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Los sueños que inspira el río Guayas en Ecuador
Domingo, Julio 27, 2014 - 10:49

Llamado alguna vez “El Nilo del Pacífico” el poderoso brazo de agua motiva a arquitectos, ingenieros, biólogos, entre otros ciudadanos, a soñar un futuro mejor.

A la diestra de Guayaquil, la historia, el comercio, la nostalgia y la esperanza de una ciudad corre en forma líquida. Es el río Guayas, que en el pasado inspiró poesías y canciones, y que en el presente motiva a arquitectos, ingenieros, biólogos, entre otros ciudadanos, a soñar para fortalecer el corazón de la perla del Pacífico. 

Un corazón bombeado por el estero Salado, cuyas venas lo abrazan y se funden como las intricadas raíces de los mangles. El río Guayas no se puede aislar, ni del estero ni de sus múltiples afluentes. Los sueños no se quedan en el agua, la salud del manso depende también de lo que se haga en tierra firme. 

Y la salud de los habitantes de aquella tierra, en simbiosis, depende del río, del estuario, del Golfo de Guayaquil, la zona de la mayor producción de pesca artesanal e industrial del Ecuador, como se detalla en la tesis doctoral "Ecosistema Guayas (Ecuador): Recursos, medio ambiente, sostenibilidad en las perspectiva de conocimiento tropical", del especialista Mariano Montaño. 

Llamado alguna vez “El Nilo del Pacífico”, en el río Guayas se descargan anualmente unos 30.000 millones de metros cúbicos de agua, luego de drenar una vasta zona geográfica de 34 mil kilómetros cuadrados, que deja una media anual de 8.847 metros cúbicos de agua por habitante, superando el promedio mundial (3.783 metros cúbicos por habitante), de acuerdo a la misma investigación científica.  

Montaño resalta que este flujo de agua sostiene extensos procesos de desarrollo socioeconómico y biodiversidad; sin embargo, como si aquella masa líquida fuese indestructible, resiste también el vaciado de afluentes domésticos e industriales sin tratamiento, la falta de recolección de residuos sólidos o su disposición no controlada, la aplicación indiscriminada de plaguicidas y fertilizantes a los cultivos, la quema de residuos agrícolas y forestales...

Factores que elevan la vulnerabilidad a desastres naturales y que maltratan al órgano principal de la ciudad. 

Como el río, los sueños crecen. El camino hacia ese sueño dio el primer paso en noviembre del 2013, con un estudio de la calidad ambiental de los ríos que conforman la Cuenca del Guayas. Se tomaron muestras de agua, sedimentos y macroinvertebrados o insectos acuáticos de 120 puntos y se elaboró un mapa que refleja la degradación ambiental que existe desde la parte alta hacia su desembocadura.

El doctor Luis Domínguez, director encargado del Centro del Agua y Desarrollo Sustentable de la Espol, cuestiona ¿por qué aún no tenemos un programa regional o nacional de monitoreo?, ¿por qué nadie aún es capaz de decirnos, como país, cuál es el estado ambiental de los ríos y arroyos de nuestra cuenca? ¿Por qué la información es limitada?

Como el agua, los sueños pueden fluir hasta la inmensidad del océano. El doctor Mariano Montaño tiene un proyecto con el que cree impactaría a todo el país y sería ejemplo internacional. Su tesis doctoral propone desarrollar trabajos e ideas sobre la “Azolla Anabaena”, un pequeño helecho flotante capaz de producir fertilizantes naturales, a través de procesos sin el uso de químicos.

“La agricultura es sostén de la alimentación humana y en los últimos 60 años la fertilización de los cultivos del mundo entero ha dependido de nitrógeno fijado artificialmente. Es posible que este tipo de nitrógeno esté erosionando la salud de la población (...) El Azolla, en cambio, fija de forma natural el nitrógeno de la atmósfera, de tal manera que al aplicarse a los cultivos se obtienen productos agrícolas de características biogénicas, es decir, que generan vida”, describe el estudio.

Montaño sueña con un río limpio, con cultivos libres de químicos, con enseñar a las distintas comunidades a utilizar este helecho, con exportar incluso. 

 

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