las memorias del autor de El espía que surgió del frío son un viaje en el tiempo al corazón de la guerra fría. El catálogo de anécdotas, los viajes a Alemania y Rusia, y sus problemas con sus correligionarios del MI6, resultan impagables.
 
Igual de fascinante resultó El Volga nace en Europa, una verdadera joya de ese hombre controvertido que fue Curzio Malaparte. Amigo y enemigo de Mussolini, hay que agradecer que el Duce lo enviara –para sacárselo de encima un rato– a cubrir el avance del ejército alemán sobre Rusia durante la segunda guerra mundial. El italiano, único cronista en el frente, traza en su libro un fresco deslumbrante y aterrador sobre un momento crucial de la historia del siglo XX.
 
En una línea similar destaca también Viva, del francés Patrick Deville, una novela inspirada en hechos reales que retrata al México de la década de 1930 a partir de las figuras de León Trotski y Malcolm Lowry. El libro propone un viaje alucinante, que va de las estepas heladas de Rusia al calor asfixiante de México, del ideal político al estético, y de la belleza de la creación al horror del exterminio. 
 
En el rubro ensayo, lo mejor del año vino de Inglaterra, Italia y Estados Unidos. Esperanza sin optimismo, de Terry Eagleton, fue una grata sorpresa. Con enorme erudición y gran claridad de conceptos, el británico analiza pasado, presente y futuro de la humanidad desde una perspectiva positiva, aunque sin dejar de señalar cada una de las tragedias de la humanidad y sus terribles consecuencias.
 
Igual de bueno es Sociedades comparadas, de Jared Diamond, un profesor de geografía estadounidense, ganador de un premio Pulitzer, que ofrece un original trabajo: por qué unos países son ricos y prósperos, y otros no. La novedad es que lo hace desde el punto de vista de las ciencias naturales, teniendo en cuenta temperaturas, ciclos agrícolas y demás características físicas de las diferentes naciones del mundo. 
 
También hay que destacar De la estupidez a la locura, un libro póstumo de Umberto Eco que reúne artículos periodísticos en los que el italiano da rienda suelta a su fina ironía y buen sentido del humor. Y no deja títere con cabeza.
 
 
Lo destacado en policiales
 
No fue un gran año para los amantes del género negro, a pesar de los esfuerzos de la colección Black Salamandra, que sacó varios títulos pero erró la mayoría de las veces. Dentro de esa colección, sin embargo, apareció Una primavera de perros, del Italiano Antonio Manzini, tercera novela de la saga del subjefe Rocco Schiavone, que se sostiene por su buen humor y dinamismo.
 
Mejor aún es Huesos en el jardín, del desaparecido escritor sueco Henning Mankell, que rescata la figura del popular detective Kurt Wallander. La novela, más breve de lo habitual, es un verdadero destilado de calidad que resume la compleja vida del detective, sus anhelos y los primeros síntomas del Alzhéimer que más tarde lo alejarán de su trabajo. Un verdadero homenaje al autor y a su personaje más icónico.
 
Aunque en el borde del género, también es recomendable Adiós muchachos, del escritor uruguayo radicado en Cuba Daniel Chavarría. Se trata de una novela con pocos personajes, muy entretenida y dinámica, que mezcla con eficacia la comedia con el policial. Y si bien hay un cadáver, no hay investigación de las autoridades, por lo que todo se dirime entre los cuatro o cinco protagonistas principales.
 
Narrativa uruguaya
 
Muchos y muy buenos libros se editaron durante 2016 en Uruguay. De lo más destacado fue Todo termina aquí, de Gustavo Espinosa, que se alzó con el premio Bartolomé Hidalgo en narrativa. La novela es un ejemplo de cómo desde el humor y la comedia se pueden tratar los temas más importantes. Un dúo de músicos de blues y una muchacha hermosa forman un triángulo amoroso singular, que se eleva por encima de la miseria moral y social de un lugar que bien puede definirse como un infierno rural.
 
Otro a destacar es El hermano mayor, de Daniel Mella. Se trata de una novela sobresaliente, de neto corte autobiográfico, que describe la hecatombe familiar tras la muerte de un hijo. La prosa de Mella, por lo general estupenda, alcanza aquí las más altas cotas de excelencia. En las primeras páginas, por ejemplo, es capaz de describir todo el carácter de su hermano recordando solo su forma de abrazar a las personas.
 
También es recomendable El pleito de la Princesa de Gales y otros relatos, de César di Candia, que reúne quince textos en los que el humor y el absurdo se dan la mano con gran eficacia. Desde que colgó los botines del periodismo, Di Candia no deja de sorprender con cada libro que escribe. Se lee de principio a fin con una sonrisa en la cara.
 
Editado en el exterior, pero de autor nacional, tSURnamis, volumen 1, del columnista de El Observador Eduardo Espina, autor radicado en Estados Unidos, esta obra combina crítica literaria, reportaje de viajes, obituario, ensayo misceláneo, crónica, ensayo académico, microhistoria, poesía y relato. Se consigue en Amazon. 

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El Observador