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MBA y economistas desplazan a abogados en los gobiernos
Jueves, Junio 10, 2010 - 16:57

Las escuelas de negocios de América Latina están recibiendo cada vez más administradores del sector público, que buscan perfeccionarse en el arte de la gestión.

Durante gran parte de la historia de América Latina dos tipos de profesionales han dominado la política del continente: los militares y los abogados. En democracia, los abogados claramente llevan la batuta, tanto en América Latina como en otras partes del mundo. En Alemania, un tercio de todos los legisladores estudió leyes, mientras que la mitad del gabinete de Francia está compuesta por abogados. En Canadá, 15 de sus 21 primeros ministros han sido abogados. En Estados Unidos, los tres personeros más poderosos del gobierno –el presidente Barack Obama, el vicepresidente Joe Biden y la secretaria de Estado Hillary Clinton- son abogados. En Brasil, país encabezado por el ex líder sindical Lula da Silva, siete ministros son juristas.

Hoy casi 20% de todos los ministros de América Latina son abogados, siendo todavía la profesión más representada entre los gobiernos de la región (ver tabla), según un análisis de los gabinetes de 17 países latinoamericanos realizados por AméricaEconomía. Los militares son la décima profesión más común, principalmente por su presencia en los gobiernos de Cuba y Venezuela.

Sin embargo, la región ha experimentado en los últimos años dos giros silenciosos que están cambiando la cara de sus líderes políticos: la llegada al poder de economistas y administradores de empresas, y ministros con cada vez más años de estudios superiores. Actualmente hay 53 ministros en la región cuya profesión principal (lo que estudiaron en el pregrado) es economista o administrador de empresas, tres más que los abogados. Y un total de 98 ministros tiene una maestría o un doctorado, lo que representa casi 37% de todos los miembros de gobierno de la región. Casi la mitad de todas las maestrías realizadas por los ministros son en Economía o Administración de Empresas.

La llegada de esta generación de ministros MBA y políticos economistas es celebrada por algunos y vista con escepticismo por otros, abriendo una serie de interrogantes que pueden afectar la idea misma de lo que hoy en día entendemos como democracia y desarrollo económico.

La gente ligada a los negocios y la economía opera con paradigmas como la eficiencia y se enfoca en la gestión, lo que resulta atractivo para muchos votantes latinoamericanos cansados de Estados y gobiernos que no siempre cumplen con lo prometido o no han sabido modernizar sus países. Hoy más que nunca, sostienen varios analistas, la administración pública necesita de una buena gestión y este know-how se ha dado principalmente en las grandes empresas manejadas por ejecutivos profesionales. Sin embargo, el problema es que un buen empresario, director de empresas o ejecutivo no es necesariamente un buen político. El poder en las empresas y organizaciones es menos complejo y normalmente más transparente que en la política.

Por otro lado, la vieja guardia de los políticos abogados está entrenada en la discusión, en abogar por causas, en centrarse en los procesos de deliberación, cualidades que están en el corazón mismo de la idea de democracia que nació en el siglo 19. “Los abogados saben actuar, están acostumbrados a estar sobre el estrado, saben cómo argumentar ciertos puntos”, dice Trevor Harrison, sociólogo político de la Universidad de Lethbridge, en Alberta, Canadá.

Harrison asegura que la representación política es un reflejo de los sectores dominantes de una sociedad en una época determinada. Un ejemplo de un grupo que ha perdido poder en América Latina es el de los agricultores, un sector que en el siglo XIX aún dejaba sentir con fuerza su influencia desde México hasta Argentina.

Al constatar el auge de los políticos MBA, parece claro que estamos ante un giro en la región. “Estamos ante un cambio en la idea misma de gobierno”, dice Felipe González, presidente del Centro de Estudios para la Gobernabilidad Institucional del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (Ipade) de México. “Celebro que más gente con un máster en administración entre al sector público. Al final, nuestros programas enseñan cómo gobernar”, dice.

Las escuelas de negocios de la región están recibiendo cada vez más administradores del sector público que buscan perfeccionarse en el arte de la gestión. Debido a restricciones de tiempo, más que realizar un MBA, los funcionarios públicos toman cursos de educación ejecutiva. La Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard y el IESE de España, por ejemplo, ofrecieron en mayo el primer programa de Management dedicado exclusivamente a políticos.

La idea de una clase política que se enfoque en la excelencia en la gestión y en la eficiencia resulta seductora para muchos votantes en la región. Sebastián Piñera, el primer presidente de centro-derecha democráticamente elegido que ha tenido Chile en más de medio siglo, basó su campaña electoral precisamente en este enfoque. Sin embargo, algunos expertos del propio mundo de las escuelas de negocios advierten que este foco no basta. “Si pensamos sólo desde una perspectiva eficientista corremos peligro”, dice González. “No todo es maximización de los resultados, menos en política. Hay temas que no necesariamente armonizan con ello, como la sustentabilidad de un país, pero que son igual o más importantes”.

Porque si sólo se tratara de tener a los más capacitados técnicamente, un modelo a seguir sería el de China. Ahí, ocho de los nueve miembros del todopoderoso politburó del Partido Comunista son… ingenieros.

radiografia decanos

Autores

Alejandra Araya y Víctor Herrero