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Dinoprofesiones, los trabajos que están en peligro de extinción
Jueves, Abril 13, 2023 - 11:50
puesto de recepción vacío

Las ocupaciones con actividades rutinarias y transaccionales son las que tienen más riesgo de extinguirse en el corto plazo, así como ocurrió con los dinosaurios hace miles de años o con los operadores de teléfonos en un contexto más reciente

A finales de la década de los 80 el servicio de telefonía se automatizó, con ello, el puesto de trabajo de telefonista dejó de requerirse en el mercado. El inició de una nueva era fue el fin de una función que hasta ese momento había sido clave: enlazar llamadas. Éste es solo un ejemplo de un empleo que quedó extinto ante el avance de la tecnología.

A medida que los procesos se automatizan y digitalizan, algunos roles se transforman y otros desaparecen, aunque se crean nuevas oportunidades laborales. Hace poco se hicieron virales en las redes sociales las dinoprofesiones, imágenes de dinosaurios caracterizados con la indumentaria de diversas ocupaciones. Coincidencia o no, muchos de esos empleos corren el riesgo de extinguirse tal como ocurrió con dichos animales.

“Entre los roles que pueden desaparecer de manera inmediata se encuentran los de recepción, asistencia y agentes de viajes. La digitalización va eliminando los intermediarios de las cadenas, pero también todo el tema de telemarketing y la comida rápida son servicios donde tienden a transformarse los puestos de trabajo con la automatización”, señala Francisco Briseño, socio líder de Workforce Transformation de PwC México.

El Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) estima que para 2025 la digitalización habrá desplazado 85 millones de empleos, pero también se habrán creado 97 millones de nuevos puestos de trabajo.

“Con la aceleración de la transformación digital que se vivió a raíz de la pandemia vemos una adopción de tecnología más rápida y de alguna manera se están desplazando algunas profesiones que podríamos calificar como dinoprofesiones, en las cuales todas aquellas actividades que sean sujetas de automatización posiblemente desaparecerán gradualmente dentro de los siguientes años”, señala Olivia Segura, socia de Asesoría en Capital Humano y Gestión del Talento de KPMG México.

En este contexto, la tecnología podría ser el nuevo meteorito que acabe con los puestos de trabajo o al menos con las funciones como las conocemos hasta ahora, especialmente las que tienen tareas repetitivas y manuales.

Aunque el ejemplo de los operadores telefónicos pueda parecer lejano, actualmente tareas cotidianas como las de un cajero de supermercado también se han visto desplazadas con la implementación de cajas de autocobro. La automatización puede ser más cercana de lo que parece.

De acuerdo con Indeed, algunos empleos que podrían desaparecer por los avances tecnológicos son:

  • Cajeros
  • Agentes de viajes
  • Carteros
  • Personal en sucursales bancarias
  • Contadores
  • Bibliotecarios
  • Taquilleros de cine
  • Vendedores de telemarketing
  • Controladores de tráfico aéreo
  • Choferes y transportistas
  • Ingenieros petroleros
  • Reparadores de relojes análogos

En 2018, el Banco de México (Banxico) elaboró un reporte sobre la automatización en México, uno de los hallazgos: el 68.5% de las actividades en el país tienen un riesgo alto de automatizarse. Sin embargo este promedio llega a ser superior al 80% en ocupaciones en industrias como agricultura, servicios de alojamiento, construcción y manufactura.

La diferencia con el meteorito que extinguió a los dinosaurios, es que la desaparición de las dinoprofesiones podría ser paulatina, menciona Olivia Segura. Esto se debe a la inversión económica que se debe hacer para adoptar tecnología “y no todas las empresas pueden hacerlo”.

No obstante, esta adopción gradual de tecnología puede favorecer la transición de personas que se encuentran en puestos de trabajo con mayor riesgo de automatizarse hacia las nuevas oportunidades que se crearán de la mano de la digitalización y automatización de procesos productivos.

La firma EY estima que en los próximos cinco años la tecnología habrá desplazado 6 millones de puestos de trabajo, pero a la vez será responsable de la creación de 7 millones de empleos relacionados con ingeniería de datos o automatización, entre otras funciones.

Asistentes administrativos siendo sustituidos por chatbots o personas que han dejado de cobrar en los estacionamientos públicos por la incorporación de cajas de autocobro son otros ejemplos cotidianos que muestran cómo la tecnología transforma los puestos de trabajo.

¿Cómo podemos refugiarmos?

“Todo lo que sea transaccional, repetitivo y monótono desaparecerá y eso crea incertidumbre ¿Ahora qué voy hacer”, reconoce Francisco Briseño. Sin embargo, la mejor forma de encontrar oportunidades en este contexto, es buscar agregar valor a través del desarrollo de nuevas habilidades.

Según el WEF, para 2025 la mitad de los empleos en el mundo necesitarán un reentrenamiento para desarrollar competencias que serán demanda en los nuevos roles que se crearán con el avance tecnológico.

“Hay que explicarle a las personas la importancia de desarrollar nuevas habilidades y sobre los beneficios que tiene la automatización en actividades repetitivas. Seguro habrá mucha resistencia al cambio, pero ahí entramos los especialistas en Capital Humano. En Recursos Humanos, por ejemplo, la digitalización de procesos transaccionales nos dará la oportunidad de estar cerca de la gente, de hablar de planes de carrera, de capacitación, de bienestar y esas son las cosas de valor que haremos”, dice el especialista.

Para Olivia Segura, “hay oportunidades en la evolución”, pues una buena parte de los nuevos empleos que se crearán gracias a la disrupción tecnológica son posiciones mejor pagadas.

Una de las grandes ventajas para el desarrollo de nuevas habilidades, agrega, es que hoy existe una amplia oferta de oportunidades de capacitación en línea. “Todas las personas con actividades transaccionales pueden acceder a plataformas en línea que son gratuitas y eso es una gran oportunidad para desarrollar las habilidades que requerirá la tecnología”.

Autores

El Economista