De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, 16% de las muertes maternas a nivel mundial se genera a partir de la hipertensión durante el embarazo,
Nelly Toche, El Esconomista. La preeclampsia es un tema muy viejo, sin embargo, por décadas ha sido un inciso que se ha pospuesto, un pendiente para los distintos gobiernos y que ahora es un tema de actualidad, aseguró la doctora Rosario García Mandujano, especialista en Medicina Fetal.
Hoy, la preeclampsia sigue siendo la causa número uno de muerte materna, fetal y perinatal en México y en el mundo. La misma Secretaría de Salud acepta que también es la causa número uno de alteraciones permanentes o secuelas tanto en la madre como en los fetos.
De acuerdo con la OMS, 16% de las muertes maternas a nivel mundial se genera a partir de la hipertensión durante el embarazo, mientras que en México el porcentaje promedio de las mujeres que padecen preeclampsia es entre 10 y 14%. Cada año, cerca de 4.000 mujeres y 20.000 bebés en México fallecen por esta complicación del embarazo.
Bajo este contexto, “aunque los números en relación a este padecimiento han bajado, la movilización es muy lenta”, a pesar de las numerosas inversiones e investigaciones por parte de médicos expertos que han dedicado toda su vida y su tiempo al estudio de la preeclampsia. “Aun así, no existe un tratamiento para el padecimiento; el protocolo real a seguir aún es la terminación del embarazo con todas las consecuencias que esto pueda traer”, dijo la especialista.
En México, según datos de la Conapo, las muertes maternas pasaron de 88,7 por cada 100.000 nacidos en 1990, a 43 en el 2011. A pesar de estos avances, la tasa de mortalidad materna tardía —es decir, la muerte de una mujer por causas obstétricas directas o indirectas después de los 42 días siguientes a la terminación del embarazo— se ha incrementado en los últimos años, pasando de 0,07 casos por cada 1.000 mujeres en el 2002 a 0,48 en el 2013.
“En México desafortunadamente los casos que se detectan se ubican entre el segundo trimestre tardío o el tercero, es decir, cuando los problemas de preeclampsia o eclampsia ya están presentes en la paciente y en el feto”, agregó García.
Investigación, lejos de la población
El Instituto Nacional de Salud Pública de la Secretaría de Salud, define a la preeclampsia como un síndrome multisistémico de severidad variable, específico del embarazo, caracterizado por una reducción de la perfusión sistémica generada por vasoespasmo y activación de los sistemas de coagulación.
Tal vez es una definición difícil de asimilar, pero la especialista, quien también participa en protocolos de investigación específicamente para América Latina y nuestro país a través de la Fetal Medicine Foundation México, destaca que la preeclampsia es un padecimiento cuya presencia no depende de factores relacionados con la madre o el padre. “Esto depende de un funcionamiento placentario que no se llevó adecuadamente y que sólo se puede determinar a través de distintos estudios”, detalla.
Sobre los avances, García aseguró que actualmente existen algunos protocolos de tamizaje en preeclampsia temprana, es decir, de la detección de las mujeres que tendrán un riesgo aumentado de padecer preeclampsia entre la semana 11 y 14 de gestación, que es cuando el feto apenas mide entre 45 y 84 milímetros de longitud.
“A través de una medición muy específica de las arterias uterinas, algunos marcadores bioquímicos en la sangre periférica de la madre y con un historial clínico muy orientado al padecimiento, podemos saber desde ese momento qué madres tendrán un riesgo elevado de padecer preeclampsia y en qué periodo, todo esto a través de un software muy específico.
“Al conocer esta información podemos, a través de un tratamiento, generar un cambio a esta historia natural de la enfermedad, en la mayoría de los casos. Si se detecta de manera temprana, se prolonga lo más posible el embarazo para que (el desarrollo del) bebé sea lo más viable posible y tenga la menor cantidad de secuelas posibles”, explicó la especialista.
Aunque el American College refiere que no existe hasta este momento un algoritmo específico que sirva para hacer un tamizaje o cambio en la historia natural de la enfermedad, “la Fetal Medicine Foundation en Londres Inglaterra tiene un algoritmo que está utilizando desde hace muchos años en toda Europa con resultados extraordinariamente buenos y esto se quiere llevar a la población latina”.
Desafortunadamente, la doctora García aseguró que esta metodología no está al alcance de la mayoría de nuestra población, pero “se está trabajando para lograr alguna introducción del protocolo en el sistema de salud pública de nuestro país; no obstante, esto aún no es posible”.
García Mandujano agregó que existen algunos centros de salud que trabajan en proyectos piloto y Fetal Medicine Foundation México lo está haciendo con programas en diversas instituciones, pero sin duda no es suficiente.
La doctora además destaca que en su experiencia por parte de las autoridades no se invierte en el tema. “He trabajado en entre 11 y nueve estados de la República y solamente en uno logramos que hubiera una bolsa económica para atender esta problemática, lo cual contrasta con las necesidades tan apremiantes del tema.
“Al momento, tampoco existe un programa preventivo accesible y hay múltiples programas sobre el tratamiento, pero las autoridades de salud están poniendo de lado el hecho de que la preeclampsia y los trastornos hipertensivos del embarazo, no resuelven las consecuencias en los fetos y en las madres cuando esta ya está presente”, dijo.
La especialista agregó que normalmente se relaciona la preeclampsia con la presión elevada, sin embargo, este padecimiento puede ser silencioso y no presentar sintomatología, como dolor de cabeza, zumbido de oídos, visión borrosa o hipertensión, y solamente se definiría por la presencia de ciertas proteínas en la orina de la madre.
“Esto reafirma la importancia de la valoración al menos mensual por parte de un especialista como una de las únicas herramientas actuales de detección”, finalizó la especialista.