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Mapean las modificaciones químicas de los genes en los tres tumores más frecuentes
Miércoles, Junio 14, 2017 - 07:41

El Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), Barcelona, acaba de rastrear el mapa genético de los tumores de colon, pulmón y mama.

Llegar a conocer cuál es la genética de los tumores puede darle inmensas claves a los científicos para desarrollar fármacos capaces de combatir los diferentes tipos de cáncer que sufren las personas. Por esto, un equipo de especialistas del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), Barcelona, acaba de rastrear el mapa genético de los tumores de colon, pulmón y mama. Tres patologías que, sumadas, representan entre el 70 y el 80% de los tumores humanos.

Según explica la periodista Laura Marcos en la revista Muy Interesante, lo que los científicos del IDIBELL mapearon fue el epigenoma de los tumores; es decir, las modificaciones químicas que sufre el genoma. Así, el equipo de investigadores pudo obtener un dibujo de una de las modificaciones al genoma más comunes: la metilación del ADN.

Entre las imágenes que construyó el estudio, publicado en la revista Oncogene, se encuentra un inventario de todos los genes que han perdido su función de protectores contra los tumores debido a que han sido silenciados por las alteraciones químicas en el genoma. Igualmente, se han rastreado los genes en los que la metilación produce mayor proliferación de células favoreciendo la metástasis y crecimiento del cáncer. "Los genes buenos son silenciados, y a los malos, se les incita a hablar", afirmó  Manel Esteller, coautor del estudio a Muy Interesante.

La última conclusión a la que llegó el estudio es que muchas veces los tumores tienen alteraciones epigenéticas en varias regiones del cromosoma, un fenómeno conocido como hipo metilación.  

“No solo hemos comprobado que muchos genes anticáncer ven frenada su actividad de forma específica en los órganos afectados por un cáncer, sino que también hemos demostrado que hay otras alteraciones en regiones cromosómicas lejanas que afectan a estos órganos, ya que, en el mundo tridimensional de las células, estas secuencias se encuentran en posiciones relativas muy próximas”, concluye el estudio.

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El Espectador